EL ODIO A CUBA

por Esteban Fernández


Solamente el odio brutal, inexplicable y absurdo de unos desmadrados a una nación tuvo que haber sido el único motivo que los llevó a consumar la absoluta destrucción de la Isla de Cuba. Yo entiendo que un grupo de personas pueda ponerse de acuerdo para cogerse a un país, pero lo que no concibo es ¿por qué han tenido que hacer añicos a esa nación?.

Ya en los primeros meses del año 1959, mientras la mayoría de nosotros creíamos que al frente de Cuba estaba un recién estrenado “Gobierno Revolucionario”, en una bella residencia ( donde vivía el “Che” Guevara porque supuestamente “el aire de ese lugar beneficiaba su asma”) en una de las mejores playas del país, Tarará, se reunían diariamente un grupúsculo de desalmados (siendo este el verdadero gobierno secreto) conjurándose para implantar una bestial tiranía en nuestro país.

Lo que me parece increíble (de verdad que todavía a estas alturas de crímenes y atrocidades no lo concibo) es que este grupo a conciencia ya planeaba DESTRUIR A CUBA.

¿Por qué, por qué un grupito de jóvenes cubanos se complotaron para no solamente adueñarse del país, sino para acabar con él mientras el resto de los cubanos adorábamos a la Isla?

Han acabado con todo, no se han ocupado de construir nada, las viviendas que quedan en pie parece que están al caerse, no han pintado nada, el mar está contaminado, las calles rotas, no sé cuanto tiempo hace que no se arregla una calle en Cuba.

Hace poco le preguntaba a mi amiga Amir Santana por mi adorado Río Mayabeque y me contestó: “¿Qué Río? Ya ese río hace muchísimo que dejaron que se secara, ese río prácticamente ni existe”. Increíble pero cierto.

Mi buen amigo “Fonfi” Domínguez me dice algo parecido del río Caimito que tanto él disfrutaba en San Nicolás de Bari. A La Playa del Rosario no le queda ni una casa viva.

La Habana que era una de las mejores capitales del mundo en el año 1959 hoy anda a oscuras y a no ser los lugares exclusivos para el turismo esa una verdadera calamidad Quizás hasta la capital de Haití luzca mejor hoy que Cuba. Por lo menos más iluminada.

Dicen que hace muchos años Fidel Castro le dijo a Arturo Hernández Tellaeche: “ Este es un pueblo de H.P. y si algún día yo tengo poder en este país voy a aplastar a todos los cubanos como si fueran unas cucarachas”. “Arturito”, molesto, lo único que atinó a contestarle fue: “Por favor, Fidel, no digas eso que tu también eres cubano”. Y Fidel (por su odio a Cuba y a los cubanos) cumplió con su amenaza.

Y no solamente eso sino que arrastró consigo a miles de cubanos que se han prestado a hacer polvo y ceniza a una de las naciones mas prosperas de todo el universo.

Que el degenerado Fidel y comparsa de ladrones se convirtieran en millonarios es comprensible, pero que junto a eso acabaran con nuestro país, con la flora, la foresta, y hasta los mares, eso es inverosímil.

Todo el que ha estudiado las vidas de los grandes dictadores del mundo sabe que han sido malos pero que al mismo tiempo han tratado de compensar eso con beneficios parar sus países. Pueden haber entre nosotros miles de enemigos y críticos de Machado pero nadie puede ocultar que hizo miles de construcciones. Es más, sin Gerardo Machado no existiera ni la Carretera Central de Cuba. El que quiera puede criticar a Augusto Pinochet de Chile, pero para mí que salvó a Chile de convertirse en otra Cuba. ¡Hasta Hitler trató de mejorar a Alemania!

Y encima de eso estos facinerosos han tratado y han logrado desmoralizar al pueblo cubano. Porque la destrucción moral ha sido miles de veces peor que la material. Allí la gente no cree en nada ni en nadie, han perdido las esperanzas en la Patria y lo único que le interesa es resolver y escapar. Y por ese odio de los malvados a Cuba es que yo los odio tanto a ellos.



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