Las elecciones en Brasil han sorprendido a los que creían ciegamente en la corriente hacia la izquierda en la polítdica hemisférica. Pero la izquierda se está quemando en el poder por lo mismo que antes se quemaron las derechas, la falta de solución a los problemas que preocupan a los pueblos. Si colectivamente los brasileños deciden que les preocupa la corrupción más que la distribución del ingreso, Lula pierde la segunda vuelta. Lo demás es cuestión de detalles.

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Las elecciones en Brasil

por Ernesto F. Betancourt


En la segunda vuelta, Lula tendrá que encarar la revelación de la fuente del dinero del último escándalo. El ajuste de precio del gas natural de Bolivia, pospuesto para Octubre, afectará fuertemente a los humildes en Brasil, es otro factor negativo. Alckmin ha ganado diez puntos porcentuales y tendría necesidad de ganar siete más para vencer a Lula

El 1ro de octubre tuvieron lugar las elecciones generales en Brasil para cubrir la Presidencia, los gobiernos estatales, la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. El voto es obligatorio y había casi 126 millones de brasileños inscritos para votar. El Presidente Lula, con 48.61%, no logró la victoria en la primera vuelta. Su principal rival, Gerardo Alckmin, con 41.64%, obtuvo una votación mucho mayor de la esperada y ahora tendrá que luchar para derrotarlo el 29 de Octubre.

El Presidente Lula parecía tener asegurada su reelección. Esto se debía a que las políticas de asistencia social seguidas por su gobierno fueron muy favorables a los pobres de Brasil. Más de diez millones de brasileños salieron de la pobreza y cinco millones pasaron a la clase media. Al mismo tiempo, evitó la inflación.

Los escándalos de corrupción que afectaron a la administración de Lula tenían menos peso en los electores pobres que la mejoría en su bienestar. En el primero, que ocurrió en el 2005, cayó su Jefe de Despacho y de hecho Primer Ministro, José Dirceu. Esto fue un serio revés para el régimen de Castro, ya que Dirceu había sido agente de la inteligencia cubana por diez años. Posteriormente, cayó el autor de la política económica, Antonio Palocci, quien era rival de Dirceu dentro del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula. Se rumoró que Palocci fue denunciado por elementos de extrema izquierda dentro del PT, en venganza por la caída de Dirceu. Sin embargo, Lula salió indemne de esos escándalos y parecía tener asegurada la victoria en primera vuelta.

Gerardo Alckmin, ex-gobernador del Estado de Sao Paulo, es un médico anestesista, que se dice es miembro del Opus Dei, cosa que él niega, y a quien se le atribuye muy poco carisma, ser buen administrador y anticorrupto. A lo largo de la campaña, Lula, cuyo carisma es reconocido por todos, mantuvo una ventaja de dos dígitos sobre Alckmin en las encuestas de opinión pública, empezando 58 a 31 por ciento.

En las dos últimas semanas de la campaña, sin embargo, esa ventaja empezó a declinar vertiginosamente a resultas de otro escándalo de corrupción. Miembros del equipo de campaña de Lula fueron acusados de tratar de comprar documentos falsos para implicar en actos corruptos a José Serra, el candidato del partido de Alckmin a gobernador de Sao Paulo. Por cierto, Serra ganó en primera vuelta con 58% de los votos. La suma envuelta era muy alta, unos US$800,000. Esto forzó el despido de Ricardo Berzoini, Presidente del PT y gerente de la campaña de Lula. De nuevo, Lula evadió envolverse en el escándalo, refiriéndose a la acción como una “locura”, expresión muy brasileira.

Pero el día anterior a la votación, se filtraron fotos de las montañas de billetes de dólar y reales ocupados. El PT trató de impedir que se publicaran las fotos, pero el Tribunal Superior Electoral, no lo aceptó. Sumado a que rehusó participar en el último debate de los candidatos, la posición de Lula se debilitó. Parece que los escándalos de corrupción por fin erodan la imagen de Lula.

En la segunda vuelta, Lula tendrá que encarar la revelación de la fuente del dinero del último escándalo. El ajuste de precio del gas natural de Bolivia, pospuesto para Octubre, afectará fuertemente a los humildes en Brasil, es otro factor negativo. Alckmin ha ganado diez puntos porcentuales y tendría necesidad de ganar siete más para vencer a Lula. ¿Será posible su victoria en la segunda vuelta? No es fácil, pero sí posible.

Diario Las Americas
Publicado el 10-03-2006


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