TIEMPO DE REFLEXIONES

por Esteban Casañas Lostal


Ahora le ha dado por escribir, nadie sabe por lo que da la chochera, y lo lindo, lleva diez meses reflexionando sobre cosas que a nosotros no nos interesa. Pero los tiempos han cambiado y lo que antes era bueno, dejó de serlo después de él. Es muy común entre muchos de nosotros, referirnos al tiempo señalando o haciendo un paréntesis para reflejar si fue AC, no es antes de Cristo, es antes de Castro. Abuela lo perdona, papá lo perdona, mamá lo perdona también, Payá lo perdona (Para eso es cristiano, ¿o no?), el Cardenal Ortega lo perdona (para eso es Cardenal, ¿o no?) Yo ando como ave errante buscando una sola razón para hacerlo.

Ahora mismo me acaban de mandar un mensaje para informarme que el tipo apareció retratado con un narra. La gente del patio no cambia, nunca perderán la costumbre de estar regando bolas. Aunque ahora es diferente, como estamos del lado de acá y tan distantes, no hace falta taparse la boca con la libreta de abastecimiento en la cola de la bodega ni hablar tan bajito. La bola es distinta, te llega en un Emilio con la dirección donde lo puedas encontrar. No contesté ese mensaje porque estoy muy agotado y como ven, recién comienzo estas líneas dedicadas solamente a la reflexión.

¿No vieron la última descarguita del tipo? Me refiero a esa donde decía que las ideas no se mataban. Me gustó, me gustó, solo que en su caso se pudo hacer una excepción. ¡Pues, ná! Los tiempos han cambiado y lo que era malo ahora lo no es. Es hora de tomarnos un tiempecito y ponernos a reflexionar junto a él, mirar sus fotografías recientes, sus gestos, su color, sus rebuznos guturales, su trajecito deportivo, la flacidez de sus manos, su rostro enjuto y ese afán en mostrarse buenecito. ¿No se conmueven? ¿No cambian de opinión? ¿No lo perdonan? Si la respuesta es negativa, sería recomendable realizar una mirada retrospectiva de nuestras vidas y consultar con nuestras conciencias. No podemos continuar estancados en ese lodazal de odio donde fuimos conducidos desde Enero del 59.

Va y él no tiene la culpa, va y todo se deba a la crianza que recibió en el seno de su familia. Porque según cuentan, el gallego se mandaba, era soberbio, mujeriego, y lo peor, tuvo que haber jodido a muchos guajiros para lograr ascender de simple cortador de caña a terrateniente. Bueno, según cuenta la historia, su padre le pegó los tarros a Lidia su esposa con Lina su empleada. Lo que no cuadra muy bien en toda esta burumba es que el chino no se parece a nadie. Dicen las malas lenguas que al viejo también lo arañaron. Bueno, si salió tan desquiciado y caprichoso pudo ser por esas razones, no creo que se pueda vivir totalmente feliz con esa vida tan desorganizada de aquel hogar.

Lo mismo pasó con Paquito, era un chama lindo que tenía a todas las jevas del barrio alborotadas. Le teníamos una envidia del carajo, no por lo lindo, ya saben que en el barrio no se estilan esas cosas tan banales. El lío era que Paquito ni jamaba, ni dejaba jamar, se pasaba el día frente al espejo peinándose su mota. Creo que a esa gente le dicen narcisistas, pero en el barrio decían que se miraba el culo en un charco de agua, ya saben lo que es la envidia. Na, los pollos atrás del tipo y el socio en su jodedera, cuando soltaba alguna gallina era porque no se le podía meter el diente, lo odiamos como ustedes no pueden imaginar. El chama tampoco era muy feliz que digamos, resulta que, uno de esos días de aquellos del noviazgo de sus padres, luego de pasarse unos buches se calentaron, cualquiera se calienta, ¿a ustedes no les ha pasado? Pero ese día fue fatal para ambos, sin despedirse de nadie en la fiesta donde estaban, se mandaron para la posada de 11 y 24. Una inmensa alegría recorrió ambos cuerpos cuando arribaron y vieron que no había cola, pero se equivocaron, la posada estaba cerrada por inventarios. Ahora me pregunto yo, ¿qué carajo se puede inventariar en una posada? Tal vez los palos que echan la gente, puede ser, en el comunismo todo es posible. Ahora vuelven a mandarme otro mensaje diciéndome lo mismo; pasa por www.viejocagon.com para que veas las fotos del tipo. Voy a tratar de ignorar a mis socios cibernéticos para terminar mis reflexiones. ¿Dónde me quedé? ¡Ah! En la puerta de 11 y 24 con los padres de Paquito bien calientes.

