Natumaleza Venezolana

Por Carlos Wotzkow y el Morrocoy Azul*

(Primera Parte)

Todavía resuenan en mis oídos los maravillosos elogios del desaparecido Félix Rodríguez de la Fuente sobre los Llanos de Venezuela. Aquellas llanuras, casi vírgenes y abundantemente pobladas de Capibaras, Boas y otras tantas especies de la fauna sudamericana constituían un verdadero tesoro ecológico para el planeta. Pero les estoy hablando de principios de los 70, cuando apenas yo era un adolescente y los venezolanos no imaginaban el oscuro futuro que se les echaba encima. Entonces encumbraron en Venezuela a un analfabeto paracaidista y las hordas de Fidel Castro, como si se tratara de las huestes de Atila, invadieron el hermoso país en la misma forma que antes lo había hecho en Angola. De la noche a la mañana, por obra y gracia del comunismo, comenzó la destrucción de Venezuela y todo lo que en aquella nación resultara demasiado digno.

Y es que la naturaleza y su belleza estética, en perfecta armonía con los seres humanos, es otro de los aspectos que permite que una nación sea digna y por ende, un atributo que siempre ha disgustado a Castro. En Angola, los mercenarios cubanos allí establecidos durante 14 largos años gustaban divertirse ametrallando todas las especies de las pradera africana desde los helicópteros MI-8 de nuestra otrora digna fuerza aérea. Marfiles de elefantes, diamantes, especies autóctonas de África introducidas en Cuba para la caza, barcos mercantes cargados de maderas preciosas, todo, llegaba al puerto de La Habana transportando entre los tablones y los abultados "regalitos", insectos y especies nunca antes vistas en nuestros ecosistemas y altamente dañinas para nuestra agricultura. Y claro, si de pronto se desataba una plaga en algún cultivo de importancia económica, la culpa de dicha plaga la tenía el imperialismo norteamericano.

Este primer artículo, dedicado por azar al lago de Maracaibo, es el primero de una serie que se prolongará hasta que Chávez sea expulsado de Venezuela. Con ellos vamos a contrarrestar ese patrón de conducta institucional que se ha seguido en Cuba cada vez que se pretende abusar de su medio ambiente: la ocultación de datos. Mis excolegas científicos en La Habana me hablan de la introducción en Cuba de maderas preciosas desde Venezuela destinadas a reparar las casas de la zona congelada de Miramar. Ninguno de ellos ha podido precisar ni la localidad exacta de su extracción en el país amigo, ni el volumen, pero el hecho es significativo, si tenemos en cuenta que se trata de especies como la Caoba que, extraída de otro país y bajo otro signo político, ya hubiera generado el escándalo mediático al que nos tiene acostumbrado Greenpeace. Desde que Chávez tomo el poder, incluso la armada venezolana y sus buques de transporte tipo T-61 Campana, han sido utilizadas para llevar a Cuba esa madera.

El fenómeno de la Lenteja de Agua (Lemna obscura) es un hecho inédito en la historia natural venezolana. Al menos en las proporciones actuales. Desde Enero del 2004 el crecimiento y la expansión de esta planta acuática en el lago de Maracaibo ya afectaban el centro y avanzaba imparable hacia sus costas. En abril, la planta se apoderó del estuario del río Catatumbo, pero reportes de los ecólogos ya la reportaban en Congo Mirador, Ologa, Bachaquero, Tía Juana, Lagunillas, Cabimas, la Salina y en varias áreas de la costa norte (1). ¿Qué es lo que permite este proceso de la eutrofización?, es algo que continuamente se preguntan los expertos. Científicos que saben que la respuesta está directamente relacionada con la abundante presencia de contaminantes y por tanto, con la irresponsabilidad implantada por el dictador Chávez en una industria petrolera actualmente explotada a ritmo de contingente. Es decir, únicamente por voluntad de un hombre, pero sin precauciones o productividad.

Como en Cuba, inmediatamente después del triunfo revolucionario de 1959, Chávez ha intervenido la industria petrolera venezolana y ha despedido nada más y nada menos que 18'000 trabajadores calificados que se negaban a explotar ese recurso de manera irresponsable. ¡Jamás en la historia de América se había visto un genocidio laboral como este! En su lugar, ha ubicado toda una recua de tecnócratas irresponsables que están dispuestos a todo con tal de mantenerlo en el poder. Se trata de un personal casi analfabeto, incapaz de comprender el daño irreparable que representan los vertidos del crudo. Gente que sólo cumplen órdenes y se fijan metas exclusivamente políticas. En estas condiciones, no es difícil imaginar de dónde salen tantos solventes y dispersantes ricos en fósforo y ácidos y por ende, los elementos que le permiten a la Lenteja Verde absorber los nutrientes necesarios para aumentar su biomasa de manera incontrolable.

