OTRO 20 DE MAYO ENTRE DISIDENCIAS Y DISIDENTES Por Carlos Wotzkow Atención: este texto no contiene palabras que pueden herir la susceptibilidad del lector y es apto para cubanos menores de 18 años. Los cubanos soñamos con una Cuba racional gobernada por demócratas. Pero a juzgar por el poder de convocatoria de Fidel Castro, sólo una pequeña parte del exilio actual intenta con su esfuerzo hacer realidad ese sueño. El resto, apenas está interesado en patrocinar actos de usurpación. Como si se tratara de una carrera para desvirgar a la libertad. La Habana a tocado al degüello y la mayoría ha correspondido. Verles correr a besar los pies de su antiguo torturador da vergüenza. Si cada uno de nosotros tuviera el papel social que le corresponde acorde a su ética y honestidad, de seguro que estaríamos ante un primer paso para poder construir una Cuba justa y sobretodo, digna. ¿Imaginan ustedes esto como algo posible? Por el contrario, para cuando Castro muera. ¿Que les parece Menoyo como presidente? ¿Y Morua, qué tal como Ministro de Exteriores?, ¿O preferirían a Escalona en yunta con Alarcón? ¿Tal vez prefieran un par de miserables, aunque con menos tiempo para demostrarlo? Y si así fuera... ¿Qué tal les va Rafael Rojas con Payá? En ese orden claro, porque el primero sabe escribir, mientras el segundo sólo atina a llorar. Y si esa gentuza que acabo de mencionar (o sus amigos) toma el poder en Cuba. ¿Cuántos de ustedes estarían dispuestos a regresar? ¿Cuántos implorarían la nacionalidad cubana de regreso? A mí comienza a darme tanto asco la política de esos cubanos que tal vez me muera con la suiza. El bellísimo archipiélago cubano se merece un gobierno racional, pero los cubanos no nos merecemos nada. Dicho esto, no me vienen a la cabeza muchos más nombres para la presidencia de esa casi segura república bananera de Cuba. Los escasos políticos honestos que conozco, o no son cubanos, o me dirían ¡solavaya! Otros que ayer parecían también honestos cada día lo son menos. Varios cubanos de mala muerte, autoproclamados “disidentes”, están dinamitando (con nuestro apoyo) al exilio político más auténtico del que hubiera noticia en todo el hemisferio. Cuentan con la estrategia y la maquinaria propagandística que les presta el dictador. Por eso, nada más acertado que decir que la disidencia en Cuba no es más que otro negocio que el sátrapa autoriza. A partir de ahora quedan autorizados a protestar por acuerdo del OFICODA. Eso sí, una vez al mes y a cambio de la casilla de los electrodomésticos. ¿No es así Vladimiro, Morua, Elizardo, Oswaldito. No dudo que haya algunos cubanos machacados por la prisión que sean verdaderamente honestos. De eso no tengo duda, lo que dudo en cambio es a la hora de nombrarlos. No dudo que haya un deseo verdadero de democracia en la mente de algunos pocos, lo que dudo siempre es en el grado de estabilidad que tengan frente a la virulencia del oportunismo castrista. En mayor o menos grado, todos los cubanos en la Cuba esclava son enfermos potenciales del chantaje. Hace 4 años nadie hubiera desenmascarado a Menoyo tan rápido y abiertamente como yo. Pero el cubano es tan huele... rosas que desprestigiado Menoyo corren al encuentro de Payá. Y cuando Payá huela a… escoba amarga, encontrarán la manera para recaudar los fondos para un busto de Fidel. Vaya ejemplo de disidencias y nostalgias en un pueblo que se declara “independiente”. Sería bueno pasarlos a todos por la “varianza intragrupal” de Terman. Al menos sabríamos (y esto sí que es burla) desde la niñez cuál sería el travieso niño que de adulto se convertiría en HP (Hacedores de Política). ¿No sería fantástico haber podido diagnosticar prematuramente el olfato político de Rafael Rojas y su sabio análisis para clasificar contrarrevolucionarios en puros e impuros? ¿No sería genial haber podido predecir el acerbo del PSOE en la cromatina de los genes de Payá? ¿Y qué de esa cadena de aminoácidos en los dirigentes, los reporteros y los ¿oyentes? de Radio Martí? ¿No hubiese sido una bendición despedirlos antes del primer artículo o noticia? Yo creo que sí, lo que ocurre es que la mayoría que piensan como yo no tienen las “pruebas” que les permita opinar con autoridad. ¡Hasta ahí nos ha llevado el respeto al autoritarismo! La mayoría de mis detractores otorgan a mis argumentos la debilidad del innatismo y quizás hasta tengan un poco de razón. Pero tratándose del caso cubano, con todo el bagaje histórico de servilismo que nos caracteriza ¿qué importa? No creo que valga la pena tener que demostrar aquello que el sentido común expone con tanta transparencia a lo largo de la historia. Eso sería como decir que hay diferencias entre los permisos para protestar que otorga Castro y los lamentos de Payá en el Nuevo Herald, los desatinos de Rafael Rojas en El País, los partes cederistas de Roca y Sánchez en su web desde Miami, y la atención que le presta Encuentro en la Red al clarividente de Menoyo. ¡Todo un goteo incesante de continuidad a favor (en muchos casos por ingenuidad) del Granma! ¡Y esto sin contar los medios libres del