NUEVO SERVICIO DHL Por Esteban Casañas Lostal Las vías utilizadas por los cubanos para viajar son a veces asombrosas, solo cuando se acabe aquello y llegue la “glasnot” a la isla, podremos enterarnos de la verdad. Hace muchos años, compartía con un marino español en un bar de las Palmas de Gran Canaria y el muchacho me comentaba entre cubatas; “Ni te imaginas cómo salió un compatriota tuyo”. Entusiasmado como se encontraba, no pudo contener todo lo que resultaba inaudito para él. “Pues el hombre se metió dentro del tanque destinado para verter los restos de comida cuando el barco se encuentra en puerto. Sacó una manguerita para respirar, y así permaneció inmóvil dentro de aquel tanque hasta que el buque zarpó de La Habana”. Puedo asegurarles que aquella noticia me sorprendió. Cuando el polizonte calculó que se encontraba lejos de la isla, y contando con la suerte de que no lo arrojaran al mar inmediatamente. Algo muy normal en esos casos, puede deducirse entonces que el buque se hizo a la mar en horas de la noche, y luego de terminada la maniobra, se ordenara el retiro de la marinería hasta el siguiente día. Solo así pudo escapar, se los digo por experiencia, porque de haber ocurrido en horario de faenas, lo normal es continuar en el arranche y limpieza de la cubierta. Saldría en horas de la mañana siguiente y el buque se encontraba todavía navegando por las costas de Cuba. El Capitán se conmovió de aquel cubano y no quiso entregarlo en cualquiera de los puertos próximos a su derrota, escapó y llegó a Canarias. Creo que es el único caso del que he tenido conocimiento hasta estos días, y no imagino la peste que tendría aquel ser humano, luego de estar sumergido dentro de un tanque con comida casi siempre en estado de descomposición. Hace unos años llegaron a Montreal unos muchachos que se habían graduado de oficiales hacía muy poco tiempo. El caso de ellos fue muy sonado dentro de la comunidad cubana. Uno era Oficial de cubierta y el otro de máquinas, pero muy buenos amigos. Estando en La Habana se pusieron de acuerdo para sacar al hermano y al tío del maquinista, ellos me contaron parte de la historia. Lo primero, había que lograr entraran al puerto y para ello le confeccionaron documentos a ambos parientes. Luego se presentaba una gran dificultad, dónde esconderlos y que no fueran descubierto por los perros durante el sondeo. Pues bien, no lo pensaron mucho, ambos parientes viajarían en el cielo raso del camarote del maquinista, ¿y los perros? Aquellos muchachos embadurnaron los cuerpos de los parientes de grasa utilizada en las máquinas y petróleo. Como la fuga se produciría dentro del camarote del maquinista, éste distribuyó en varias partes de su camarote ropa sucia previamente mojada con petróleo. No era anormal que eso pudiera ocurrir en el camarote de un maquinista. Los perros fueron traídos durante el sondeo que normalmente se realiza, y como el ambiente estaba tan saturado de combustible no pudieron detectar el olor de aquellos seres escondidos en el techo. Durante toda la travesía ambos amigos compartían su comida con los polizontes, y solo se les permitía bajar de su nido en horas de la noche para bañarse y reponer fuerzas. Bueno, al llegar a Montreal ya se deben imaginar, paticas para qué te quiero. Por acá visitaba otro muchacho que vino en el departamento de equipajes de un avión de Cubana. Escucharlo narrar aquella aventura provocaba risa entre todos nosotros. No puede negarse que gozaba de una gracia peculiar, y que la técnica usada fue muy original. Es increíble que con una simple cerveza se sobornara a uno de los guardias de seguridad, pero estamos hablando del “período especial” y en esas condiciones de vida todo es posible. La historia no es muy simple tampoco, pero describírselas en su totalidad daría material para otro tema. Este era el segundo caso del que yo tenía conocimiento y en ambos casos conocí personalmente a los protagonistas. Ya deben saber de aquel que llegó con vida en el tren de aterrizaje el año pasado a Montreal en pleno invierno. Un afortunado o hijo de Superman, porque en casos similares han muerto de hipotermia o asfixiados. No es tampoco el único en arribar con vida a su destino. El mundo conoció también de aquellos cubanos innovadores que convirtieron un auto y camión en naves marinas. Una verdadera pena no haber conservado esos extravagantes artefactos para conservarlos en un museo, y mostrarlo a las nuevas generaciones de cubanos que nazcan posteriores a un cambio inevitable. Porque no les quepa la menor duda, tarde o temprano ese cambio llegará y se hace imprescindible conservar todo esto para que no se repita la historia. Existen muchas otras vías usadas para escapar de ese paraíso al que ha sido condenado el pueblo cubano, pero este de hoy es único también en nuestra historia. Cabe destacar que no ha sido un invento criollo, no olvidemos que el año pasado un negro norteamericano viajó de esa manera de una