LA BATALLA POR LAS AMERICAS

Por Ernesto F. Betancourt

Opacada por la atención que legítimamente se lleva la crisis de Iraq, la situación de América Latina está llegando a un momento crítico. Fidel está tomando una posición decisiva en esta crisis, pero todavía no parece recibe la prioridad necesaria dentro de los círculos de poder en Washington. En estas circunstancias, levantar las restricciones de viajes incondicionalmente es una victoria de la avaricia sobre no ya los principios, sino un elemental sentido de defensa de la seguridad nacional.

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Al mismo tiempo que la situación de Irak se hace más complicada, la batalla por las Américas entra en una fase más crítica. Con la economía cubana tocando fondo y su salud fallándole, Castro ha decidido que ésta es su última oportunidad de asegurar su papel en la historia como líder antiamericano. Esta es una batalla continental en la que Castro explota todas las oportunidades a nivel regional y de países.

Y el tiempo le apremia. Europa lo rechaza por represivo. El XXII Congreso de la Internacional Socialista, bajo fuerte presión europea, acaba de condicionar el repudio al embargo al respeto a los derechos humanos. Si EEUU levantara incondicionalmente las restricciones de viajes, daría una victoria a Castro que anularía estos reveses y reforzaría su ofensiva regional. El veto de Bush se justifica.

A nivel regional, el esfuerzo por lograr la creación del ALCA ha entrado en crisis con el fracaso de la OMC en Cancún. Brasil contó con un amplio apoyo regional allí por la renuencia del mundo desarrollado a hacer concesiones en el proteccionismo agrícola. Sin embargo, muchos países, y hasta elementos dentro de la propia administración de Lula, consideran que a Itamaraty se le fue la mano, sobre todo en la posterior reunión de Trinidad y Tobago sobre el ALCA. En la reunión que comienza el día 16 en Miami, EEUU tendrá que ofrecer concesiones generosas a los intereses de la región para recobrar el liderazgo regional. Mientras, Castro promueve la oposición al ALCA, que tilda de anexionista y al neoliberalismo, que tilda de recolonización.

En Bolivia, la renuncia forzada del presidente Sánchez de Lozada envalentona a los elementos más agresivos del mundo cocalero e indígena. Evo Morales, el líder cocalero disfrazado de socialista, ha planteado, desde Cuba, que hay la oportunidad de confrontar a EEUU con un nuevo Vietnam, posición que pretende forzar en una ''cumbre paralela'' a la Cumbre Iberoamericana convocada para Santa Cruz, Bolivia, este mes. A esa ''cumbre paralela'', Evo Morales pretende arrastrar a Lula, junto con Castro y Chávez. El momento definitorio se acerca para el evasivo presidente brasileño.

En el frente Colombia, el fracaso del referendo convocado por el presidente Uribe, junto con la victoria de candidatos de izquierda, en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, ha sido interpretado erradamente por algunos como una victoria de los ''violentos''. La victoria de la izquierda democrática es un serio revés para el ELN y la FARC, aliados a Castro bajo cuerdas. La opción democrática debilita la violenta. La popularidad de Uribe se ha mantenido, lo que revela que el pueblo apoya seguir adelante con su programa de acabar con las narcoguerrillas, el terrorismo y los secuestros.

Es esencial que EEUU mantenga, y aún incremente, su apoyo militar a las fuerzas armadas de Colombia en la batalla por poner a todo el territorio nacional bajo el control del estado, acompañado de apoyo a las medidas complementarias requeridas para encarar los problemas socioeconómicos. Colombia tiene el liderazgo nacional más a la altura del momento en toda la región.

Finalmente, Venezuela parece ser el frente donde la batalla es inminente. Recientemente se ha informado que el jefe del Grupo de Coordinación y Apoyo de Fidel Castro, Guillermo López Rodríguez, y el general Julio Casas Regueiro, mano derecha de Raúl Castro, tanto en el MINFAR como en GAESA, la corporación que maneja el imperio económico de los militares empresarios, han sido despachados a Venezuela. Un desplazamiento de figuras de este nivel sólo puede explicarse porque la crisis en ese país ha llegado al punto crítico. Fidel y Raúl quieren tener control al más alto nivel de los amplios recursos humanos, propagandísticos, políticos, militares y de inteligencia que Cuba ha desplazado a Venezuela para respaldar a Chávez.

Del 28 de noviembre al 1 de diciembre se decidirá si hay o no referendo revocatorio y si hay suficientes votos para destituir a Chávez. Una vez eso se haga evidente, el destino de Chávez estará decidido. Estamos ante el momento decisivo en Venezuela.

La hora de la verdad en la batalla por las Américas se acerca. Castro está presente en todos los frentes. Y parece dispuesto a jugarse el todo por el todo. ¿Hará Bush lo mismo? Otto Reich y Roger Noriega solos no pueden llevar el peso de esta batalla, necesitan el apoyo de toda la administración: Rice, Powell, Rumsfeld y Zoellick.


FIN


The Miami Herald
Posted on Sat, Nov. 08, 2003


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