Fidel y el lavado de dinero: ¿otro encubrimiento? por ERNESTO F. BETANCOURT El Granma Nacional Digital tiene en su portada una ventana denominada ''Soberanía monetaria: una nueva victoria de la revolución''. Esta ventana se presenta como la respuesta a medidas de Estados Unidos, pero ninguna de esas medidas envuelve operaciones en billetes de dólar. El verdadero objetivo de la ventana es convertir en victoria propagandística el grave revés financiero ocasionado por la Resolución IX, de fecha 22 de octubre de 2004, del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), ubicado en París, que sí afecta los depósitos en billetes de dólar. Al día siguiente, el Banco Central de Cuba emitió la Resolución 80, orientada exclusivamente a operaciones con billetes de dólar. Soberanía monetaria, ¡cuernos! Fidel convirtió este grave revés financiero en victoria propagandística gracias al encubrimiento de la Tesorería de EEUU y el GAFI. Veamos. El origen de la acción del GAFI es el escándalo del UBS de Suiza. De 1996 a 2003, UBS aceptó depósitos de Cuba por 3,900 millones en billetes de dólar, usando indebidamente un fondo de canje de dólares viejos por nuevos del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Además, UBS emitió informes falsos a lo largo de siete años. El 10 de mayo de 2004, UBS pagó 100 millones de dólares de multa por esas violaciones de su contrato. Pero, por el lavado de dinero, cero acción de la Tesorería de EEUU. Los billetes de dólar son la moneda del lavado de dinero. Anualmente, se generan 100 mil millones de dólares en billetes a resultas del tráfico de drogas en Estados Unidos. Convertir esos billetes en activos negociables o saldos bancarios es la esencia del negocio de lavado de dinero. De acuerdo con un funcionario del FINCEN, Red de Control del Crimen Financiero de la Tesorería de los EEUU, citado en The Economist de 26 de julio de 1997, los traficantes de drogas pagan un descuento de entre 25 y 28 por ciento por lograr esa conversión. El lavado de dinero del narcotráfico ofrecía a Fidel posibles ingresos hasta de 25 a 28 mil millones de dólares anuales. Con sólo captar un 10 por ciento del negocio, Fidel podía obtener unos 2,500 a 2,800 millones de dólares anuales de ingresos. No poder seguir depositando los billetes de dólar es un serio revés financiero para Fidel, no una victoria de la revolución. Fidel ofrece condiciones excepcionales para el lavado de dinero, no tan sólo a los traficantes de drogas, sino a políticos corrompidos. Su asesor en montar todo este tinglado fue Robert Vesco, delincuente residente en Cuba desde hace décadas. Cuba no es miembro del Fondo Monetario Internacional, ni del GAFI, así que el titular de una cuenta recibe garantías de mayor confidencialidad que en ningún banco internacional. La Oficina de Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe maneja las transacciones. Francisco Soberón, presidente del Banco Central, es cómplice en la confidencialidad. Por eso, en Cuba han lavado dinero desde Gadhaffi y Arafat hasta los Salinas y los Kirchner, sin dejar fuera los rescates de secuestros de los montoneros y el botín del robo del Wells Fargo por los macheteros puertorriqueños. Además, naturalmente, de traficantes de drogas como Amado Carrillo Flores, el fallecido Rey de los Cielos mexicano, a quien Fidel alojaba en una de sus casas de protocolo. Su hermano, Vicente, fue quien entregó un pasaporte mexicano falso al capo colombiano arrestado en Cuba el 2 de julio de 2004, Luis H. Gómez Bustamante, alias Rasguño, acusado de introducir 10 mil millones de dólares en cocaína en EEUU. Hubo ilusos en EEUU que esperaban que Fidel les entregaría a Rasguño. Olvídense. Son socios. Los informes inflados de remesas de exiliados de la CEPAL y el BID ayudaban a encubrir el lavado de dinero. ¿Y del escándalo de la UBS? Silencio de la Tesorería americana. El 23 de julio de 2004 Juan Carlos Zárate, a la sazón subsecretario en la Tesorería para seguir el crimen financiero, anunció en El Nuevo Herald que se había iniciado una investigación por la Fiscalía del Distrito Sureste de Nueva York. Hasta la fecha, nada. El 29 de octubre de 2004, la congresista Ileana Ros-Lehtinen pasó a John Snow, secretario del Tesoro, una lista de ocho bancos internacionales en donde Castro depositaba billetes de dólar, siguiendo la misma modalidad de UBS. Tampoco ha habido acción alguna a la fecha. Y en el GAFI, la Resolución IX cerró la vía usada por Cuba para lavar dinero del narcotráfico, pero Cuba no se menciona entre los países incumplidores. ¿Por qué? O sea, tanto la Tesorería de EEUU, como el GAFI, actuaron efectivamente contra el lavado de dinero de Fidel, pero en silencio, dejándolo libre para hacer su propaganda.
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