Como no había otra posada cerca del área y tampoco disponían de mucha plata para gastar en taxis, porque aún se pescaban algunos. El puro decidió agarrar la guagua para el parque Almendares, ya saben los de mi época que aquella fue considerada zona de tolerancia. Mal día eligió el puro de Paquito para meterse en aquel bosque repleto de esperma, fueron encuadrillados por una pandilla y los violaron a los dos. El chama escuchó una discusión donde ambos padres se acusaban por aquel accidente, se mantuvo en silencio durante mucho tiempo, pero un día, y estando en nota, se lo contó a Ñiquito a la salida de una fiesta en casa de Aurora. Ya saben ustedes como funcionan las cosas en la isla, un secreto se mantiene solamente si fue recibido de madrugada, al siguiente día, todos los chamas del barrio discutían sobre el poco parecido de Paquito con su padre. Bueno, con el tiempo se limaron asperezas sentimentales y el socio se adaptó a vivir con sus dudas, ese no era el castigo que Dios le había mandado.

Paquito perdió una pierna en un accidente mientras era transportado a trabajo voluntario. Ya saben como funcionan las cosas en la isla, los primeros días no cabía una sola persona en su cuarto de la Quinta Dependientes, los maestros, los militantes del partido, los de la FEEM, los de la UJC, los parientes, los vecinos, y por supuesto, nosotros, sus socios de jodederas. Pero todo aburre y al pasar dos semanas Paquito dejó de ser una novedad y perdió a todos sus pollos, dejó de ser lindo y de la noche a la mañana la gente le puso su apellido, el verdadero, el que cargaba hasta mi salida, El Cojo.

Su verdadera tragedia no comenzó con la pérdida de aquella pierna, el lío se inició a la hora de conseguirle unas muletas. Ya saben ustedes como funcionan las cosas del socialismo, el hombre nuevo tenía que ser perfecto y no se tomó en cuenta su caso. Por suerte, murió la abuelita de Margot y le prestó las muletas con carácter devolutivo (así decían en esos tiempos) Alegaba ella que era una herencia familiar, y que había recorrido varias generaciones de los suyos, que aquellas muletas habían sido bendecidas en El Rincón, y que era la única joya conservada de sus ancestros, porque todas las prendas y porcelana de su familia, se había cambiado por un refrigerador y una grabadora Sanyo cuando las tiendas del oro.

Paquito se sintió más animado al tercer mes del accidente y un mediodía, decidió recorrer parte del barrio, todos lo saludaban a su paso. Solo él no se había percatado de las manchas color ámbar que tenía debajo de los sobacos, nadie le mencionó nada tampoco, muchos guardaron silencio por caridad. Su madre le llamó la atención y él se quitó la camisa en el portal de la casa para comprobarlo, trató de olerla y de solo acercarla le produjo náuseas. Miró a las muletas y descubrió que la tela colocada para suavizar el contacto de ella con los sobacos, se encontraba forrada de una tela con marcas de miles de sudores. En el baño se restregó con un estropajo de soga que le preparó su madre, pero por mucho que se restregaba, la peste se negaba a abandonar su cuerpo. Abrió el rústico botiquín del baño y extrajo un tubito de desodorante Fiesta, realmente supuso que fuera de esa marca, porque en realidad nunca había sido marcado. Era de aquellos cuyos tubitos plásticos eran utilizados como rolos por las mujeres y olían a creolina. Se lo frotó con violencia unas diez veces sin muchos resultados, la peste a grajo había calado muy fuerte en su olfato.

El problema más grave enfrentado por Paquito no fue la peste a grajo, mal que nunca lo abandonó y dijo se le pegara de la abuelita de Margot, aunque nadie ha demostrado que esa peste se pueda contraer por contagio. El lío más grave fue a la hora de comprarse zapatos, Paquito protestaba en todas las tiendas donde llegaba con su libreta de productos industriales, lo abrigaba la razón, ¿por qué tener que pagar por un par de zapatos cuando en realidad solo necesitaba uno? La respuesta era la misma; es lo que está orientado, cumplimos lo establecido por el ministerio, son órdenes que vienen de arriba, etc. Hubo una empleada que le sugirió escribiera su preocupación y la dejara en el buzón de “quejas y sugerencias”, pero ya saben ustedes como funcionan las cosas allá, el administrador tenía que elevarlo a la zona, la zona al municipio, el municipio a la región, la región a la provincia, la provincia a la nacional y eso se tomaba varios años. Paquito expuso en su carta todo lo relacionado con el ahorro de materia prima, divisas, horas de trabajo, costo de producción, trabajo voluntario, donaciones a otros países donde existieran mutilados de guerra, etc. Aquella carta fue el tema de jodedera en varias asambleas de balance y curdas de administradores, ¡qué cojo más comemierda!, expresaban todos. Uno de los closets de la casa se fue llenando de zapatos, los comprados por la libreta, los de la bolsa negra y los que les mandaban sus primos de la comunidad. Toda una amplia colección que partía desde los Kiko plásticos hasta los cómodos Adidas.

