LA BARRERA DE HABLAR INGLES

por Esteban Fernández


Cuando usted vive en los Estados Unidos usted escucha a todo el mundo diciéndonos lo importante que es saber el idioma Inglés. Es súper necesario. Aquí se necesita dominar el idioma nacional.

Desde luego, yo no voy a hablar sobre eso porque entonces esto fuera un comercial de "Inglés sin Barrera" sino que voy a hablar de la excepción de la regla: los líos en que se mete uno cuando habla Inglés y existen personas en el entorno que no lo entienden, ni lo hablan, ni lo leen. El compromiso del siglo es cuando tenemos, a la cañona, que servir de traductores. ¡Ñoooooo, qué difícil es eso!

Lo primerito que no entiende la gente que no habla Inglés (y mientras más viejos menos entienden eso) es que recibimos en el correo un montón de "junk mail". Es decir, que en el buzón todos los días nos llega un millón de basura en Inglés y que lo único que tenemos que hacer es romperlo y botarlo en al cesto, sin contemplaciones.

Pero a los viejos les encanta recibir cosas en el correo. Recibir cualquier cosa. Se sienten importantes cuando reciben algo. Y si es en Inglés más. Y se nos acercan con un tremendo mamotreto en las manos. Parece un libro. Con una letra chiquitica. Y nos dicen: "¿Qué es esto, que dice aquí?" Ya eso nos molesta, pero nos da lástima y le decimos: "Chico, no te preocupes, no le hagas caso a eso, bótalo a la basura".

Pero, de eso nada. Nos dicen: "Mira, yo lo que entiendo es que me están dando un premio de 100 mil dólares, léeme, léeme, a ver qué dice ahí". Y no nos queda más remedio que, estoicamente, pasarnos media hora leyendo y traduciendo al viejo una basura que de antemano sabemos que lo único que debemos hacer es darle un simple vistazo. A veces ni eso merece.

Cuando usted habla Inglés escucha con horror estas palabras: "Si tú ves lo que me ha pasado, me anunciaron que el Medicare me acaba de cambiar el médico, ahora es un doctor americano, creo que mañana tengo un turno con él, así que vas a tener que acompañarme al Hospital para que me ayudes un poquito con el Inglés".

Ahí, a la consulta del doctor americano, ya llega el viejo (llegamos) con 4 botellas de pastillas en las manos, para que inmediatamente, de sopetón, le traduzcamos las siguientes palabras: "Dile que esto es lo que me asienta".

Nos da pena, nos quedamos callados, y el viejo insiste: "Dile, coño, dile que yo llevo mil años tomando estas pastillas, y que no tiene ni que tocarme, que lo único que tiene que hacer es darme un refill de estas medicina". El doctor americano se sonríe después que nos escucha la ridícula traducción inicial y nos dice: "What is the problem with him?". El viejo entiende eso y nos dice: "Dile que padezco de UN AIRE EN EL CUELLO DESDE EL AÑO 44, eso me pasó porque salí del cine a las 12 de la noche y olvidé ponerme un pañuelo en la boca, me cogió una neblina y me quedé así, dile, dile, todo eso, no te quedes así impávido, y también dile que tengo culebrilla".

¿Usted ha estado con un amigo o un familiar que solo habla español y está bravo y quiere fajarse con un americano y lo quiere insultar y quiere que usted le traduzca su incomodidad? Nos dice: "Dile que ya perdí la tabla con él". Vaya, hasta risa nos produce decirle al americano: "My friend lost the wood whit you". "Dile que es un verraco, un lengua de trapo, un comebola". Le decimos "OK., espérate," "Sir, you are eating ball".

¿A usted nunca le ha pasado que un amigo que no habla inglés se enamora de una americanita y le dice: "Mi socio, dile, dile que me gusta montón pila burujón puñado, dile que yo la llevaría de rama en rama como Tarzán llevaba a Juana"? Desde luego, la buena noticia es que muchas veces el traductor se queda con la americanita.



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