EL DÓLAR, LA FAMILIA Y LA LIBERTAD Por Esteban Casañas Lostal Ninguno de los extranjeros que se dedica a defender al régimen de La Habana, puede ser capaz de imaginarse cuantas personas cumplieron prisión por el grave delito de ser sorprendidos con un dólar en el bolsillo. Claro, esa prisión la cumplieron los infelices hijos de los trabajadores, los hijos de ellos, los de mamá y papá no iban nunca a parar en el Combinado del Este u otra prisión, eran muy delicados para mezclarse con individuos que muy bien podían hasta violarlos. Estos niñitos cumplían sus penas en La Campana, que a pesar de llamarse prisión, muy bien podía resultar un campo de veraneo para cualquier ciudadano de la isla. Yo lo visité en varias oportunidades, allí cumplían penas niñitos que cometieron delitos mucho más grave que los infelices hijos de los trabajadores. Hijitos que habían participado en malversaciones de miles de dólares, como el de Humberto Pérez Herrero y Odalis Fuentes por citar un solo ejemplo, tenemos también a Luis Orlando Domínguez, quien cumplió en otra prisión de características similares. El caso es que, ninguno de ellos probó el rigor de nuestras prisiones, ni la justicia se aplica con igualdad para todos. El dólar ha sido la desgracia de muchos, hasta José Martí ha sufrido por su causa, el billete que lleva su imagen no vale para nada, es como el papel sanitario y por eso la gente prefiere el otro, el que lleva a G. Washington, el del enemigo implacable, el de los americanos. Todavía recuerdo todas las maniobras que teníamos que hacer para esconderlos en los barcos con el riesgo de perderlos en caso de que alguien los encontrara, pero era preferible eso que caer preso. Nadie es capaz de imaginarse el miedo que se siente por cualquier cosa en Cuba, allí todo está prohibido y la gente conoce los rigores de sus cárceles. De nada sirvieron todos esos años cumplidos de condena, muchos se encontraban cumpliéndolas cuando despenalizaron a la moneda más amada en la isla, gran parte de la población la conocía por primera vez, creo que la mayoría. Luego, ha servido para establecer barreras entre los ciudadanos, más que barreras pudiera hablarse de clases. Por un lado los que tienen dólares recibidos de sus familiares en el exilio y los que trabajan para corporaciones, en ese nuevo estilo de esclavitud practicada por el gobierno e inescrupulosos comerciantes. Quién podía imaginarse solamente diez años atrás que en el laboratorio de Castro, comenzarían los experimentos de un sistema que no es capitalista ni socialista, es una porquería que no solo ha dañado económicamente a la mayor parte de la población, sino que ha agregado otro nuevo virus a la ya muy dañada mentalidad del cubano. Muchas veces, converso con personas que vienen de Cuba invitados por sus familiares a visitar Canadá y me asombro de sus puntos de vista, muchos de ellos son de mi generación y aún después del gran desastre ocurrido en la isla, son capaces de encontrarles una explicación a los acontecimientos actuales que se suman al fracaso total de la isla. Uno los oye hablar y piensa que está ante la presencia de seres con el cerebro lavado o demasiados idiotas, yo no creo haberme encontrado nunca en ese estado, porque tuve el privilegio de poder establecer comparaciones. Estos seres encuentran muy normal que se les paguen con jabitas mensuales que contienen productos de aseo personal. En la mayoría de los casos no se ha podido aplicar a toda la población trabajadora y como condición se entrega de acuerdo al comportamiento del obrero. Por otro lado, se ha impuesto el método de la acumulación de puntos de acuerdo igualmente a los méritos laborales, entonces, cuando se tiene acumulada cierta cantidad, se le asigna una tienda donde pueda comprar productos de área dólar. Otra modalidad que se está imponiendo es, la de la tarjeta magnética que es cargada en un banco por medio de transferencias de los centros de trabajo, este es el método más avanzado hasta ahora y se encuentra aún en pañales. Es muy probable que dentro de cuarenta años más, se puedan poner a tono con el mundo moderno del cual los han tenido divorciados por los caprichos de un viejo decrépito con ínfulas de Dios. Estos pequeños avances se han logrado, gracias a la influencias de las compañías capitalistas que se dedican a encaminar esa nave, hasta ahora sin un rumbo fijo. Con la despenalización del dólar se vio un poco beneficiado el exilio cubano, ahora sus familiares recibirían directamente los dólares y se escapaba algo del robo que se estaba realizando, o sea, la entrega de papel sanitario por moneda fuerte. No lo hizo ese bandolero con la finalidad de ayudar al pueblo, claudicó ante el asesoramiento de todos los delincuentes de su gobierno, quienes le recomendaron abrir esa puerta para poderse agarrar a una tabla en los momentos que la nave se estaba hundiendo a principios de los noventa. Luego, comprendió que había tenido cerrada