REOS DEL SILENCIO

Por Esteban Casañas Lostal.

Yo sé que tú y mis amigos disfrutan de mi libertad de la misma manera que yo sufro sus cautiverios. Un rayito de luz se iluminó en nuestras fronteras, muy corto, con la longitud de un disparo certero. No te conozco, si, compartimos durante muchos años y hoy no te veo, tu ausencia forzada me invade el alma, me obliga a romper este silencio.

Yo sé que me perdonarás por utilizar los mensajes intercambiados en esta corta comunicación, lo harás y sonreirás, serás muy feliz y lo comentarás con nuestros amigos. Les dirás; "Ese blanco es de ley, es nuestro socio de verdad" y yo sonreiré con ustedes también.

Yo sé que comprenderás que no lo hago por vana politiquería, la detesto y no pertenezco a nada, la considero inmunda, inmoral, falsa, oportunista y bien prostituida. Como todos los que se alimentan de ella y del trabajo que brota de nuestras espaldas, pero te juro una sola cosa, no puedo guardar silencio y ya me conoces. Cambiaré tu nombre que es muy español aunque seas mulata, te bautizaré con otro similar de aquellos usados por nuestra generación, muy español también, como el mío, y el de la otra amiga. Cambiaré tu profesión, lazos familiares, detalles que puedan delatarte, no solo a ti, a todos los de tu grupo que son mis familiares, pero como eres inteligente te darás cuenta que hablo de ti, digo, de ustedes, que un día fuimos nosotros, un pueblo condenado al silencio, dividido desde sus raíces, con la carga vergonzosa de la entrega.

Han pasado varios días sin saber de ti, digo, de ustedes, y me siento preocupado. Accidentalmente me llegó la razón de este vacío, no los condeno, los sufro, pero sé perfectamente que buscarán, burlarán campos minados en pos de la verdad, porque esa ansia por conocerla es inevitable. Solo me inspira a publicar estas líneas, el deseo de hacer pública la situación por la que están pasando, porque aunque no lo crean, vivimos en un continente habitado por millones de idiotas que desean este futuro para sus pueblos, solo por eso.


FIN



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