"LA PASIÓN DE CRASTO"


-¡Consorte! Yo pensaba que esa enfermedad del tipo había nacido cuando la vaquita Ubre Blanca.

-¿De qué me hablas, asere?

-Del lío de este tipo con las vacas.

-¿De dónde sacas eso? Mi ambia, borra el casete y disfruta la vida, ¿no escapaste? Ya estás aquí, no te atormentes más con las cosas de la isla. ¿Pica algo?

-No es fácil, consorte, fueron muchos años con el mismo teque. Yo quisiera que lo hubieras visto, hablaba con mucha pasión y movimientos estudiados, y la gente embobecida escuchaba y aplaudía, escuchaba y aplaudía, como el cuentecito del ratoncito Pérez, solo que al revés, metió a todo el mundo en la olla.

-¡Asere! Yo te comprendo, todo el que llega lo hace cargado de traumas. Llevas un año deslastrando y no sé cuando vas a terminar, tú eres un caso grave. Aquí la gente se va olvidando de esos líos en cuanto chocan de frente con la realidad, pero al parecer, tú insistes en permanecer dentro de la fosa.

-No es que yo insista, consorte, el problema es que te vas enterando de cosas que nunca escuchaste y te das cuenta de que estabas allí como los demás, escuchando y aplaudiendo.

-¿Y qué tienen que ver las vacas con todo esto?

-¡Na! Los otros días andaba trasteando tu computadora y entré en una página donde aparecía TV Martí en vivo. Estaban pasando un programa que se llama Pantalla de Azogue, bueno, hablaban sobre un documental titulado “Cuba la bella” o algo así. ¿Qué te cuento? En uno de los pasajes del documental, aparece el tipango hablando de vacas otra vez.

-¿Otra vez?

-Sí, pero que esta vez yo no lo había visto, no me imagino dónde rayos pude estar, pero estoy seguro de que yo estaba allí, escuchando y aplaudiendo.

-¿Sabes una cosa? Yo tengo un socio que es psicólogo, mañana le voy a tallar por teléfono de tu caso, estoy seguro de que no nos va a cobrar nada, nosotros hicimos la secundaria juntos. ¿Pica algo?

-Consorte, ¿insinúas que estoy loco?

-¡No, mi ambia! Solo tienes un trauma, ya te dije, todo el mundo arriba así. Solo que cuando chocan con tres campanas diarias, el alumbrón, un carrito, la playa, la neverita llena de laguers y la mesita de dominó, se curan rápido. ¿Pica algo?

-Tú dices eso porque no viste el pedacito de aquel discurso, es material que debe guardarse para la historia.

-¿Tanto así?

-¡Imagínate! El tipo hablaba con una seriedad del carajo, ya sabes, él busca la pose adecuada para cada frase y así poder impresionar, cuando menos, lograr el efecto deseado. En esto no hay quien le quite el uno, bueno, eso era antes, porque ahora cuando lo ves y escuchas dan ganas de vomitar, es un esperpento.

-Mi socio, ahorra los comerciales, todos lo conocemos. ¿Cuál fue el tema?

-¡Ná! Que dijo el tipo, y mira que hace tiempo de eso, te lo digo porque estaba joven. Dijo el tipo que según unos estudios realizados en la isla, las vacas con pigmentación colorada en la piel daban más leche que las otras.

-¿Quéeeeee? Manolo se levantó y dirigió sus pasos hasta una neverita portátil y extrajo dos cervezas. Luego de brindarle una a Pancho, encendió un cigarrillo y se sentó nuevamente en su sillita plegable. -¡Esto si es vida, consorte! El mar, la brisa, el laguer, una buena vara. ¡Olvida todo ese lío con las vacas de mierda! Total, tú no eras vaquero ni la cabeza de un guanajo.

-¡Parece mentira Manolo! Tú eres de los tipos que se intoxican con una CocaCola y se olvidan de la patria.

-¡Asere! ¿Me estás hablando de patria o de vacas?

-De vacas, consorte, pero ellas también forman parte de nuestra patria.

-Indudablemente tengo que llevarte a la consulta de mi socio.

-Consorte, me voy a acomplejar, ya van varias veces que insinúas que estoy loco.

-No es que la tenga cogida contigo, mi herma. Todos llegamos con esa carga en la cabeza, pero parece que a ti te sobrecargaron. Vamos a ver, ¿cómo es el asunto de esas vacas?

-No lo hagas por compromiso, si lo deseas, podemos cambiar de tema.

-¿Cuál tema?

-Podemos hablar de la visita de Moratinos a la isla.

-¿Y quién es ese tipo?

-Ya ves que andas perdido, es el Ministro de Relaciones Exteriores de España.

-¡Mira! Si te pones a hablar mierda recogemos todo y regresamos. Continúa mejor con las vacas.

-Ya ves que el tema de las vacas es interesante. ¿Qué te cuento? Dijo el tipo eso sobre las vacas colorá y no quiero pensar en todo el corre-corre que se habrá formado en la isla.

