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DOS CARTAS EN 43 AÑOS
26 DE JULIO DEL 63
por Esteban Fernández
Señor Esteban: Te escribo la primera y última carta en mi vida, hoy precisamente cuando se conmemoran 10 años del glorioso ataque al Moncada. Mi carta es para aclararte plenamente el motivo por el cual no quise que tu mamá me pasara el teléfono cuando yo estaba de visita en su casa y tú llamaste. Asco me hubiera dado hablar contigo.
Yo estoy aplicando para pertenecer al Partido Comunista de Cuba y no quiero que aparezca en mi expediente que yo me comunico, ni tengo contacto, con un gusano empedernido y vende- patria como tú.
Saliste de Cuba, abandonaste la tierra de los trabajadores, del proletariado, en los momentos en que más la Nación necesita de sus hijos y te has ido a revolcar en el estercolero de la gusanera en Miami. ¡Que pena me das!
Me dijo tu madre que tenías planes de irte al Ejército Norteamericano ¿cómo tú le llamas a eso si no es alta traición a la Patria? El Comandante en jefe ya los llamó a ustedes “los niños bitongos de Fort Jackson” Y, mientras, nosotros aquí construyendo el Socialismo.
Que diferente tú a mis dos hijos: la hembra está desde hace varios meses alfabetizando en los campos de Pinar del Río, pertenece a la Brigada Conrado Benítez, y el varón se fue a estudiar a Checoslovaquia. ¡Que orgulloso estoy de ellos!
Yo, y creo que tú bien sabes eso porque yo estaba presente cuando hicimos el inventario en tu casa, pertenezco a las gloriosas milicias territoriales, ya dos veces he subido a lo mas alto del Pico Turquino y me gané con creces la “boina verde olivo”. A mí la verdad que no “me cabía ni un alpiste en el c...” cuando personalmente la boina me la entregó el Comandante Raúl Castro en una ceremonia en Ciudad Libertad. Ese fue el mayor orgullo de toda mi vida. Mientras tanto tú estás pasando más trabajo que un forro de catre en el Norte revuelto y brutal. Eso es lo que se merecen los que se arrodillan ante el odioso imperialismo yanqui. Patria o Muerte, Venceremos, Teniente Panchito
26 DE JULIO 2006
Mi queridísimo Estebita: Te la comiste, que bien hiciste en irte de Cuba a tiempo, aquí la caña está a tres trozos. Mi hijo el varón se metió a “disidente” y lo llevan aquí “a la una mi mula”, a la hijita (de la que te hablé que era alfabetizadora) allá la preñó uno de esos “palestinos” de Oriente y eso me desencantó muchísimo. Ahora ella está un poco mejor porque, aunque ya se le ven los años, está trabajando de jinetera en Varadero.
Hace rato que me botaron de las Milicias porque tuve un tremendo problemón con un cochino que me robé, lo maté en la bañadera, y estaba vendiendo la carne de puerco de contrabando. Estuve 22 meses preso en el Combinado.
Estamos pasando mil necesidades y ese es el principal motivo de esta carta porque necesito que de alguna manera me envíes algunas boberías: Cinco pares de tenis Vans para mis nietos, 10 o 15 pantalones de los que venden en una tienda llamada Macy’s, unos pomos de Vitaminas B12, no me envíes nada del “Coñooo que barato” de Miami, ni del K-Mart, ni de la tienda “99 cents”.
A cada rato yo le llevo unas cuantas flores a las tumbas de tus padres. Debías tener eso en consideración. Te doy mi palabra de que si algún día vienes por aquí te doy un tremendo abrazo, ya lo pasado es pasado, yo soy 40 de cintura, camisas “large” y de zapatos soy talla 9. Dice mi mujer “que no te olvides de ella” y le traigas algo de un lugar llamado “Victoria Secret”. Créeme que si me hubieran dado el trabajo de portero del Hotel Meliá, al cual aspiraba, no te molestara. Te quiere mucho, Panchito
LAS RESPUESTAS SON IGUALES A LAS DOS CARTAS: “Váyase usted a freír espárragos. Sin aceite y sin espárragos.
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