EL PERRO QUE NO LADRA CUBANO

por Esteban Fernández


Yo quisiera que la mayoría de los cubanos leyeran este artículo con detenimiento. Jamás yo promuevo uno de mis escritos, pero este quisiera que lo leyeran todos los que están en contra de la tiranía castrista a rajatabla y a muerte.

Voy a ir despacito, con calma, y lo menos emotivo posible. Para empezar permítanme decirles que hay muchísimos cubanos que todavía no captan la verdadera y gigantesca maldad de Fidel Castro y de su atajo de criminales y sádicos a su alrededor.

Escúchenme bien algo que les tengo que decir: desde el mismo momento en que alguien dentro de nuestra Patria hace pública y notoria su enemistad contra el tirano y su régimen, y no le pasa nada, ponga en dudas esa enemistad. Eso es lo menos que usted puede hacer, yo personalmente no pongo en dudas nada y no creo en esa persona.

Y si alguien insiste en creer en esa persona, entonces, tiene que creer que Fidel Castro y su aparato de seguridad están siendo benevolentes con esa persona. Y yo no creo que Fidel Castro es benevolente ni con la madre que lo parió si resucita y lo critica.

En otras palabras todo el que públicamente ataca al régimen cubano dentro de la Isla tiene una “patente de corzo” dada por Fidel Castro. Es más, ese permiso para decir algunas cosas NO PUEDE SER OTORGADO POR NADIE QUE NO SEA CASTRO.

Mi estimado lector, por favor, todo el que no concuerde con esto tiene que pensar que Fidel Castro está siendo flojo, que ya no es la hiena que antes era. Y eso NO ES CIERTO. Fidel Castro sigue siendo inflexible, intolerable, sigue siendo una fiera que no le permite a un verdadero enemigo ni que juegue a la pelota en uno de los equipos nacionales. Cuando Fidel Castro, alertado por su Seguridad del Estado, considera que alguien representa un peligro para su régimen, lo refunde en una cárcel o lo desaparece.

¿Esto quiere decir que en Cuba no hay chance de nada? Si, hay mucho chance, pero los verdaderos enemigos del gobierno actúan callados, súper calladitos, sin contar con nadie, sin reunirse con nadie (y esto lo hacen cubanos dentro de Cuba) y dañan al régimen.

Y si un cubano con un ladrillo en la mano, sin decirle nada a nadie (desde el momento que en Cuba se reúnen 3 cubanos a “conspirar” se echó a perder la cosa) se lo revientan en la cabeza (el ladrillo) a un Comandante o Coronel o General cubano, sin que lo vea nadie, ESE SI ES UN ENEMIGO DE LA TIRANIA, a ese si que hay que auparlo y aplaudirlo sin conocerlo.

Es más, mis estimados lectores, ¡hasta en el exilio, desde hace mucho rato, hay que actuar clandestinamente! Porque aquí además de que Castro (desde que usted hace pública su intención de golpearlo) le infiltra sus agentes, lanza a sus seguidores a la crítica contra las acciones planeadas y encima de eso las autoridades norteamericanas le caen encima y desbaratan todo intento de atacar a la dictadura.

Por lo tanto, aquí, allá, y en todas partes, usted crea única y exclusivamente en el PERRO QUE NO LADRA Y MUERDE. No se deje llevar por cantos de sirena. Fidel Castro es un monstruo rodeado de miles de mini monstruos, y allá si el aparato de inteligencia, de contrainteligencia de la dictadura llega a la creencia de que alguien es PELIGROSO no le permiten ni tener teléfono, ni electricidad, ni libreta de racionamiento, ni trabajo ni nada. Lo hacen polvo y ceniza.

Y quede bien claro, Fidel Castro no cree, ni le interesa, es más, se limpia el trasero con todas las “presiones internacionales”, el tipo es un dinosaurio ligado con chacal. Y en un final para que alguien pueda decir “Estebita no tiene la razón en este escrito” tiene que pensar lo contrario y decir “Fidel Castro no es tan malo, ha cambiado mucho y está obligado a permitir muchas cosas allá que antiguamente no permitía”. Y de eso nada.



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