Cuba y la inevitable crisis con Irán por ERNESTO F. BETANCOURT Estamos en los umbrales de una crisis más grave que la de Irak: es el conflicto armado que se avecina con Irán por sus intentos de adquirir armas nucleares. La credibilidad de los Estados Unidos está seriamente debilitada por la intervención en Irak. Por otra parte, las declaraciones arrogantes y francamente lunáticas de los líderes iraníes han dado a la administración de Bush la justificación para actuar. Pero el enredo en Irak, y el costo en vidas y hacienda del mismo, han hecho a la opinión pública americana mucho más cautelosa. En este caso, Cuba puede verse comprometida en el conflicto. El 28 de marzo son las elecciones en Israel. El liderazgo político israelí está paralizado a resultas del estado de salud de Ariel Sharon. Pero jamás, desde su fundación, se ha visto la existencia de Israel en mayor peligro. Por un lado la victoria electoral de Hamas ha llevado al poder en Palestina a un grupo terrorista cuyos estatutos plantean la destrucción de Israel como meta. Y, por el otro, el Presidente de Irán ha dicho sin ambigüedades de ninguna clase que Israel debe ser destruido. Esto en momentos en que desafía al mundo en aras de obtener armas nucleares. Tanto el MOSAD, la agencia de inteligencia israelí, como el Ministerio de Defensa de ese país, han declarado que es inaceptable que Irán desarrolle una capacidad nuclear militar. Por ese motivo han tomado las medidas necesarias para destruir las instalaciones dispersas y bajo tierra en las cuales Irán desarrolla un febril programa nuclear. Esta dispersión se ha producido para evitar una repetición del exitoso ataque israelí contra el incipiente programa nuclear de Irak a principios de los ochenta. Pero Israel tiene planes para contrarrestarla. Y las fuerzas armadas israelíes son muy capaces. Además, después del 11 de septiembre Estados Unidos proclamó la doctrina Bush en la lucha contra el terrorismo. Bajo esta doctrina, Estados Unidos se reserva el derecho de actuar en forma preventiva contra cualquier estado que constituya una amenaza terrorista para la seguridad del pueblo americano. Lo cual constituye una innovación en derecho internacional, ya que la doctrina que prevalecía antes de esa fecha solamente daba derecho a toda nación a responder a un ataque sin antes acudir a Naciones Unidas, pero no a la acción preventiva. Lógicamente, ante una amenaza de ataque nuclear o con armas biológicas o químicas no es aceptable a ningún gobernante esperar a que se produzca el ataque para responder. El precio sería demasiado alto. En un libro reciente, Preemption, A Knife that Cuts both Ways, Alan M. Dershowitz, un distinguido profesor de derecho de Harvard, discute a fondo la génesis y las implicaciones de esta nueva doctrina. A la luz de la lógica jurídica explicada por el profesor Dershowitz, los planteamientos hechos recientemente por los dirigentes iraníes, tanto en cuanto a Israel como en cuanto a Estados Unidos, justifican ampliamente la aplicación de la doctrina preventiva por parte de ambos países en contra de Irán. Pero, ¿por qué meto yo a Cuba en este pastel? Lamentablemente, Fidel Castro, en su afán de protagonismo internacional, tuvo a bien aliarse con Irán después de la desintegración del bloque soviético. Esa alianza incluyó el suministro por Cuba a Irán de una capacidad en biotecnología en la forma de un centro completo de producción de material biotecnológico. De ser necesario, este centro podría producir elementos para armas biológicas. Esto fue denunciado, en su oportunidad, por el Dr. José de la Fuente, quien fuera director de desarrollo del Centro de Biotecnología de Cuba, actualmente profesor de la Universidad de Oklahoma. Pero Fidel no se limitó a equipar ese centro, sino que viajó a Irán, donde invitó a su gobierno a unirse a Cuba para ``poner de rodillas a Estados Unidos''. Si Irán usa armas biológicas del centro de biotecnología construido por Cuba para agredir a Estados Unidos y Fidel, ratificando la invitación que hizo durante su viaje, se suma a esa agresión, la aplicación de la doctrina preventiva pudiera extenderse a Cuba. Por eso, cuando los líderes iraníes amenazan con que van a causar daños a Estados Unidos, nosotros debemos preocuparnos no tan sólo por Estados Unidos, sino por Cuba. Hay que demandar a Fidel que renuncie a esa alianza.
|