¿Solventes? Interesante, pues desde que esos miles de analfabetos chavistas trabajan para sustentar el régimen dictatorial de Chávez los derrames de crudo han aumentado (95 vertidos para un total de 8'360 barriles desde que Chávez tomó el control de PDVSA el 6 de diciembre de 2002) y el uso de los solventes químicos también. Curioso además, que entre estos dispersantes biodegradables abunden aquellos compuestos por fósforo y el ácido poliaspártico (1 y 3) que son, nada más y nada menos que dos de los productos que Cuba utiliza masivamente gracias a la solidaridad de España con Castro (de la firma Bayer si mal no recuerdo) para limpiar los vertidos de sus asquerosas bahías. Para nadie es un secreto que en los treinta y ocho días de paro (enero del 2003) los chavistas, en su desenfreno por reanudar la exportación de petróleo protagonizaron 40 derrames de crudo en las áreas estratégicas de la petrolera y unos 4'700 barriles se fueron al lago.

A la inversión de decenas de millones de dólares que se necesitan urgentemente para corregir el fenómeno (2), el gobierno ha respondido que permitirá un fondo de tan sólo 2 millones (3). O sea, 0.08 % de lo que recauda en divisas de la explotación petrolera en ese ecosistema y queda claro, que el costo restante correrá a cargo del sector privado. Un sector que, como se sabe, está en pleno período de extinción y que de responder a la conciencia y el decoro nacional, quedaría en peores condiciones a la actual. Trescientos kilómetros cuadrados del Lago de Maracaibo ya han sido cubiertos por esta "Lenteja" y el Sr. Lenín Herrera (vaya nombrecito) ha manifestado en la feria científica de Expoingenería (en la que sobresalieron por su número los especialistas cubanos y brasileros), que el problema no está en actuar de forma espasmódica, sino en dejar que sea el mismo lago el que se ocupe de resolver el problema. Lenín, evidentemente, se opone a buscar un responsable y pone en tela de juicio a científicos que hablan de los contaminantes.

Nada que, entre estos tecnócratas como Lenín Herrera (intentando al parecer conquistar para Chávez el estado de Zulia), o empresas prochavistas como PDVSA y la española REPSOL (que fueron las que patrocinaron el evento "científico"), no es de dudar que pronto se carguen el Lago de Maracaibo en beneficio de sus bolsillos. Para justificar lo injustificable ahí están los "especialistas cubanos", dispersados por todo el país y testigos apáticos del daño ocasionado por esa Lenteja de Agua que también existe en Cuba y expandida, según el compañero Herrera, "por culpa de las lluvias". Sospechoso, porque en Cuba hay una especialista en esa planta (en el Centro de la Industria Pesquera) que la combatió con efectividad cuando se dedicaba a criar ranas toro (Rana catesbiana). ¿Qué le importa a Fidel o a Chávez la suerte económica de tantos miles de pescadores locales? ¿No tendrá algo que ver el continuo ir y venir de barcos desde Cuba lo que podría haber generado este problema?

"Defendiendo una caricatura de revolución no se defiende la naturaleza del país" (4). Esa es una frase sabia. En nuestra opinión, otro factor agravante del problema bien pudiera estar en Cuba. Más específicamente, en la oficina de Alejandro Socorro Castro desde la cual se exportó la idea masiva de los cultivos organopónicos para Venezuela. No olvidemos tampoco que además de la salud, el ejército, los órganos represivos, y el despilfarro de los recursos naturales, la agricultura venezolana está siguiendo a la letra todos los consejos que le da Cuba. Por ende, Cuba debe haberse constituido en el principal importador en Venezuela de esa bacteria que fija el Nitrógeno (Azotobacter chroococcum) y quién duda (a no ser que la ciencia se deba a la política antes que a la razón), que fuera de control, esta sea otra de las causas que están favoreciendo la enorme biomasa adquirida por la Lenteja de Agua en el lago de Maracaibo.

De momento no podemos afirmar nada categóricamente, pero la alerta ya ha sonado y créanos, no vamos a parar de investigar hasta que no sepamos la verdad. Desde ahora, un ojo crítico se va a concentrar en la importación de la mediocridad y el voluntarismo cubano hacia Venezuela.


FIN


* El Morrocoy Azul (nombre que se le da a una tortuga venezolana) fue un semanario humorístico de alto vuelo, escrito por las mejores plumas de principios del siglo 20. Todas las personas dedicadas a recolectar datos y fotos para esta serie de artículos sobre el destrozo de la ecología venezolana en tiempos de dictadura estarán protegidas por duro caparazón de este seudónimo. Pronto entrará en vigor la Ley Mordaza en Venezuela y esperamos que los lectores puedan comprender entonces el por qué de esta precaución


Referencias

(1) Bermúdez, Margioni (2004) Lago Maracaibo: "Lenteja" refleja gravedad lacustre. Sala Técnica. Lunes 24 Mayo, 2004

(2) Martínez Doria (2004): Las precipitaciones producen 45 toneladas de Lemna por día. Prensa Luz. Universidad de Zulia, Maracaibo 2004.

(3) Fernández Acosta, Nola (2004): Duckweed Invasion in Lake of Maracaibo. Earth Observatory. NASA Image. February 2004.

(4) Riestra, Lucas (2004): La gestión ambiental en una lenteja. Analítica, Venezuela. Junio 21, 2004.

Éste y otros excelentes artículos del mismo AUTOR aparecen en la REVISTA GUARACABUYA con dirección electrónica de:

www.amigospais-guaracabuya.org