FIDEL NO QUIERE QUE LE LEVANTEN EL EMBARGO

Por Ernesto F. Betancourt


En contra de la opinión prevaleciente, ante el fracaso irreversible de su régimen, Fidel está montando un escenario para justificar que es víctima de una hostilidad implacable del gobierno del presidente Bush, alentado por la mafia de Miami. En su momento, planea provocar un ataque americano a Cuba, similar al que se plantea contra Irak, lo que justificaría la respuesta defensiva de Cuba, que Fidel prepara febrilmente. Pero, para ello, es esencial que no se levante el embargo. Esta hipótesis reconcilia y explica algunos hechos recientes que pueden parecer contradictorios.

Cuba está aislada. Los europeos continúan sus demandas de una apertura política en la isla como condición para abrirle las puertas del Acuerdo de Cotonú. Fidel ha tenido que humillarse a que un ministro suyo, Ricardo Cabrisas, le pida audiencia a Javier Solana. ¿Se acuerdan del hombre a quien demandó juzgaran por genocida en la Cumbre de Río?

México reemplazó a su embajador procastrista, Ricardo Pascoe, con una diplomática de carrera, sellando el enfriamiento de relaciones. En Venezuela, su aliado Chávez difícilmente puede antagonizar aún más a su opinión pública, saliendo a apoyar a Fidel. Aun en Brasil, la victoria de Lula no le garantizará un aliado, ya que Lula tiene que moderarse si ha de tener un gobierno exitoso y ya lo repudió, vetando su asistencia al encuentro del Foro Social de Porto Alegre, del que Lula era anfitrión.

En el resto de América Latina, Fidel es anatema. Las ofensas a los gobernantes de Argentina y Uruguay difícilmente se olvidarán. En Colombia, el presidente Uribe ha tomado una línea dura y se ha aliado con los Estados Unidos para intensificar la guerra con los narcoguerrilleros del ELN y las FARC, a quienes Fidel apoya solapadamente. El juicio que se inicia en Bogotá a los tres asesores en bombas del IRA confirmará los vínculos de Cuba con ese grupo terrorista.

En España, la mayoría del PSOE de Felipe González y el partido PP de Aznar se alían para repeler a los aliados terroristas de Fidel de la ETA. Inclusive, el juez Baltasar Garzón reveló los tratos secretos comerciales de los etarras con Cuba, que incluyen hasta una fábrica de zapatillas de baile auspiciadas por el ballet de Alicia Alonso.

Los partidarios dentro del régimen de una transición pacífica facilitaron la presentación de las boletas del Proyecto Varela en la Asamblea Nacional del Poder Popular, precisamente en vísperas de la visita de Jimmy Carter. Esto obligó a Fidel a montar una movilización sin precedentes de la población y un plebiscito para hacer irrevocable el socialismo, lo que impuso por unanimidad en sesión extraordinaria de la Asamblea. Al mismo tiempo, impidió se reuniera la actual Asamblea en sesión ordinaria e inició la elección de sus sustitutos, entre los cuales difícilmente habrá alguno de los que titubearon ante el Proyecto Varela.

En la feria agropecuaria, Fidel se extremó en mostrarse amigo del pueblo americano y utilizó al máximo su carisma para embaucar a los ingenuos visitantes, y convertirlos en proyectiles propagandísticos de su buena voluntad hacia el pueblo americano. Al mismo tiempo, censuró, en la prensa cubana, el discurso de Dan Fisk, subsecretario adjunto del Departamento de Estado, en que éste denunció los ardides de agentes cubanos destinados a confundir a la contrainteligencia americana que combate el terrorismo, así como los violentos ataques de Felipe Pérez Roque y Ricardo Alarcón a Fisk por dicho discurso.

Tampoco ha habido una sola mención de la espía del Pentágono, Ana Belén Montes, y refutó airadamente su participación en la guerra biológica denunciada por el subsecretario de Estado John Bolton. Hasta tuvo la osadía de ofrecer ayuda ante el inesperado repunte del virus del Nilo occidental, que ha causado más de cien muertos y dos mil contaminados. Repunte que ha llevado al senador Pat Leahy a pedir se investigue si éste ha sido fruto de un ataque de guerra biológica y no un brote espontáneo. También mantiene la campaña de la inocencia de los cinco espías convictos por un gran jurado en Miami.

Mientras tanto, los preparativos hostiles y la infiltración de agentes continúan a un ritmo preocupante, aunque no se divulgan por la CIA, el Pentágono y Justicia por dar prioridad a lo de Irak.

A pesar de todo, está a punto de desplomarse la ficción de que Cuba no hace espionaje militar y terrorismo contra Estados Unidos.

Fidel sabe que es inevitable el veto del presidente Bush al aflojamento del embargo y que, según avanza la crisis con Irak, será menos factible que ese veto sea revertido por el Congreso.

Fidel sabe que, aun si aflojaran el embargo, no mejorará la situación interna cubana, no tan sólo por el cierre de otras fuentes de crédito que ha generado el pago en efectivo a los americanos, sino porque tendría que levantar el embargo interno.

Fidel sabe que con la caída de las remesas y el turismo, así como el desplome azucarero, el pueblo de Cuba, y aun muchos de sus seguidores, han llegado al final de su paciencia con un período especial que se ha convertido en un desastre permanente.

Ante la creciente posibilidad de una explosión social, Fidel sabe que encara su momento final y prefiere terminar apocalípticamente como víctima del imperialismo americano.


El Nuevo Herald, Posted on Tue, Oct. 15, 2002

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