Fidel y la nacionalización en Bolivia

por ERNESTO F. BETANCOURT


La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia la hizo Evo Morales el 1 de mayo, al día siguiente de reunirse en La Habana con su mentor y guía, Fidel, y el financista de ambos, Hugo. Los que quieran creer en cuentos de hadas me dirán que Evo es soberano y que la medida la tomó porque eso es lo que decidió su cerebrito. Enseguida, Lula y Kirchner lo citaron a Puerto Iguazú. En cuanto a Hugo, se fue a La Paz, la noche anterior, para mostrar su solidaridad con Evo, antes de que Lula y Kirchner fueran a romper la alianza de la izquierda latinoamericana.

Después de todo, para algo Chávez había invertido un par de miles de millones de dólares, del pueblo venezolano, en comprar bonos a Kirchner, y muchos más en el gasoducto que propone desde Venezuela hasta Argentina, pasando por Brasil, para crear un mercado de oferta regional de gas. Igualmente, Chávez ofreció financiar, con dinero del pueblo venezolano, el gasoducto desde Bolivia a Paraguay y Uruguay, que Tabaré Vázquez exigió no pasara ni por Brasil ni por Argentina. Santa Claus en América Latina se llama Hugo Chávez y lo financia el pueblo venezolano. Hasta un día, porque todos estos proyectos están en el aire.

Ya en Brasil, varios técnicos de Petrobras --maldita que es esa gente falta de espíritu bolivariano-- se han atrevido a cuestionar la factibilidad técnica, financiera y ambiental del proyecto mayor: el gasoducto de Venezuela a Argentina con un costo estimado de más de 25 mil millones de dólares. El 90 por ciento del gas venezolano se produce como subproducto de la producción petrolera, dicho proyecto requeriría una inversión aún mayor para desarrollar esas reservas petroleras, y se desconoce el impacto ambiental del gasoducto sobre la selva amazónica.

El gas boliviano de Tarija y Santa Cruz no es un subproducto de la extracción de petróleo. Como no lo es el de Perú, que ha sido objeto de otro proyecto, que el año pasado ofreció financiar el BID. ¿Se acuerdan del anillo energético? Ahora no se menciona. Posiblemente porque era una manera de resolver el problema de Chile, a quien todos estos caballeros han dejado fuera del arreglo de nacionalización de hidrocarburos de Puerto Iguazú. Los chilenos eligieron a una mujer presidente, así que no tienen derecho a participar en un club de puros machos.

Pero, volviendo a Puerto Iguazú, Lula pidió a Kirchner convocar a la reunión; ambos son consumidores de gas que no quieren pagar más alto el gas boliviano, porque eso sí incidiría sobre los presupuestos de sus pueblos respectivos y ambos aspiran a que los reelijan. Evo no sólo quiere nacionalizar la propiedad de los hidrocarburos, sino también aumentar el precio del gas a sus dos principales clientes, Argentina y Brasil. De $3.35 a $5.50 por unidad de exportación, o sea un 64 por ciento. Para Kirchner no sería mucho problema porque el gas boliviano representa una porción pequeña del consumo argentino, pero para Lula sí puede ser fatal políticamente el tener que aumentarle el precio a los consumidores de Sao Paulo, en donde aparentemente el gas boliviano representa el 75 por ciento del consumo, tanto a nivel de hogares como de industrias.

Noten que Lula ignoró que Evo haya nacionalizado los hidrocarburos de Petrobras. Lo aceptó como un derecho nacional. ¡Que se fastidie Petrobras! Eso sí, se negociará lo del precio y Evo garantizó el suministro. Para taparse, Lula aclaró que Petrobras tiene grandes utilidades a resultas de los altos precios del petróleo y pudiera absorber los costes más altos de un aumento de precio del gas boliviano. El presidente de Petrobras, por su parte, ha reiterado que de inversión adicional en Bolivia, cero, y que está planeando ir a una corte de Nueva York, de acuerdo con los términos del contrato que firmó Bolivia con Petrobras.

Por su parte, Fidel envía a un veterano agente de inteligencia cubana, Rafael Dausá, como embajador a Bolivia para manejar a su nuevo títere latinoamericano. El Colegio Médico de Bolivia ha cuestionado la presencia de los 600 médicos enviados por Cuba para hacer propaganda, como hacen en Venezuela, para ganar adeptos a la revolución bolivariana. Lula y Kirchner tienen que pagar más por el gas boliviano para que Evo tenga más dólares con que pagar por esos médicos a Fidel, quien se quedará con dos terceras partes de sus ingresos, ya sean sueldos o viáticos, igual que en Venezuela. Así, querido lector, es como Fidel cuadra el círculo.



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