De eunucos y amazonas

Está el coraje, queridos lectores, no en nuestros testículos, sino en el ovario muy bien atado por las trompas de Falopio en nuestras bravísimas mujeres cubanas. Son ellas, principalmente ellas, las que enfrentan hoy día a la tiranía como colosos, mientras que nuestros hombres (pobres algunos de ellos, autodenominados "los verdaderos opositores") lo único que buscan es una tumba indecorosa donde enterrarnos a todos. ¿Voy bien mi vieja? - ¡Vas bien mí benjamín!

¿Creen los católicos que Dios se equivocó? ¿Creerá ese "verdadero opositor" del MCL que esta falta de coraje de nuestros hombres es otro error del todopoderoso similar a las mutaciones y las leyes de los humanos (valga la redundancia)? Ojalá y crea que ha sido un "error" y no un "propósito" del Señor, pues al menos esto nos daría la esperanza de verlo hacer algo por enmendar su cobardía. Digamos, que asistiendo e instando a todos los de su banda, a asistir a la asamblea del 20 de Mayo.

Desde la "liberación" de agradecido (con la tiranía) Raúl Rivero, hecho que marca el segundo punto más débil de la dictadura en los últimos años (el primero lo fue el fusilamiento de Arnaldo Ochoa). Las trompetas no cesan de tocar a degüello. Se ha formado un zafarrancho por alcanzar el poder que más que risa, da vergüenza el espectáculo. Me repito en la frase, porque su veracidad queda día a día demostrada por una extraña carrera de "borrachos zigzagueantes" que han empezado algunos del exilio, y cuyas letras impresas se parecen poco a sus discursos orales.

Y de pronto, todo ha cambiado. "La peste el último", y las alianzas es hoy lo que menos importa. Los miembros "moderados" (pendejos, diría yo) de la FNCA acaban de anunciar su participación en la asamblea del 20 de Mayo. No puedo concebir que se les haya invitado, ni que ellos hubieran alertado esa invitación. Considerados (injustamente) unos "lacayos del imperialismo", ya sea por precaución, ya por táctica, debían haber asistido en el mayor de los silencios, sin notas de prensa. A no ser claro está, que no tengan otro interés que perjudicar la realización del encuentro.

Soy de los que cree que debemos aceptar todas las implicaciones de nuestra herencia cultural. Una de ellas, diría que entre las más importantes, es esa limitación inaceptada que nos permite reconocer nuestra miopía sobre lo adecuado, lo correcto y lo inteligente en cada momento. Desde los inicios de la disidencia de finales de los 80 (pues otras muchas han existido con anterioridad a ésta, y ya en el exilio, se han preocupado por allanarle el camino a la actual divulgando el drama cubano), han sido nuestras mujeres las que mayor respeto merecen. Sobran los ejemplos.

¿Cuán eficiente pudiera ser esta asamblea para la libertad de Cuba? Eso dependerá del número de hombres (no de eunucos) que se sume a la iniciativa, pero seguramente, será más efectiva si los participantes que a ella acuden trabajan por:

1.- La unidad con, y el respeto por la labor realizada por todos los exiliados (sin distinción generacional ni tendencias ideológicas). O sea, respeto, incluso, a los cubanos de Alpha 66.

2.- La humildad y un honesto deseo de servir al pueblo, a todo el pueblo, al exiliado también. O sea, empezando por los galardonados charlatanes que autoproclaman ser los únicos y "verdaderos opositores" del régimen.

3.- La intolerancia "cero" para con los miembros del régimen, como tributo moral a todas sus víctimas. Una idea salida de, creo que de un grupo que se cree "los verdaderos católicos", pero cuya agua bendita requiere con urgencia algunos litros de Prozac.

