¿Será sangrienta la transición?

por ERNESTO F. BETANCOURT

Los acontecimientos dentro de Cuba parecen precipitarse. Las cosas pudieran írseles de las manos a Fidel y a Raúl. En mi opinión, el viraje con lo de la Sección de Intereses de Estados Unidos, la Ley de Fiscalía Militar y la advertencia de Raúl de que el Partido Comunista es el único heredero de Fidel, todo está relacionado. Veamos uno por uno estos hechos. Y algunos más.

El título del editorial de Granma ''No hace falta quemar papeles'' es un poema. Fidel y Raúl interpretaron que la quema de papeles en la Sección de Intereses era preludio de una reacción violenta de los Estados Unidos al creciente hostigamiento de su avanzada dentro de Cuba. A pesar de toda la retórica, están conscientes de que los militares cubanos no los acompañarían en la lucha a muerte con la que ellos quisieran poner fin a su fracasado régimen. Por eso dieron marcha atrás a toda velocidad. Yo era uno de los que interpreté que esas medidas --el corte de electricidad y agua-- estaban destinadas a producir la crisis apocalíptica final con que, los que conocemos a Fidel, sabemos que él desearía dar fin a su régimen. Afortunadamente, me equivoqué.

La recién aprobada Ley de Fiscalía Militar es la legalización de la piñata cubana y un intento de consolidar la sucesión decidida por Fidel. Esta ley dispone, por una parte, garantizar a los oficiales, en activo o retiro, del MINFAR y del MININT, que se han enriquecido, que nadie podrá cuestionar la piñata de la cual han sido beneficiarios; por la otra, autoriza a cualquier oficial de nivel medio o inferior a desobedecer un acto de rebelión de un superior. Este es un acto de soborno de los generales que comandan los tres ejércitos del MINFAR y al MININT para que acepten la fórmula de la trilogía Pérez Roque, Lage y Alarcón como sucesores de Fidel, en vez de Raúl.

Finalmente, el discurso de Raúl en la ceremonia de aniversario de la creación del Ejército Occidental, al decir que el único heredero de Fidel es el Partido Comunista, ratifica su aceptación de la sucesión decidida por su hermano. Pero es muy importante tener presente que en esa ceremonia estaban presentes tanto oficiales de los llamados históricos como de todos los mandos actuales claves. ¿Y qué les pidió Raúl? Unidad, señores, mantener la unidad para defenderse del imperialismo. Pero, al mismo tiempo, les dice que a todo lo largo ''no hemos visto al pueblo de Estados Unidos como a un enemigo, todo lo contrario''. Y termina su discurso mencionando a ''algunas importantes voces dentro de los militares norteamericanos'', que aconsejan cautela. O sea, sin bajar la guardia, Raúl desautoriza la gestión de los que hostigaban a la Sección de Intereses (Pérez Roque y comparsa) y trata de calmar a sus amigos del Pentágono.

Muchos se han sorprendido por la pasión con que Fidel respondió la acusación de la revista Forbes de que era millonario. Sobre todo cuando Forbes ya la había hecho antes. En estos momentos, la imagen del dictador con cuentas millonarias en el extranjero debilita grandemente a Fidel. No es que no sea cierto. La realidad es que Fidel controla cientos de millones de dólares en cuentas de banco a través del mundo.

Al mismo tiempo, parece que hasta los más dóciles tienen sus límites. Puede que ese sea el caso de la recién despedida ministro de Auditoría y Control, Lina Pedraza. Me dicen que se negó a certificar las cuentas del Consejo de Estado, que depende directamente de Fidel, por no haber tenido nunca jurisdicción sobre ellas. Debía respaldar al máximo líder, junto a los otros lacayitos en La Mesa Redonda, sobre las revelaciones de la revista Forbes, aclarando el manejo de cuentas de entes adscritos al Consejo de Estado.

Fidel intenta una transición que preserve su régimen. De espaldas al pueblo cubano, como hasta ahora. Se cultiva la retórica antiamericana, pero, por debajo de la mesa, se tranquiliza al Pentágono, garante indispensable de esta pseudotransición. Y para el exilio, las coces que lanza Alarcón. El punto débil de toda la trama es que deja fuera al pueblo de Cuba en la isla y ultramar. El mellado carisma de Fidel todavía sirve para rectificar a talibanes imbéciles como Pérez Roque cuando ponen en peligro la jugada. Al mismo tiempo que se dan seguridades a los beneficiarios de la piñata cubana dentro del aparato represivo, para que garanticen la transición, se lanzan actos de repudio contra la oposición. Igualmente, se echan atrás las medidas de apertura económica que se habían tomado, centralizando de nuevo todo el poder económico. En fin, para el pueblo, ni apertura política, ni liberalización de la economía, sino más represión. Ese no es el camino hacia la transición pacífica, sino hacia la explosión social.

Siempre he apoyado la transición pacífica. Pero soy realista y reconozco que la sangre es el lubricante de la historia. Me temo que la pseudotransición arreglada por Fidel y Raúl va a terminar en una gran tragedia nacional. ¡Ojalá me equivoque!



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