SE SUICIDÓ JOSE MARTÍN Por Esteban Casañas Recorro y leo muchos espacios antes de dormir, es una tarea propuesta diariamente. Encuentro entonces una noticia y un nombre que me resulta algo familiar. Reviso mis archivos y compruebo que sí, una vez dediqué algunas líneas a ese individuo, regreso a aquellas páginas y vuelvo a leer. José Martín se había suicidado por medio de un balazo, me sobraba una “ene” en aquel nombre y en la forma de morir, nada que ver uno con el otro. Ninguna aproximación en las fechas, ni en la manera de morir, ni coincidencias en las causas. Pero bueno, ya les manifesté que había escrito sobre él. No sé si lo hice por simple curiosidad o despecho, algo me llamó la atención de aquel personaje tan particular. No fue tan sencillo verlo arribar al escenario cargando una imagen de la virgen patrona de Cuba. Lo hizo con aquella comicidad del que participa en un carnaval, fue una imagen muy ridícula su entrada con la virgen cual muñecón de un carnaval. Luego, su desafío y arrogancia no tuvo competencia. El babalao José era dueño del destino de miles de seres a los cuales podía meter en un caldero a su antojo. ¡Claro! Toda aquella arrogancia fue reprimida con pocas preguntas, no hace falta repetirlas para someterlo al mismo ridículo experimentado en aquel programa “La Cosa Nostra”. Toda la pólvora de José Martín había sido consumida antes de entrar al programa, y como es de suponer, cayó en una inesperada emboscada espontánea, la trampa tendida por gente a la que supo explotar su dolor. Me asombra sin embargo, esas muestras de excesiva piedad y compasión leídas en los foros “La noche se mueve” y “Cubaenlace”. No dejo de reconocer que me conmovieron, al extremo de provocar unas reprimidas lágrimas ante tanto dolor, pero las contuve y reservé para ocasiones que valieran la pena. Resulta que José Martín es una víctima de las medidas impuestas por el presidente Bush. No aparece por ningún lado que nosotros éramos víctimas de ese despiadado que lucraba con el dolor de todo un pueblo. ¡Y claro! Me remontan a ese programa que vi en la televisión de Miami, donde le preguntaron cuántas agencias de viajes poseía. ¡Pobrecito! El infeliz solo era propietario de cuatro o cinco agencias de mulas, ¿les parece poco? Da lástima que el infeliz solo poseyera esas propiedades, ¿verdad? Bueno, si les dijera que conozco a una persona que con una sola agencia de este tipo se hizo millonario, ¿me lo creyeran? Por supuesto que no me lo van a creer, es necesario justificar su suicidio y darle un carácter político al asunto. ¡Es más! Debemos proyectar a José Martín como un defensor de los derechos humanos, y por supuesto, un defensor del derecho de los cubanos a mandar a la isla dólares y paquetes. ¡Vamos caballeros! Bueno, nos encontramos ante la presencia de un mártir. ¡Pobrecito! De acuerdo a las notas leídas, el infeliz de Jota Eme se acaba de suicidar por carecer de plata para pagar la renta de la casa que ocupaba. Es verdad, que hijo de puta es Bush que le cortó la tripa del ombligo a Jota Eme. No se lo digan a nadie, pero qué clase de comemierdas somos los cubanos. ¿Cómo pudieron privar a Jota Eme de viajar cada dos meses a compartir con su hijo? ¿Cómo pudieron cometer tal pecado? ¿Serán estúpidos los cubanos? Jota Eme viajaba a la isla y se preocupaba por la suerte de todos los parientes de sus ahijados. Jota Eme era tan bueno y noble, que no cobraba nada por hacer un Santo. Era el mejor babalao de Cuba, por eso lo sentimos tanto. Regreso a las páginas y releo, me asombro, solo se me escapa una expresión; “Los cubanos somos unos pendejos” ¡Pendejos bien! ¿Y saben qué? Tenemos lo que merecemos. Sin embargo, cuando exponen las supuestas razones de ese suicidio, o sea, la quiebra de sus negocios por explotar el dolor de sus compatriotas. Me llegan a la mente unas palabras; ¿Por qué no lo imitan sus compañeros? ¡Suicídense camaradas! Sigan el ejemplo de José Martín, ustedes no tienen derecho a vivir presionados por la ignominia y vergüenza de haber explotado a su pueblo. ¡Tengan un poco de dignidad! FIN Esteban Casañas Lostal Montreal.. Canadá 2004-08-29
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