¿EL CUBANO FEO?

por Esteban Fernández


Ningún cubano verdaderamente se cree feo. Inclusive los que somos feos no sabemos que somos feos. Fíjese que "el cubano que usted considere lo más feo del mundo" sé faja, le meten un puñetazo, le tumban un par de dientes, y entonces se está una semana sin salir de la casa, evita sonreírse delante de la gente, se tapa la boca con un pañuelo, lo cual demuestra que él pensaba que "antes de la trompada él lucía perfectamente bien".

Lo mismo sucede con el fotógrafo y con las fotografías. A los cubanos nos encanta decir: "¡Mira, compadre, que mal quedé en esta foto!". Y ¿cómo es posible quedar bien en una foto si uno es feo?. Pero es que los cubanos no aceptamos ser feos, y le echamos la culpa entonces al fotógrafo.

Increíblemente un cubano feo es capaz de hacerle tremenda mala fama a un fotógrafo porque no supo hacer el milagro de dejarlo bonito en una foto, y le dice a todo el mundo: "Muchacho, con el tipo ese no te retrates que la última vez que me tomó una foto me dejó horripilante, pa'mi que no es ni fotógrafo, es un criminal con una cámara en las manos".

Por muy feo que sea un cubano no se inmuta para notarle la fealdad a otras personas. Eso yo no lo entiendo. ¿Cómo un feo puede criticar a otro feo por ser feo?. A mí me parece que debía haber más solidaridad y compañerismo entre los feos. Pero, de eso nada, un feo perfectamente puede decir: "Oye, mira para eso, ese tipo le mete miedo al susto", y el otro feo le contesta: "Chico y ¿tú no te has mirado en un espejo?".

Pero el espejo nunca nos dice la verdad, porque como nos miramos 20 veces todos los días en él, ya llega el momento en que POR MUY FEO QUE SEAMOS, ya uno se acostumbra a uno. Y es más, hasta podemos echarle ¡la culpa al espejo! por cualquier imperfección que nos veamos en la cara, y hasta llegamos a decir: "¿Qué le pasa al espejo este? voy a tener que comprar uno nuevo, ya no estoy luciendo bien en él".

Las culpables iniciales son las madres cubanas quienes aunque los hijitos sean unos cocomacacos ellas siempre los encuentran preciosos, les agarran los cachetes a los muchachitos y les dicen a todos: "¿Ustedes se han fijado que cosa más linda es este niño?"

Esa frase la madre cubana la repite un millón de veces. Después MAS NADIE EN EL MUNDO vuelve a decirnos esas palabras, ni nadie más considera que somos bellos, pero esa primera impresión que le causamos a la gran mujer que nos trajo al mundo queda grabada muy hondamente en nuestro ser. Es más, llegamos a creerla.

¿Que derecho tiene un barbero que nos hizo 20 cucarachas en el pelo, o un fotógrafo que no sabe tirarnos una buena foto donde quedemos preciosos, o un comebola que se atreve a decirnos que somos feos, a contradecir la opinión favorable que sobre nosotros tuvieron nuestras madres?.

Y para colmo de males un cantante llamado Pacho Alonso sacó una cancioncita que poco a poco se convirtió en un himno de lucha de los feos cubanos, y entonces a ningún cubano se le puede decir que "es feo" porque enseguida le echa mano a una estrofa de la canción y nos dice: "Que me digan feo, a mí que me importa, si la dicha de los que no son bonitos todos la desean"...

En realidad hay un solo cubano feo, y es el cubano que hacía 30 años no veíamos y de pronto nos saluda afectuosamente. No importa si 30 años antes era feo también, o si era mejor parecido que Cary Grant, ahora lo vemos y pensamos: "¡Ñoooo que feo se ha puesto este tipo!". A lo mejor yo estoy más feo que él pero ninguno de los dos nos enteramos de la verdad porque ambos nos decimos cariñosamente: "Chico, estás igualito".

Y un truco que yo uso es poner en esta columna la foto peor que yo tenga y entonces a la gente, cuando me conoce en persona, se ven obligados a decirme: “¡Compadre, té no eres tan feo en persona, yo creía que tú te parecías a Hugo Byrne!”....



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