FIN DEL NEGOCIO DE LAVADO DE DINERO Por Ernesto F. Betancourt Durante la última ''mesa redonda'' sobre la desdolarización, a Fidel Castro se le escapó, y lo cito textualmente de Granma, ``que el cambio monetario tuvo que ser organizado en muy poco tiempo para evitar la amenaza de Estados Unidos, dispuesto a impedir a nuestro país el depósito en bancos extranjeros de los dólares honestamente ganados mediante el turismo y la red comercial interna que operaba en divisas''. ¿A qué amenaza se refería Fidel? A la aplicación de la Resolución IX del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), emitida el 22 de octubre, que regula el control de depósitos en efectivo en bancos internacionales. Esto puso fin al negocio de lavado de dinero del nacrcotráfico, que sólo es en billetes de dólar de EEUU. Si no, ¿como es que puede seguir aceptando y depositando francos suizos, euros, dólares canadienses y yen? El GAFI es una asociación mundial de centros de inteligencia financiera, con sede en París, cuya misión es coordinar el control del financiamiento del terrorismo y el lavado de dinero. El Fondo Monetario Internacional (FMI) asesora al GAFI. Cuba ni es miembro del GAFI ni del FMI, status muy atractivo para los capos de los carteles. En 1989, después del susto del caso Ochoa, parece que Fidel decidió alejarse del tráfico de drogas en la fase final de introducir la mercancía en los EEUU y envolverse en la fase de lavado de dinero. Convertir los billetes generados por el narcotráfico en saldos en cuentas corrientes en bancos es el primer paso del negocio de lavado de dinero. Eso facilita pagar la compra de materiales y equipos y hacer inversiones legítimas. Los capos de los carteles pagan entre 25 y 28 por ciento por lograr esa conversión. De acuerdo con información de un capo, Cuba ofreció cobrarles sólo un 15 por ciento. El negocio del lavado de dinero lo maneja el Grupo de Coordinación y Apoyo al Comandante en Jefe. Todo se desencuadernó con el escándalo del UBS en Suiza: los agentes de Castro depositaron $3,900 millones en billetes de dólar de 1996 a 2003 en un fondo, denominado ECI, que tenía UBS bajo contrato con la Reserva Federal de NY para el canje de billetes viejos por billetes nuevos. Sólo que UBS no hizo canje alguno, sino acreditó dichos dineros a cuentas corrientes, primer paso del lavado de dinero. Los congresistas cubanoamericanos Ileana Ros-Lehtinen y Mario y Lincoln Díaz-Balart demandaron se investigara el asunto más allá de la multa de $100 millones que impuso la Reserva Federal de NY a UBS en abril del presente año. Además, el 29 de octubre, la Congresista Ros-Lehtinen envió al secretario del Tesoro, John W. Snow, la lista de los siguientes bancos donde, en adición al UBS, es posible que los agentes de la red financiera de Castro también hayan depositado billetes de dólar: Credit Suisse (Suiza), CIBC (Canada), Barclays (Reino Unido), Bank vonErnst (Reino Unido), Banco Sabadell y BBVA (España) y Grupos Financieros BANAMEX y BANCOMER (México). Fidel recibía cientos de millones de dólares anuales de los capos por el lavado, dependiendo el monto de cuál tarifa cobraba. En todo caso, ha sufrido un serio revés financiero. Esto pudiera explicar la diferencia entre el nivel real de remesas de exiliados a Cuba, de entre 200 y 300 millones de dólares anuales, y las cifras infladas que citan la CEPAL y el BID, de entre 900 y 1,200 millones, que encubren esos ingresos ilegales. Finalmente, durante la ''mesa redonda'', el vicepresidente del BCC, Jorge Barreda, dijo que fue el propio Fidel quien comunicó al BCC, el 15 de septiembre, que se prepararan para el canje. Esto indica que Castro recibió aviso previo de la Resolución IX del GAFI y que tendrían que explicar el origen de los depósitos en billetes de dólar. FIN
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