Pero esto no fue lo peor que pudo ocurrirle en su nueva condición, el tiempo pasaba y no la veía pasar, los años le caían encima castigado por una terrible abstinencia sexual, y ese, es el peor castigo al que puede ser sometido un cubano. Lo primero es tener cuatro trapos, poco importa si te gastas el dinero y luego no tienes para comer, lo segundo es el sexo y lo tercero es jamar. Paquito solo disfrutaba de la primera y la última condición. Su carácter iba empeorando y tuvo necesidad de asistir a un psicólogo, éste le recomendó trabajar y reintegrarse a la sociedad, no le mencionó nada de sexo. Bueno, cuando la libreta apretó mucho, la gente se olvidó un poco de ese deporte y se dedicó a pasear la ciudad con una jabita en la mano. Paquito le hizo caso a su psicólogo y se buscó una pincha que fuera sentado, pero sus angustias iban en aumento. Las guaguas, que existían en aquellos tiempos, paraban a veinte o treinta metros de las paradas, todos se mandaban a correr y él debía mantenerse en su lugar por las condiciones de su caso. Eso trajo como consecuencias que Paquito llegara frecuentemente tarde al trabajo y a su casa, situación que lo privó de ganarse los efectos electro domésticos que repartía el sindicato. Regresó nuevamente a las sesiones de consultas y terapias de relajamiento, uno de esos días, el psicólogo le dijo algo que cambió para siempre la vida de Paquito.

-¡Compadre, tú sufres mucho! Al socialismo hay que agarrarle la vuelta, si tú eres capaz de agarrarle el tumbao, vas a comprobar que esto es un vacilón.

-¿Tú crees?

-¡Pues, claro! ¿No tienes dificultades para agarrar la guagua por la mañana? Levántate una hora o dos antes. Viajarás sentado y arribarás antes que nadie al trabajo.

-¿Y por la tarde?

-¿No te pasas tres horas comiendo mierda en la parada de la guagua?

-¿Qué remedio no me queda?

-¡Otro! Quédate en el trabajo con el pretexto de hacer trabajo voluntario y sale cuando las guaguas pasen vacías.

-¿Trabajo voluntario, haciendo qué?

-Comiendo mierda como hace todo el mundo en este país, ¡ahhh!, pero no olvides que allí estará el representante del sindicato controlando las horas.

-¿Y todo para qué?

-¡Coño, qué bruto eres! Ya estás insertado en la sociedad, puedes ser vanguardia nacional y te ganarás todas las mierdas que reparten por el sindicato, ¿comprendes ahora?

-Tienes razón, ¿cómo no pude imaginarlo? Pocos meses después, Paquito era propuesto en una asamblea de emulación.

-Yo propongo al compañero Paco como obrero de avanzada, vanguardia del mes y propongo se le inicie todo el proceso como aspirante del partido. Una fuerte ovación siguió a la culminación de aquellas palabras expresadas por el secretario del partido de su centro de trabajo. Acaba de llegar otro mensaje donde me sugieren vaya a un foro llamado Café Cubano, donde aparece información sobre la aparición del viejo. No les voy a responder, prefiero terminar mis reflexiones.

