UN RON PARA TODOS

por Esteban Casañas Lostal


Los martes yo no estoy trabajando en el restaurante por un acuerdo familiar, este día, mi hijo mayor me cubre y lo tomo de descanso. Sin embargo, como él debe atender otros negocios familiares, yo me tomo el trabajo de realizar las compras de ese día y atiendo todo lo concerniente a la limpieza, etc. ¡Qué les cuento! Siendo aproximadamente la una y treinta de la tarde, comienza a sonar el teléfono del restaurante y cuando leo el origen de la llamada, veo que se encuentra identificada como realizada desde el Consulado General de Cuba en Montreal. No me molesté en levantar el teléfono y responder por varias razones. Caben destacar entre ellas que, yo no mantengo relaciones con ellos, y como es de suponer, dudaba lo hicieran para realizar cualquier tipo de reservación, fueron insistentes y el número de timbrazos se repitió hasta que se agotaron.

Llamé inmediatamente a mi hijo para ponerlo al tanto de la situación y me contesta que ya lo habían llamado, pero por estar atendiendo asuntos de negocios no los pudo atender, y que les devolvería la llamada.

Hace solo unos minutos, acaba de llamar mi hijo para informarme sobre la insistencia de aquella llamada originada desde el Consulado Cubano en Montreal. Me manifestó que, la nueva Cónsul había tenido la molestia en llamarlo para informarle que, su entrada al país había sido negada por las autoridades en la isla. ¿Razones? El primero de Septiembre y luego del traspaso provisional de poderes realizado por el dinosaurio cubano a su hermanito, la prensa canadiense invadió nuestro restaurante en busca de la opinión de la comunidad cubana en esta ciudad.

Como es de suponer, y luego de un largo recorrido por lugares donde laboran cubanos residentes en Montreal. Los esfuerzos realizados por aquellos periodistas, tuvieron resultados negativos por razones ya explicadas en artículos anteriores. Y como bien manifesté en uno de esos artículos, mi hijo se extendió y para sorpresa mía, más allá de lo que siempre había calculado. Su foto y declaraciones aparecieron en varios medios de prensa escrita y televisiva. Esteban Casañas Jr. Violando los códigos de miedo y terror establecidos silenciosamente en contra de esa comunidad, aparentemente apolítica y timorata, dio rienda suelta a sus sentimientos ocultos hasta esa fecha.

Como título al artículo aparecido en varios periódicos al siguiente día de traspaso de poderes entre “hermanitos”, hubo uno que se titulaba “Un ron para todos”

http://www2.canoe.com/infos/international/archives/2006/08/20060802-082750.html

Pues bien, aunque piensen que le han provocado algún daño, tanto a él como a nuestra familia. Debo agradecer a la señora Cónsul de nombre Zaida por la tranquilidad que nos devuelve a todos con la noticia de la que ella fuera mensajera. Mi hijo le preguntó si aún podía renovar su pasaporte cubano y ella le contestó que sí. Bissnnes is bissnnes y mientras no acabe de obtener la ciudadanía canadiense, se verá obligado a pagar caro por ese pasaporte que solo sirve para viajar al paraíso y te define ante las aduanas del mundo como “un posible inmigrante”. Ya estoy cansado de llamarle la atención por este abandono de su parte.

Hoy más que nunca, me siento orgulloso por las palabras pronunciadas por mi hijo aquel día y las ratifico. Habrá bar abierto para todos los cubanos que deseen celebrar con nosotros la muerte del tirano más repudiable conocido en la historia de Cuba. Valeriano Weiler, Machado y Batista eran niños de teta al lado de este admirado asesino al sur del río Bravo.

Pero no vayan a pensar tampoco que somos comemierdas, de esos tragos gratuitos no van a disfrutar aquellos que han cumplido las órdenes del consulado cubano y dejaron de asistir a nuestro restaurante. Si así lo desearan estamos dispuestos a brindarle una listica de todos sus colaboradores en esta ciudad, ¿por donde comenzamos?

Bueno, mañana voy a tratar de establecer contacto con el autor de aquel artículo para hablarle sobre los resultados y, para que los canadienses conozcan al detalle sobre la libertad de expresión que existe en nuestro país y que trasciende sus fronteras.

Ya saben; ¡Un ron para todos! (Cuando muera el hijoputa) Pero no para todo el mundo.


Esteban Casañas Lostal
Montreal..Canadá
2006-09-12


Y si tenéis por rey a un déspota, deberéis destronarlo, pero comprobad que el trono que erigiera en vuestro interior ha sido antes destruido. Jalil Gibrán

Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

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