-Yo pensé que ibas a refrescar un poco, ¿tu cuña no te ha llevado a un miraculo?

-¿Un miraculo?

-¡Sí, consorte! Donde bailan las jevas encueras.

-¡No jodas! Mongo es un hombre de su casa, tú sabes bien que es evangélico. ¿Cómo se te ocurre esa idea?

-No te ofendas, mi ambia. Solo te pregunté, eso te puede ayudar a borrar el casete. ¡Hay cada hembra que ni te imaginas! Pero no me hagas mucho caso, sigue con tus vacas si eso te hace feliz, hay que hacer patria.

-¡Coño! Parece que quieres hacer la noche conmigo, ¿Me estas vacilando?

-Por nada del mundo, está de lo más interesante el tema, por fin, ¿se descubrió que las vacas rojas daban más leche que las otras?

-Bueno, eso dijo el tipo en aquel discurso, pero hasta donde tengo entendido no se resolvió nunca el asunto de la leche en la isla. Como te decía, ¿te imaginas a todos los secretarios del partido y miembros de la ANAP en esa movilización? Porque tuvo que efectuarse una en esos tiempos.

-¿Para qué? No te comprendo.

-Se ve que hace treinta años que escapaste, no sabes nada de aquello. Porque los deseos y sueños de la momia eran órdenes, ¡coño!, ¿dónde estaba yo que no recuerdo nada?

-No te rompas el güiro, Pancho. Va y estabas en esa concentración y en el momento de ese discurso habías ido al baño. A cualquiera le da deseos de orinar, ¿no?

-Es probable, es probable, pero allí no termina la cosa.

-¡Ahhhh, nooooo! ¿Hay algo más que quieras decirme?

-Bueno, hay partes del documental donde presentan a unas vacas que están siendo ordeñadas.

-Eso es normal, Pancho. En cualquier parte del mundo ordeñan a las vacas para sacarle la leche. ¿Pica algo?

-Bueno, sí, desde que tengo uso de razón sé que hay que ordeñar a las vacas, pero en este caso todo era distinto.

-¿Cómo que distinto? La leche siempre ha salido por las tetas, ¿sabes una cosa?, estás a punto de traumatizarme. ¡Miraculo contigo pa’la próxima! Allí no se puede estar dando tanta muela.

-¡Coño, Manolo! Esto es en serio, no me cojas pal trajín. Estaban ordeñando a una vaca como lo hacen en todas partes del mundo, bueno, hablemos del tercer mundo. El guajiro sentado en una banquetica justo al lado de las tetas y el cubo que no debe faltar. Pero lo interesante radica en que tenían la cabeza de la vaca dentro de un cubículo refrigerado.

-¡Nooooooooo! Pérate, voy a buscar otros laguers. Hubieras comenzado por ahí, pero coño, todos los que llegan ahora son como tú, enfermos a los comerciales, ¿pica algo? Manolo colocó suavemente la botella vacía al lado de su sillita y se levantó por otras dos cervezas. Luego de llevarle una a su amigo, repitió la operación de encender un cigarrillo. -¿Hablaste del güiro de la vaca metida dentro de una nevera?

-Eso fue lo que vi en el documental, dicen que era un experimento y que las vacas daban más leche.

-¡Coño! Ese tipo está loco. ¡Consorte! Ese lujo no se lo han dado los grandes productores de leche. ¿El güiro de la vaca en aire acondicionado?

-Así mismo, Manolo. No sé cómo le habrán llamado a ese experimento, pero me imagino haya sido la “Operación avestruz”. Tú sabes lo misteriosos que son ellos y como explica el director del documental, es probable que haya sido un secreto de estado hasta hoy, porque el socio se robó todo ese material de los archivos del ICRT e ICAIC.

-Operación avestruz, ¿por qué?

-Eso se cae de la mata, consorte. El avestruz esconde la cabeza en un hoyo y deja el culo afuera. Ese es el punto, esconder el güiro, hay que protegerlo siempre, lo demás no importa.

-Pancho, disculpa si discrepo contigo, pero desde que tengo uso de razón el cubano ha tratado de cuidarse el fondillo. ¿Resolvieron con ese experimento?

-Asere, tú sabes como son las dificultades en el patio y me imagino las tragedias de esas vacas. Cuando no hay electricidad se rompe el equipo de refrigeración, falta el gas, el vaquero se puso a comer mierda con una de las empleadas y se le olvidó sacar el güiro de la vaca de la nevera. Digamos que el vaquero no andaba en jodederas, pero lo llamaron para una asamblea relámpago y se olvidó del asunto, y ahí mismo se jodió la vaca. Allá todo es un problema, hasta la mismísima banquetica del vaquero. ¡Coño, Manolo! ¿Qué vaca puede dar leche en esas condiciones?

-De verdad, las vacas tienen toda la razón del mundo, de milagro no se han escapado en balsas.