Paquito se ganó un televisor, una semana en el campismo de Puerto Escondido y le otorgaron la militancia directa al partido por su condición de excelente trabajador y minusválido. Pero nadie mencionaba nada sobre las relaciones sexuales del infeliz y la acumulación de espermatozoides en su cerebro, desarrolló la parte negativa del ser humano y se convirtió en un magnífico militante. Todo el odio contenido en un ser humano hizo acto de presencia en él, y su lengua se desarrolló más allá de las dimensiones humanamente conocidas. La gente decía que el cojo era chivato, pero hoy, cuando estamos inmersos en tiempos de verdaderas reflexiones de lo que ha sido nuestras vidas, caben muchas preguntas, pero solo elijo una de ellas. ¿Es verdaderamente Paquito el responsable de convertirse en un verdadero militante y enemigo de sus camaradas de trabajo? Definitivamente no, la culpa la tienen los guagueros, los administradores de las tiendas que no atendieron sus reclamos, el cabrón del puesto de viandas que lo obligaba a espantarse la cola. ¡Coño! Que una cola es molesta con las dos piernas, hay que ser humano y comprender que no es fácil repartir todo el peso del cuerpo en una sola pierna. La culpa de que Paquito se haya convertido en un hijoputa, porque hasta eso manifestaron los compañeros de su trabajo, los vecinos de la cuadra y hasta sus antiguos socios del barrio. La tiene el cabrón que fabricaba aquellos desodorantes y le hizo sufrir de unos dolorosos golondrinos, la tiene el que le quitó la leche a los siete años, los que violaron a su madre, el chofer del camión que lo transportaba al trabajo voluntario, y por último, el cabrón psicólogo que le recomendó insertarse en la sociedad. Paquito es inocente.

Vuelve a llegar otro mensaje insistiendo en que visite otro foro para que vea fotos de la aparición del último articulista de Cuba. Creo que me voy a detener un momentico o no me dejarán tranquilo en lo que resta de tarde para concluir estas reflexiones.

Acabo de regresar y ver las últimas fotos de la momia, ¡Chico!, se le ha estirado la frente, si continúa reposando se le va a unir con el culo. ¡Qué cara de comemierda tiene! Se ve de lo más tierno abrazado al narrita, yo no sé ustedes, pero esa foto está de lo más pájara. ¿Habrá salido del closet? No puede ser casualidad, ya van varias veces que se muestra en poses similares, y lo otro, su sobrina defendiendo el derecho de los homosexuales, ¿no es demasiada casualidad?

Olvidemos todos esos prejuicios machistas, hoy me he propuesto lanzar un llamado a la reflexión, no podemos continuar viviendo dentro de esa atmósfera de odio. Total, si cuando uno llega a convertirse en un viejo cagalitrozo, es como si adquiriera el diploma de bueno. Todos se compadecen de ti, poco importa el daño que pudieras haber causado en tu vida, viejo y bueno son sinónimos, y si existen dudas pregúntenle al Cardenal Ortega. Hay que reflexionar, y como están los tiempos, donde lo malo es bueno y la vida está saturada de incoherencias de las que no escapan los pueblos. No podemos condenarlo por toda su colección de muertes y ruinas, los pedraplenes se encuentran justificados, ¿no fueron premiados por los gallegos como las construcciones maravillosas del siglo pasado? ¡La culpa no la tiene él, caballeros! Su padre era peor, ¿y su madre?, ¿y la comadrona? Los tiempos cambian y lo cuerdo dejó de serlo, los que se escapan a Miami son cobardes, ¿y los que se perdieron cuando el ataque al Moncada? ¡Qué casualidad que él se perdió! Y ná, la gente que lo sabe lo perdona y sale a marchar por las plazas con los tenis que les envían desde la comunidad. Tiene razón, las ideas no se matan, al que había que matar era al negro que dijo esa frase y le salvó la vida, hasta al mismo Batista que le concedió una amnistía. ¿Ahora? A tragarlo hasta que se ponga el traje de palo. ¿Y el pueblo? Que se vaya acostumbrando a limpiarse con su epitafio, que pa’eso lo publican en el Granma y ya se han adaptado perfectamente a su uso.

Mi abuelo lo perdona, mi padre lo perdona, hasta mi madre lo perdona también. Lo perdona el Cardenal y hasta el mismísimo Papa, lo perdona Payá y propone dialogar, ¿con quién? La asociación Guanajamín (en honor al ilustre pintor ecuatoriano) Lo declara padre de todos los desposeídos del mundo. ¡Hum! ¿Podrá arrebatarle el título a Stalin, Hitler, Milosevic, Hussein, Mao y todos esos cabrones que han producido miserables en este mundo? La batalla es ardua por seleccionar al mejor, yo ando como ave errante buscando una sola razón para perdonarlo, pero choco de frente con toda la destrucción que se ha producido en mi tierra y no puedo. Que lo perdonen todos esos pendejos y traten de dialogar con él, yo no puedo y me cago en todas sus reflexiones. Paquito no era bueno na, era un cojo chivato, seguro que sus muletas fueron usadas para darle candela en el infierno.


Esteban Casañas Lostal
2007-06-04
Montreal..Canadá.



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