Armengol se cogió el "dedo" con la puerta Por Carlos Wotzkow El ideólogo castro-marxista de “El Nuevo Herald” (Órgano Oficial del Partido Comunista en Miami) acaba de derrapar. Él ha escrito que se pretende imponer la fuerza en las lecturas educativas (léanse “Secuestradores y censores”, pero sólo si es mayor de edad). ¿Imponer la fuerza? ¿No se da cuenta Armengol que se ha echado una pala de mierda sobre su propio hocico de Homo scrofa? Manifestarse, u oponerse a algo, ¿no es un derecho democrático del país en el que él se gana la vida hocicando con sus opiniones? Llevar a la Corte Suprema (es decir, utilizar los canales de la justicia democrática), ¿es imponer la fuerza? ¿Por qué habla el Sr. Armengol de secuestro? Pues porque la palabrita huele a ilegalidad, y él quiere mandar el mensaje subliminal de que la comunidad de Miami es ilegal. ¿Por qué habla Alejandro Armengol de inquisición? Pues porque esa institución siempre ha estado ligada a la intolerancia y él ha aprendido muy bien de sus jefes que no hay nada más efectivo que acusar al contrario de sus propios defectos. Ya lo intento en su día, pero sólo después de la muerte de Guillermo Cabrera Infante (en vida no se hubiera atrevido), aquello de hacerse pasar por su amigo. Y no tengo que decir por qué, él y yo lo sabemos. El detalle es sólo eso, un detalle, pero nos demuestra que Armengol es un defensor de que el papel debe aguantarlo todo, aunque claro, eso depende del que escriba. ¿Está preocupado Armengol de que los niños nicaragüenses, o venezolanos, no tengan un libro a favor de Fidel Castro en las escuelas? Seamos imparciales. ¿Qué aprenderían de ese libro? ¿Por qué es necesario un libro que mienta sobre la realidad de un país? ¿Es educativa la propaganda? Los exiliados usan Radio Mambí. O su tiempo, en defender, o criticar lo que les da la gana. ¿Y qué? ¿No usas tu al Nuevo Herald al límite de haberlo convertido en el Granma de Miami? Porque si algo te deben tus jefes es haberles secuestrado su tolerancia y además cobrarles por ello. ¿Dónde está la infamia? No me vengas a decir, ni tan sólo a tratar de convencer, de que toda la culpa de que exista un Fidel Castro en Cuba la tiene Batista. La culpa de que Castro se mantenga en el poder se la debemos a gentuza como tu: a pro-castristas como tu. A la tribuna de “tolerancia” castrista que te han dado en el Herald. A libritos propagandísticos como esos que tu quieres convertir en “textos educativos”. A los entuertos de gente que lanza mensajes “democráticos” en contra de la democracia. ¿Quién tiene la decencia y la sabiduría a la hora de hablar de Cuba, o de evaluar la situación cubana? ¿Tu? ¿Tu, Armengol? Coño payaso de tu “pasado meridiano”, no me hagas reír. Tu, no yo, escribiste: “no quiere esto decir que se deben limitar las posibilidades de expresión, ni mucho menos impedir a cada cual que diga lo que le parezca, que lo repita por radio, televisión o lo exprese en la prensa escrita. Lo que no hay que tomar en serio algunas de estas opiniones.” ¿Entonces? ¿Por qué los llamas inquisidores, secuestradores y censores? Tu afirmas que “no se trata de imponer límites a las opiniones.” Perdóname, pero has formado un “huéleme-el-chorizo” que no quién coño te coja el ritmo. No hablas claro, escribes como miembro del PCC, y cuando alguien sólo sigue las órdenes de sus superiores ideológicos yo les doy un consejo armengoliano: “no tomar en cuenta las boberías, a la hora de una discusión seria.”
Carlos Wotzkow
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