-Pero ahí no termina todo.

-¡Ahhhhhhh, noooooo! ¿Pica algo?

-No, después hablan de unos toros que vivían en unas naves con aire acondicionado y música indirecta.

-¿Toros? Pero los toros no dan leche, esos animales vivían mejor que los seres humanos.

-No te quepa la menor duda, ellos vivían mejor que todos nosotros, eran sementales dedicados a la inseminación artificial. Hablamos de unos hermosos ejemplares comprados en Canadá.

-Entonces, resolvieron definitivamente el lío de la leche.

-Al parecer no, el racionamiento continúa igual, solo se ofrece ese producto a los niños menores de siete años. Todo parece indicar que las vacas cubanas no se pusieron pal negocio de la inseminación, no es fácil Manolo, no es igual.

-¿No es igual? No te entiendo.

-No es lo mismo, men. Las vacas no sienten el peso del toro y todo resulta sobrenatural.

-¿Sobrenatural?

-No es lo mismo para el toro ni para la vaca.

-No te comprendo, consorte.

-¡Compadre! Que para inseminar a una vaca hay que extraerle el semen al toro.

-¿Una paja?

-Más o menos, pero no te voy a explicar cómo. Luego, el inseminador le introduce un brazo por el ano de la vaca y ……

-¿SEXO ANAL? Gritó Manolo indignado.

-No tanto así, mi ambia. Por la vagina se le introduce una varillita….

-¡Eso es una mierda, Pancho! Las vacas cubanas no están acostumbradas a esos disparates.

-¡No son disparates, mi herma! Eso se aplica en la mayoría de los países desarrollados o con grandes ganaderías.

-¡Pero, coño! Si en Cuba existían tantas cabezas de ganado como seres humanos. ¿Qué necesidad tenía ese loco de estar experimentando tanto? ¿No era mejor dejar las cosas como estaban?

-Todo evoluciona y el hombre participa activamente en esos cambios, es muy normal buscar recursos que economicen esfuerzos para el bien de la humanidad, eso no se le puede criticar.

-¡Mire, compadre! No coma tanta mierda con tantos experimentos, ¿resolvieron el problema con la leche?

-No, aún no se ha resuelto, pero…

-No hay peros que valgan, ni era necesario meterle la cabeza a la vaca dentro de una nevera, ni estar comprando toros para realizarles pajas. ¿Obtuvieron algún logro?

-Bueno, no se puede negar que lograron algo.

-¿Algo, qué?

-¡Coño, Manolo! No se puede negar el éxito alcanzado con Ubre Blanca.

-¡Ubre Blanca! ¿Solo una vaca? No me jodas Pancho, medio siglo de experimentos para lograr una sola vaca que murió al poco tiempo. ¿Podía ella solita abastecer de leche al pueblo cubano?

-En eso tienes razón, pero no olvides que hace poco lograron las vacas enanas.

-¡Coño, Pancho! ¿Estás hablando en serio? Hablamos de la necesidad que existe y la incapacidad del régimen para garantizar la leche a los niños, no hablemos de la población. ¿Vienes a mencionar esas minivaquitas como un logro?

-Bueno, mirándolas desde un punto de vista genético, sí.

-¡Coño, compadre! Mañana te llevo de cabeza para la consulta del Bola, tú estás a punto de suicidarte con todo ese ajiaco que tienes metido en la cabeza. ¿Sabes por qué estás así? Por culpa de Mongo, si el tipo te hubiera metido de cabeza en un miraculo cuando llegaste, ya hubieras estado curado. ¿Dónde te metió?

-En el templo consorte, llevo un año orando.

-¡Ahhhh, nóooooo! Por eso estás tan grave, mañana mismo te meto a ver jevas encueras. Yo no sé dónde coño Mongo se convirtió a esa religión, porque mira que ese tipo pegó tarros en La Habana.

-Pues mira, si lo ves no lo conoces, es todo un santo.

-¿Un santo? ¡Qué clase de comemierda tú eres! Mongo es la llama, consorte. ¡Fíjate en lo que te voy a decir! No te pongas a comer mierda y andar pregonando estas cosas en Miami. Te van a meter un acto de repudio, cuando te pregunten ya sabes, tú no sabes nada de vacas ni un carajo, ¡vaya!, puedes decirles que las pintaron de carmelita, y que a cada vaca le asignaron un aire acondicionado, y que a los toros le sonaban viagras en la jama. ¡Inventa cualquier cosa! ¿Pica algo?

-No pica ni timbales, no jodas más con la misma pregunta. Esto está igualito que el malecón de La Habana.

-¡Coño! Me dijeron que en los cayos picaba. ¿De verdad que las vacas carmelitas daban más leche que las de otro color?

-¡Mira! Recoge la vara y vamos mejor a un miraculo, quiero despejar.


Esteban Casañas Lostal
Montreal..Canadá
2007-04-10



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