Luís Posada Carriles: sólo la punta del Iceberg

por Carlos Wotzkow


Yo no sé ustedes, pero las noticias de El Nuevo Herald ya no pueden acoplarse más a los deseos de la dictadura cubana. Granma y Nuevo Herald parecen compañías hermanas. ¡Qué digo hermanas, gemelas! El descaro político en esa agencia de noticias ya no puede ser más rampante. No hay que repetir quiénes son los “compañeros del partido” en el Granma miamense. Todos los conocemos. Pero los hay, como en el fútbol, ubicados para cubrir todos los flancos.

No hace mucho uno de ellos nos hablaba de lo risible que resultaba considerar a Cuba un peligro para la seguridad de los EEUU. Y nos hablaba de falsos bioterrorismos, como si él supiera lo que es una célula. Es como si yo les digo “entren en mí casa de noche y sin tocar la puerta, que la ráfaga de 9 milímetros que les voy a vaciar en la cabeza no le hará mucho estrago estético a su cadáver”. ¿Cuba involucrada en la guerra biológica? Qué va hombre, nos lo dice Armengol. Un día después, Cuba aparecía en la lista de la cual él hubiera querido sacarla.

Vayan a los titulares en la sección dedicada a Cuba. Allí todavía hay uno que dice que Castro le ha devuelto a los EEUU uno de los prófugos solicitados. ¡Wow, Castro cooperando con la justicia norteamericana! ¿Desde cuándo? ¡Que coincidencia! Justo ahora (con apenas 20 años de retrazo) Cuba devuelve “criminales”. Esto es lo que en cubano se llama meter el pie sin vaselina, para luego decir “no ven, los EEUU protegen a los criminales cubanos mientras nosotros se los devolvemos”. Amen.

Y como en el exilio hay tanto desmemoriado, y como la lista de decenas de criminales solicitados nadie la guarda en la cabeza, y como lo más importante en Miami es comprar la gasolina en la antigua CITGO para ahorrarse los kilos de la remesa, o ser amigo de los famosos, y darle palmaditas en el hombro a los que nos dicen que son famosos, y apuntalar los programas de dominicanos impenitentes, y tomarnos un cafecito en la calle 8 al lado del recién televisado “amigo”, ¿quién coño se va a acordar de las cifras?

Luís Posada Carriles está siendo apoyado ahora por un 20% más de cubanos que cuando estaba preso. De repente, pararon las encuestas electrónicas en el Nuevo Herald, Pero si mañana regresa a la prisión, volverán las barritas estadísticas al periodicucho de la Internet para que todos vean que en Cuba, o en los EEUU, el tipo es reconocido como un “verdadero terrorista”. Como si no fuera terrorismo de la peor especie eso de emplear imbéciles. ¿Me equivoco Alejandro?

A mi me da una pena tremenda con todos esos buenísimos cubanos que en Cuba y en el exilio han luchado contra Castro durante tantos años. Lo han hecho como sólo lo pueden hacer los verdaderos patriotas. Pero a unos y a otros les faltó inteligencia, les faltó escepticismo (miren a algunos de la brigada), se confiaron demasiado y al final, terminaron engañados por los mismos miserables que les obligaron a salir de Cuba. ¿Voy bien Rui, o aprieto demasiado?

Por ahí los hay que llaman a mi estilo “escritura histérica”, y no se pueden imaginar lo tranquila que me queda el alma cada vez que suelto en un histérico artículo como este todo lo que pienso. No se puede combatir al comunismo con decencia, ni con buenos modales. No se pueden combatir las sanguijuelas que salen al exilio con premios, porque nunca quedarán contentos. ¡O le prestas la mujer o nada! No se puede acabar con un cáncer como Castro haciendo política, menos que menos por la vía diplomática.

A Castro (y a lo que venga después de él) hay que expulsarlo por la fuerza. No se acaba con Castro votando republicano todos los años sin exigir nada a cambio. Hay que exigirles a nuestros anfitriones que apliquen la ley de “neutralidad”. Hay que exigirles que paguen un precio por ganarse nuestro voto. ¿Cuántos Irán-Contras creen ustedes que harían falta para liberar a Cuba militarmente? Apenas uno, pero votando a ciegas por los republicanos jamás lo conseguiremos. En pocas palabras: Neutralidad aplicada = Carlos enlistado.

Ya nos anuncia el Granma del exilio (Nuevo Herald) que el FBI colabora con Castro para incriminar a Posada Carriles en los atentados de La Habana. ¿Y todo este entramado gubernamental de asco por un sólo hombre? ¡Un sólo hombre caballeros! Un sólo hombre le mete miedo al régimen, y tiene 80 años, y está enfermo, y ha asegurado no volver a tomar las armas. Un símbolo de la lucha anticastrista que quiere morir libre, porque por la libertad de nuestro país ha luchado durante toda su vida, y ahí están algunos, todavía hablando de “terrorista”.

Cuando salí al exilio hace 15 años creí que viviendo en libertad podría ayudar a cambiar en algo la mala suerte de Cuba. Tenía 31 años y todavía soñaba. Pero ahora tengo 46 y cada día que pasa me doy cuenta que a Castro lo ha mantenido en el poder un exilio plagado de imbéciles, de hombres y mujeres serviles, de cubanos interesados, de egoístas, anti-patriotas, oportunistas y… por supuesto, de maravillosos poetas premiados. He ahí la razón por la cual Castro siempre nos ha dado por donde más… “hablamos”. ¿O es que hablamos algo que no huela a caca?

Nuestra sapiencia política es tan perfecta, tan distinguida, que ayer, cuando decía en una de mis “alarmas” que votar por la Clinton sería una ironía estratégicamente contundente, los hubo que me acusaron de fidelista, ¡como si el fidelismo de la Clinton fuera suficiente para que Castro le regalara un hueso! Me acusaron de traición, como si castigar con el voto significara cambiar de ideología. ¿Están los republicanos indignados con la ayuda del FBI a Fidel Castro contra Posada Carriles?

No, ninguno de esos encumbrados toma posición, porque no es políticamente correcto, porque no cae dentro de la corriente del pensamiento público de la sandwichera, porque requeriría explicaciones y los políticos no tienen más tiempo que para comprar el nuevo disco de Gloria Estefan y tildar de cederistas intransigentes a los que no aceptan la complacencia del mexicano amante del Che Guevara. Y es que la gente encumbrada, por lo general, son amantes de las ideologías de caramelo: “90 miles to Cuba”.

¿Qué hacer? Si la historia de Luís Posada Carriles nos sirve de algo, es para demostrarnos que la envidia, los celos, y las razones de la inquisición castrista nunca han formado parte de la verdad. La formidable influencia que hoy ofrece Luís Posada estando libre, es más que una validación de los principios morales que todos debiéramos tener. ¿Saben por qué? Pues porque ese anciano nunca ha sentido miedo. El otro día, mientras hablaba con él y me preocupaba exclusivamente de su delicada salud, me impresionó su tono: era un témpano de calma.

Gracias Luís, hablarte me ha permitido entender que el miedo, la cobardía, la pleitesía, la prudencia, y la mal llamada sensatez de algunos, es lo que ha hecho que la historia de Castro sea una pesadilla tan larga.


Carlos Wotzkow
Bienne Mayo 3, 2007



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