ciudad a otra de los EU. En ese caso el afro americano era empleado del correo si mal no recuerdo y no se le puede negar la primicia. Imagino haya registrado su invento, bueno, ya saben como es el mundo capitalista. La noticia tuvo que recorrer el mundo y no quiero entrar en detalles que pudieran perjudicar a los involucrados en esta aventura, porque innegablemente ella sola no pudo realizar esa proeza. El caso es que se encuentra en USA procedente de Nassau, ya pueden ir pensando en muchos eslabones imprescindibles para lograr esa cadena. Eslabones que comienzan en la isla, acusada en varias oportunidades de tráfico humano. Porque señores, hablando en plata, la salida de un cubano de la isla representa el salto de muchos más obstáculos que los vencidos por cualquier atleta en una olimpiada, eso lo sabemos nosotros, los de allá. Pero bien, esta nueva modalidad de viajar y salir de la isla es un nuevo reto a la inteligencia criolla y tiene sus aportes positivos. Es más, habría que considerar la posibilidad de reclamar viajar de esa manera, bueno, me refiero al caso cubano solamente. Si le damos un poco de cabeza al asunto, nos encontraremos que se beneficia todo el mundo. ¡Vamos a ver! Para invitar a un cubano a pasarse unos meses en USA, se debe pagar el pasaporte como es normal, solo que en el caso cubano es tan caro como el exigido para viajar a la luna. Luego, hay que pagar la carta de invitación que son unos $140 dólares más. Debemos sumar $150 dólares para pagar la tarjeta blanca o permiso para viajar, ¡vayan sumando! Hay que pagar el derecho de aeropuerto que ahora no recuerdo cuánto es y si se mantiene vigente. Hay que agregar el pago del pasaje en el avión, pero como dato muy curioso, aunque la persona venga definitivamente debe abonar el costo de ida y regreso. Aquí no termina todo, dónde me dejan la sobrecarga del bill telefónico durante el tiempo transcurrido entre el inicio de las gestiones y arribada del pariente, ¿y los billetitos para sobornos y trabajos de santeros? Porque aunque no lo crean, hasta los santos se encuentran involucrados en este negocio. ¡Ya! Ustedes dijeron, aquí se acabó la cosa, pero no es así. ¡Señores! No olviden la tarifa que se debe pagar al gobierno por el alquiler de nuestros parientes. Bueno, hay extranjeros que no lo comprenderán. El asunto es que los cubanos le deben pagar al gobierno unos $150 dólares mensuales, durante todo el tiempo de permanencia de ellos en el exterior. ¿No es eso un alquiler? Pero bien, si así lo desean pueden descontarlo de los gastos por concepto de viaje. En resumen, si sumamos todos esos gastos, veremos que es muy caro si lo comparamos con el precio a pagar para enviar a la abuela dentro de una caja. Gana todo el mundo, gana la compañía de aviación porque dispone de esos asientos y no gasta en las meriendas de esos pasajeros. El gobierno siempre va a perder un poquito, pero bueno, ellos son inteligentes y sacan la plata por otro lado como siempre hacen. ¿Y la familia? Esa es la que verdaderamente gana y eso es lo que debe tener en cuenta la Comisión de Derechos Humanos, total, para lo que hacen cada año en Ginebra. Ni se imaginan la alegría que nos dará recibir a la vieja en un envío puerta a puerta. No saben ustedes el tráfico que nos quitan hasta el aeropuerto, esa avenida Le Jeune es un infierno en los horarios pico, y no les cuento del costo del parqueo. Tampoco es así como así, coñito, que nosotros somos humanos. No es eso de meter a la abuela en cualquier cajón y mandarla a Miami para descansar de ella. Hay que preparar sus condiciones y eso daría empleo a miles de personas. Deben confeccionarse cajas de diferentes tamaños y tener en cuenta las condiciones de salud de la vieja. ¡Tampoco así coñito! Nada de eso de mandar a la vieja como quiera y que nos llegue a Miami toda cagada o meada. ¡No jodan! Que la plata salió desde acá. Si la vieja tiene problemas en la vejiga, o si padece de líos con el estómago y caga con mucha frecuencia. ¡Señores! Eso se cae de la mata, la caja debe llevar un dispositivo especial, y que no es tan especial tampoco. Debe tener un asientico como el usado por los nenes para hacer caca, ¿ya ven que no es tan difícil?, ¿por qué van a mandar a la vieja cagada? Y bueno, la cajita debe tener su espacio para meter algunas cajitas de tabacos y botellas de contrabando. ¡Colaboren caballeros! Quítense esa puta idea de que en el patio de la casa hay una mata que pare dólares. Hay que curralar bien duro para traer a la vieja. Bueno, cuando le devolvamos a la vieja podremos mandarles cosas de aseo personal. Hay que luchar para implantar esta manera de viajar. No los canso más, por si acaso es rechazada esta propuesta traten de estudiar la manera de llegar en globos. ¡Carajo! No dejen de llamar al observatorio para saber a qué hora se producirá la brisa terral. FIN Esteban Casañas Lostal Montreal.. Canadá 2004-08-27
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