FIDEL... ¿CHIVATO?

Por Ernesto F. Betancourt


Todos los días vemos alguna historia sobre la avalancha de Senadores y Representantes americanos que visitan Cuba y son recibidos por Fidel en largas sesiones que llegan hasta la horas tempranas de la madrugada. Esto va aparejado a la campaña para explotar la avaricia de inversionistas, promotores y granjeros, para quienes la violación de derechos humanos y la falta de libertad nunca ha sido obstáculo para su afán de lucro. Pero el mas sorprendente fue el Senador por Pennsylvania, Arlen Specter. El senador estuvo muy efusivo y locuaz después de una larga sesión con el Máximo Lider y, entre los asuntos tratados, mencionó la oferta de Fidel de cooperar con Estados Unidos, facilitando ¨ vasta información sobre narcotráfico y terrorismo.¨ ¿Quiere decir el Senador que Fidel se ofreció de chivato?

Como el senador es un antiguo fiscal federal y, por tanto, tiene experiencia en lidiar con chivatos, snitches en el argot de la delincuencia americana, sus declaraciones merecen especial atención. En primer lugar, los chivatos vienen del ambiente sobre el cual informan. O sea, si Fidel tiene tan abundante información sobre actividades de narcotráfico y terrorismo es porque ha estado envuelto en ellas. En segundo lugar, los fiscales federales se cuidan de saber qué crímenes han cometido los chivatos antes de negociar la sentencia (plea bargaining).

Fidel ha montado una ofensiva para: uno, buscar una salida a la desesperada situación económica a la que ha llevado a la isla; dos, evadir sus responsabilidades en el tráfico de drogas y el terrorismo; y, tres, poder seguir bajo cuerda su guerra contra Estados Unidos. Si para ello tiene que actuar de chivato y traicionar a alguna de la gente que ha colaborado con él, mala suerte. ¿A quién le tocará esta vez? ¿Al ELN y a las FARC? ¿Al bruto de Chávez?

En 1959, Fidel envió una invasión contra el Dictador Trujillo dirigida por el Comandante Rebelde Delio Gómez Ochoa. Los abandonó cuando las llamadas histéricas de Raúl Roa, entonces embajador en la OEA, le hicieron temer una reacción americana que no había anticipado. En 1967, Fidel traicionó al Che enviándolo a una muerte segura en Bolivia para complacer a los soviéticos. Después de estar convenientemente muerto, levantó al Che como héroe de la revolución: el guerrillero heroico. En 1968, y de nuevo para complacer a los soviéticos, apoyó la invasión de Checoeslovaquia, un acto intervencionista que mereció repudio mundial, traicionando a los checos y desconcertando a muchos de sus seguidores.

En Julio de 1989, traicionó a Tony de la Guardia, fusilándolo por actividades de tráfico de drogas que éste había efectuado siguiendo lealmente sus órdenes. Lo sacrificó, para salvarse él y Raúl, al ser descubierta la operación de los Ruiz, padre e hijo, quienes fueron condenados por un Jurado Federal en Miami en Abril de ese año. De paso, se deshizo del General Arnaldo Ochoa, quien retaba su liderazgo en las fuerzas armadas, y silenció al Ministro del Interior, José Abrantes, que era su conducto con los traficantes de drogas de los carteles mexicanos y colombianos. Acto seguido, se ofrece a colaborar con EE UU contra el tráfico de drogas.

Con el ataque de septiembre 11 y la declaración de guerra de Estados Unidos al terrorismo, Fidel se percata que sus vínculos con esas actividades lo hacen blanco inevitable de la respuesta americana. Por tanto, inicia un plan para pintarse como víctima y no como promotor incansable e implacable del terrorismo a lo largo de toda su carrera, confiado en la mala memoria o ignorancia de personajes como el Senador Specter. Ratifica todos los convenios de Naciones Unidas sobre terrorismo y hasta hace pasar una ley sobre el tema a su legislatura de dedo, la Asamblea Nacional del Poder Popular. No objeta el uso de Guantánamo para los del Talibán y Al Qaeda. Es todo un anti-terrorista modelo. Pero todavía queda mucho por aclarar en el expediente de este chivato antes de que califique para el "plea bargaining."

Hay que demandar que presente al General Fernando Vecino Alegret ante los prisioneros de guerra de VietNam que lo acusan de ser su torturador. Tiene que entregar al Almirante Aldo Santamaría, al Embajador Fernando Ravelo y a Robert Vesco para que se les juzgue por las causas de tráfico de drogas por las que fueron encausados por jurados federales. Tiene que devolver a terroristas fugitivos de la justicia americana refugiados en Cuba, como Víctor Gerena, el Machetero que ejecutó el robo del Wells Fargo en Connecticut con financiamiento del Departamento Américas del Comité Central. Tiene que deportar a los Etarras que operan desde Cuba actividades de financiamiento de esa organización terrorista y aclarar los vínculos de los residentes del IRA en Cuba con el adiestramiento en terrorismo urbano a las FARC.

Además, tiene que entregar a los oficialess que asesinaron a los pilotos de Hermanos al Rescate para que se les juzgue igual que a sus espías en Miami. Tiene que permitir la inspección de sus extensas plantas biogenéticas y biológicas para que el Gobierno de EEUU pueda garantizar a este pueblo que Cuba no es una amenaza de guerra biológica. Tiene que desmantelar los campamentos Petis en la Sierra de los Organos para adiestramiento de terrroristas . Ah! Y, aunque al Senador Specter no le importa o lo ignora,el chivato Fidel tiene que desmantelar el aparato terrorista de estado conque subyuga al pueblo cubano.

Entonces, podremos empezar a negociar las concesiones a que él aspira.


FIN


Ernesto F. Betancourt
EFBHernand@aol.com

á 18 de Enero, 2002

Este y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org


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