una mina desde hacía mucho tiempo, una mina que le garantizaría una entrada estable de dólares que mandarían los cubanos del exilio, para mantener a sus familiares sometidos a una interminable hambruna. Le agarró el gusto a esa manguera de suero que iba directamente a las venas de un sistema muerto, y comenzó a aplicar otras formas y estilos de robo para lograr mayores entradas de divisas. Se hace el ciego ante el aumento de la prostitución de ambos sexos, se dedica al lavado de dinero proveniente de la droga, incrementa el costo de todos los trámites emigratorios que deben realizar los cubanos y exonera de ellos a los extranjeros. Manda como esclavos a trabajadores cubanos al extranjero, contrata firmas capitalistas y se embolsa más del 90% del salario de los trabajadores en moneda fuerte, comienza a vender inescrupulosamente el país y mantiene apartado de esos negocios a los naturales, él mejor que nadie sabe que su final está muy cerca y hasta los últimos momentos de su vida, le hará el mayor daño posible a esa tierra y a los hombres que una vez se le rebelaron, a ese exilio que odia y existe como prueba de que no ha sido aceptado por la totalidad de los cubanos. La parte más radical del exilio conoce perfectamente todo esto y se opone rotundamente al envío de dólares a Cuba, entonces caben algunas preguntas; ¿Posee esa parte del exilio familiares en la isla actualmente? ¿Preferiría esa parte del exilio ver morir a un pariente antes de entregarle ese dinero al régimen? Las respuestas a estas preguntas son muy largas y variadas, no quiero con ellas sin embargo, justificar la entrada de ese dinero al país o a las arcas del tirano. He leído en varias oportunidades cartas de personas en la isla dirigidas a parientes en el exterior y me ha quedado sorprendido, hacen peticiones de ropas y equipos electrónicos con marcas reconocidas y nada baratas, posiblemente las que no son usadas por esos parientes, que en algunos casos tienen dos trabajos para poder ayudar a esos familiares. ¿No estaremos ayudando o creando un nuevo tipo de chulo? En muchas oportunidades te enteras de las grandes celebraciones que realizan en ocasión de los “Quince” de Juanita o la “Boda” de Perico. No creo que esta sea una ayuda, satisfacer los lujos de personas que incluso han abandonado sus trabajos, para vivir a expensas del pariente en el extranjero no puede ser considerada una ayuda. Por otro lado se encuentra el individuo que está negociando con el gobierno, éste forma parte de nuestro exilio, se haya enmascarado entre nosotros y envía fuertes sumas de dinero al país. Nada de esto es controlable y aparecen como la parte menos intransigente del exilio, dispuesta a negociar, desprestigiándolo y dividiéndolo a su vez. Si el exilio cubano tomara conciencia de todo esto y la importancia que tiene su dinero para el régimen de Castro, si algún día decidiera dejar de enviar esas remesas a la isla, para los dirigentes del exilio sería una batalla ganada, pero, esa batalla ganada sería utilizada por Castro o sus sucesores como arma en su contra, aparecerían los carteles y marchas acusándolos de inhumanos, de criminales que dejan morir a sus hijos, hermanos, sobrinos, madres, etc. Es ésta una de las peores trampas donde ha caído el exilio movido por sus sentimientos familiares, una trampa sin salida convertida en una escabrosa encrucijada de la cual solo saldremos varios años después de desaparecido ese oprobioso régimen. Al que menos le conviene que levanten la palabra embargo es al régimen de La Habana, bastante lo ha explotado después de la desaparición del Campo Socialista, no les conviene tampoco a esos mercaderes del dolor y sufrimiento de nuestro pueblo, porque ellos necesitan alimentarse de ese dolor. A Castro y su gobierno mejor que a nadie, le conviene mantener dividida a la familia cubana, para ellos es sumamente importante mantener este grado de miseria en el que han sumido a la isla desde hace cuatro décadas. Cabe también ante esta situación hacer esta pregunta; ¿Renunciaría el pueblo cubano a recibir esas remesas de dinero, como una muestra de sus deseos de ser libres? Nadie se la ha hecho y será muy difícil de contestar por varias razones. Entre ellas, habrá que revisar el concepto actual que el pueblo tiene de la palabra “Libertad”, y la otra razón sería, que es muy difícil soportar más años de sacrificios, de hambruna, para una gente que lleva cuarenta años sufriéndolas en carne propia. Desde las comodidades de nuestras casas del lado de acá, nosotros no podemos responder por ellos. No recuerdo quien lo dijo; Un pueblo es como una gallina desplumada, si hace frío se arrimará al amo en busca de calor, si hace mucho sol, vendrá junto al amo en busca de sombra. Por esa razón, el problema de los alimentos nunca se ha resuelto, esas son del pueblo las plumas. FIN Esteban Casañas Lostal Montreal..Canada 2000-12-29
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