Esto implica diálogo cero con los de la actual nomenclatura. A no ser, claro está, que se pretenda convertir ese diálogo en una reunión de eunucos. Y no es ofensa, pero ¿cómo debe llamársele a las fuerzas del régimen castrista que han obligado a algunas mujeres cubanas a tragarse los papeles que escribían? ¿Cómo llamar a los que las han encarcelado, vejado, humillado durante este medio siglo? A pesar que el poeta ilustre no lo haya sufrido ¿Cómo llamar a los que ahora quieren sentarse a dialogar con los torturadores de sus propias madres, hermanas, e hijas?

Que yo sepa, nadie puede demostrar que existan peces solubles. Esto, desde el punto de vista evolutivo y el ecosistema en el que viven es, sencillamente imposible. Pero desde el punto de vista político tal analogía es más bien probable. Nuestros opositores masculinos son tan solubles, que en ocasiones se disuelven completamente en el medio. Y no sólo por que no se vean, sino porque llegan incluso a entrar en contacto con las dos orillas. La ambigüedad es a la ética lo que la libertad de expresión es a los marxistas. Son incompatibles.

Por supuesto, los hombres son también necesarios, pero no sólo para bailar un danzón, sino porque ellas, las bravísimas mujeres cubanas, hoy más que nunca, se merecen nuestro respeto. Son ellas en un 90 % de los casos, las que se arriesgan desde hace décadas por nuestro plato de comida. Son ellas, en ese mismo 90 % de los casos, las que mejor se ocupan de criar a nuestros vástagos. Son ellas, en un altísimo 99 % de los casos, las que nos están enseñando hoy cómo se combate al régimen con un mínimo de dignidad.

Pienso en ellas y me imagino lo confortable que debe ser la prisión para un cubano con una esposa así. ¿No es verdad Rivero? Tampoco hay que ser del Movimiento Cristiano de Liberación para sentir solidaridad con el preso. Casi diría que hay que ser contrario al MCL para sentir piedad con estos compatriotas en cautiverio. Es quizás justamente por ello que este movimiento, y su cúpula de intocables, sean tan despóticos con hombres, o con mujeres que sufren horrores en cautiverio. El río de la oposición en Cuba, es obvio, está lleno de este tipo de peces solubles.

Hace unos días, un buen amigo me pidió firmar una carta que apoyaba las dos iniciativas "democráticas" que se oponen al régimen dentro de la isla en estos momentos. Él sabía que yo no estaba de acuerdo con una, pero también sabía que por Cuba, contar conmigo era posible. Firme la carta consciente de que estaba firmando un documento junto a un grupo de cubanos honestos, pero también, junto a un montón de babosos, de politiqueros de esos de "escribe una cosa y piensa otra". O sea: junto a un montón de eunucos.

La firmé por Cuba, a sabiendas de que uno de esos eunucos apoyados por mi firma no sería capaz de reunir toda su testosterona y asistir a la asamblea del 20 de Mayo. La firmé, porque ante todo se trataba de una carta de unidad frente al tirano. Pero, ¿cómo puede uno autoproclamarse "disidente", o "verdadero opositor" y no ser capaz de demostrar unidad frente al oprobio mayor que impera en Cuba? ¿Cómo se puede uno autoproclamar "verdadero opositor" en lucha por la democracia y arremeter contra los que no piensan como él, mujeres la mayoría?

Entonces, llegará del día de esa asamblea el día de nuestra independencia y brillarán los eunucos por su ausencia. De manera que allá, en nuestra Cuba querida, otra vez esas amazonas serán las encargadas de sacar la cara por nosotros. Hace años que lo están haciendo. Hace décadas que lo han hecho en masa y en silencio. Avergonzados deberíamos estar. Pero no sólo los cubanos, sino todos los europeos que nos han dado la espalda a petición de España, esa provincia del Norte africano en la que los árabes, con un par de sustitos, han castrado a la mayoría de sus vociferantes machos.

Y es que a España amigos míos, le duele mucho más el 20 de Mayo, que el 2 del mismo mes, pero de 1808 en Madrid.


FIN


Carlos Wotzkow
Bienne, Abril 25, 2005

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