NOTA DEL AUTOR
He visto con sorpresa como se interpreta mal las consecuencias de lo que pasó el día de las elecciones. La democracia entró en liza y el pueblo hizo conocer a los líderes su opinión. Pero la sabiduría de la Constitución está en no faciliar virajes bruscos. sino da un balance de poderes en el que los cambios se producen lentamente. Eso significa que. aunque muchos se enferman de sólo ver a Bush, el hombre seguirá en la Presidencia, bajo asedio sin duda, por dos años. Y la Presidencia es el poder al cual los ´founding fathers´ le otorgaron la responsabilidad por conducir la política exterior. Cuba, aunque muchos digan que es un problema doméstico, sigue siendo un tema de política exterior. Así que hay que lidiar con W.
E.F.B.
CUBA Y LA DERROTA REPUBLICANA por Ernesto F. Betancourt Los demócratas, encabezados por Carter y Clinton, promueven soluciones estilo Martin Luther King o Mahatma Gandhi. Esas son las soluciones que han prevalecido entre la llamada disidencia en Cuba: soluciones sin violencia. Pero, la sangre ha sido el lubricante de nuestra historia. Nuestro himno llama “Al combate corred bayameses” Los próximos dos años son claves para el futuro de Cuba. La era de Fidel llega a su fin, no importa cuantos juegos televisados hagan con el cuerpo moribundo del personaje. La delegación interina de poder a Raúl no ha podido aguantar la presión de los rumores de la muerte del máximo líder. No moverse es síntoma de parálisis, no de estabilidad. La situación mundial es muy dinámica y Cuba, sin Fidel, queda marginada. La cumbre de Montevideo es un ejemplo. Si, en vez de Carlos Lage, hubiera ido Fidel ¿hubieran Chávez y Lula dejado plantado a Tabaré Váquez? Es dudoso. Fidel tenía que salir o todo se les desintegraba. Y salió, pero con ojos de perrito asustado, con voz de ultratumba y caminando titubeante. Está más muerto que vivo. Nada carismático. Pérez Roque dijo un día que se recuperaba lentamente y, unos días después, que lo hacía aceleradamente, ¿en qué quedamos? A Chávez se le escapó el ruego a Fidel de que no se podía morir. Lo necesitan. El y Evo Morales lo van a necesitar siempre. Como dije antes, son títeres a quienes se les muere el titiritero. En eso, viene la derrota republicana, o la victoria demócrata, como gusten. Hay quienes ya se preparan para enterrar a Bush. Pero el hecho es que el hombre seguirá ocupando la presidencia por dos años más. Por mucho odio que le tengan a Bush, esa es una realidad incontestable. A partir de enero del 2007, Nancy Pelosi y Harry Reid, encabezarán, como líderes demócratas, las dos cámaras legislativas. Pero Bush seguirá siendo el Presidente, con todos los poderes del cargo. Así son las reglas del juego. Ni la Pelosi, ni Reid perdieron su tiempo reuniéndose con John Kerry. Donald Rumsfeld tuvo que renunciar en el Pentágono. Ya se ha iniciado el debate sobre si el resultado de la elección hubiera sido el mismo, si lo hubiera hecho antes. Como dice el dicho, la victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana. A mí, Rumsfeld me cae bien. Pero el Pentágono y sus generales son muy buenos para ganar batallas, pero no tienen la más ligera idea de cómo crear una democracia. Además, hay serias dudas si eso es posible en una sociedad musulmana, regida por la Sharía, donde no hay separación de poderes. Irak pudiera ser un desastre para EE.UU., ya sean demócratas o republicanos los que ocupen el poder. Como ciudadano americano, deseo de todo corazón el mayor éxito a Robert Gates y su equipo. Pero soy muy pesimista. En cuanto a Cuba, la cosa no cambia. Fidel y Raúl planeaban que el Pentágono los ayudara a consolidar la sucesión del régimen. Esa era la misión principal de la espía Ana Belén Montes y sus cómplices. Después de la debacle de Irak, nadie tomará en serio una fórmula promovida por generales influenciados por una espía castrista. Y Bush nunca les dio cancha. A todo lo largo, ha demandado una transición a la libertad y el mercado. Los demócratas, encabezados por Carter y Clinton, promueven soluciones estilo Martin Luther King o Mahatma Gandhi. Esas son las soluciones que han prevalecido entre la llamada disidencia en Cuba: soluciones sin violencia. Pero, la sangre ha sido el lubricante de nuestra historia. Nuestro himno llama “Al combate corred bayameses”. Muchos militares jóvenes arriesgaron sus vidas durante la etapa del internacionalismo. Medio millón sirvió en Africa. ¿Para qué? ¿Para entronizar la oligarquía de generales corruptos, incapaces e ineficientes de Raúl? ¿Para causar la falta de transporte, vivienda, comida y medicinas que sufre el pueblo? ¡No, esos militares juraron servir a Cuba, no a Raúl! Y, por eso, hace falta una transición, no una sucesión.
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