"LA PELOTA Y UN COÑITO" por Esteban Casañas Lostal ¡Qué no hay que ponerse tan feo, coño! Que esto es solo un jueguito, no hay razones para enervarse tanto, ni poner cara de tranca, ni demostrar que somos agresivos. Lo de pelarse al coco pasa, está de moda, pero aunque no lo estuviera es muy higiénico. Ustedes saben los problemas que existen para comprar jabón, y cuando hay jabón tenemos problemas con el manto freático, la sequía, las tuberías podridas, y hasta el cabrón apagón. ¡Ná! Que antes se burlaban de los calvos y hoy es una virtud, ¿cuándo han visto a un calvo con piojos? Pero bueno, si encima de eso ponemos mala cara la cosa está jodida, no hay quien se los dispare. Luego, esa rara mañita de cubrirse la boca el manager y el pitcher. ¡Caballeros! Aquí hay libertad de expresión, ¡digan lo que les de la gana! Es más, están autorizados a mentarle la madre a esos que les sacan cartelitos. No es pa’menos, les están poniendo malo el daon. ¡Ná! Pueden ser falsas deducciones, va y es por el mal aliento, va y le trasmite órdenes cifradas del comandante, va y le está haciendo una crítica constructiva, va y lo está amenazando con la próxima asamblea de méritos y deméritos. ¿Quién pudiera saberlo? Es por el mal aliento, tiene que serlo, coño. Se nos olvida las dificultades para conseguir pasta dental, y si la consigues vienen los problemas con el cepillo, y luego los líos con el agua, el manto freático, la sequía, las tuberías y el mismo cuento. No me cabe la menor duda, es peste a boca. ¡Qué no hay que ponerse tan feo! Luego, y con esos nombrecitos inventados, no es lo mismo, no es lo mismo. ¡Coño! Que a los tres segundos de leer uno de esos nombres no puedes recordar quién carajo metió un jonrón. Hasta eso escaseó en la isla, el tipo acabó con todo, hasta con los nombres. Hay que hacer algo, no sé, una campaña internacional para que envíen urgente un cargamento de nombres a la isla. ¡Qué no es humano, coño! Hay que luchar por nuestros hermanos, no podemos permitir que los sigan bautizando con esos nombres tan raros. ¿Y la iglesia, qué hace la iglesia? No comprende el Santo Padre que habrá que inventar santos. Tremenda tarea nos espera cuando se caiga el comandante, no es fácil, no es fácil. ¡Imagínense ustedes! Hay que bautizar nuevamente a unos seis millones de cubanos, ¿y el agua bendita?, van a tener que traerla del vaticano. Ya saben lo del manto freático, las tuberías, la sequía y toda esa historia que publican cada año. ¡Coño! A ese paso le van a cambiar el nombre a la patrona de Cuba, ¿se imaginan eso?, va y cuando regresemos se llame Carisleidys. No sé, me rompo el coco y no acabo de comprenderlo. ¡Coño caballeros! Con la cantidad de problemas que tenemos con la ortografía y esos nombres tan extravagantes. ¿Se imaginan ustedes un acta de nacimiento? ¡Coño! Si parecen marcas de camiones. ¡Ná!, va y por eso se ponen tan feos. Y luego, no sé quién rayos les dio la orden de estar tocando en la barrera del dogout para animar a sus camaradas. ¡No lo hagan más, coño!, que ustedes son profesionales, pero si no lo fueran, hasta un niño sabe que una palmada en un tubo no se oye a diez centímetros de distancia. Díganle al imbécil que les impartió esa orden que ustedes deben estar concentrados en el juego, que les duele la palma de la mano y luego no podrán agarrar el bate. ¡Protesten coño!, yo quisiera que se vieran por televisión. Y luego, esa manía casi generalizada de estar escupiendo, es feo, es feo, se los aseguro. Si tienen acidez estomacal díganle al doctorcito que les compre Malox o Peptobismol. ¡Carajo! Que los están observando por las cámaras de televisión. No los canso más, solo quería dedicarles unas líneas para pedirles que no se pongan tan feos. ¡No jodan! Que nosotros pagamos cables o satélites para ver cosas agradables. ¡Coño!
Esteban Casañas Lostal
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