exilio que se suman y les hacen eco! Que yo sepa, ninguno de esos patrióticos disidentes que hoy se han convertido al castrismo (religión fundamentalista con una Meca en Madrid y la otra en el DF) han abjurado abiertamente sus posiciones. Sin embargo todos, ¡qué coincidencia! han dejado caer un velo de silencio sobre ellas. No van a la plaza codo con codo con Fidel, pero van a la embajada norteamericana a protestar a su favor. Ni una palabra sobre el papel económico del exilio en la manutención del comunismo en Cuba. Y esto, a pesar que las medidas anunciadas por el presidente Bush las pone en evidencia. Las diferencias se formulan ahora desde el MINREX. Pero atención, desconfíen sobretodo de los emigrados NO INVITADOS por el canciller Pérez Roque. Esos son los peligrosos, la retaguardia castrista: su reserva. En el exilio histórico de Miami la cosa no va mejor. A punto de cumplir los 60 y los 70 años una buena parte de esos viejos combatientes se sienten frustrados y no es para menos. La educación gratuita de Castro nos enseñó que debíamos odiar a los “mercenarios” de Playa Girón. De nada valió salir de Cuba e investigar para reconocer las virtudes y el patriotismo de estos cubanos (muchos de ellos ya muertos), cuando vemos que la naturaleza mezquina de nuestro pueblo es inagotable. Es duro tener que reconocer a mis 43 años que Castro tenía parte de razón. Veteranos de la Brigada 2506 como Luis Tornés, Alfredo González, Marco González, Antonio Zamora, José Luis Hernández, Luis Alberto Bandrís y Roberto Carballo me confirman que a muchos cubanos lo que más les falta es dignidad. Las palabritas intelectuales de Rafael Rojas publicadas en España están acallando la elocuencia de esa otra parte del exilio. La Revista Encuentro (que hasta ayer se decía hecha por cubanos) habla de “molestias entre el exilio cubano” por una supuesta invitación que no ha tenido efecto (aunque sí lugar) y se excluye del potaje. Como si se tratara de un titular de la prensa del corazón, Michel Suárez, a horcajadas sobre el lomo de alguien en la dirección de esa revista pro-castrista, se deleita con nuestra incomodidad. Conozco a muchos que no están de acuerdo ni con Rojas ni con su línea editorial en la revista Encuentro, pero la juventud del pinche mexicano los ha puesto a reconsiderar. Es joven, está decidido a acaparar espacio político y cuenta (como no podía ser de otra forma), con una legión de lacayos de la peor calaña. ¡Rojas para Presidente! Ni más ni menos en un muro de la Colina, y ya verán ustedes de lo que es capaz después. La verborrea (políticamente a la moda) de Rafael Rojas ha hecho perder la confianza en la independencia del pensamiento a gente que hasta ayer sobresalía por su análisis. Esto es lo que hace al tipo un hombre peligroso para la libertad de Cuba. Da pena leer los mensajes que a través de la Internet algunos cubanos intercambian. Ver que un hombre inteligente se siente derrotado únicamente por la juventud del adversario es, cuando menos, lamentable. Rojas por su parte, no pierde el tiempo en boberías (ni Cambio Cubano, ni el Proyecto Varela le hacen perder el sueño). Le interesa consolidar su posición en España para acabar con los destacados de su exilio. Quiere hacerle ver a Zapatero que su visión política es más rigurosa y trascendental. Que el “Cervantes se lo merecía él, no Cabrera Infante. Que no es Menoyo sino él, el rojo Rojas, el que merece el respaldo de España para iniciar su cruzada socialista en la mayor de las Antillas. Y como no puede ser de otra forma, pues hablamos también de la existencia de cubanos, medidos, democráticos, tolerantes, y ¿por qué no?, come… rosas, entre disidentes y disidencias se tramita hoy un nuevo traspaso de poderes en Cuba. Con el conocimiento del avejentado Castro, con el consentimiento de un resignado Castro, para ser transferido a quienes no levanten ronchas entre la nueva clase de millonarios cubanos (o en la mayoría del exilio ovejuno del cual formamos parte) y para perpetuar en Cuba a la izquierda oportunista y despótica que tanto daño nos ha hecho. Así van las cosas en la política cubana este 20 de Mayo, aunque la mayoría no quiera verlo, no quiera cuestionarlo, no quiera hacerle frente, o meta la cabeza en la arena como el avestruz. No tienen pruebas, ni mucho menos c…uriosidad: es comprensible. Gracias a Dios los hay mejores. Gracias Guillermo Cabrera Infante por tu impecable literatura. Gracias Paquito d’Rivera por tu exquisita música. Gracias Alex y Roberto Solera por esa Nueva Cuba tan democrática. Gracias Ernesto Betancourt por tus opiniones y honestidad. Gracias Agustín Blázquez por tus magníficos documentales con nuestra realidad. Gracias Luis Roberto Hernández por tu concepto de las ciencias. Gracias Orestes Lorenzo por el de la familia y la amistad. Gracias Alberto Bustamante por tu Herencia, la de tantos otros buenos compatriotas. Ah, y Gracias también, muy especialmente, a Miguel Uría, por ser un hombre de principios y representar a los brigadistas muertos de la 2506 con la dignidad que muchos jamás han tenido. Carlos Wotzkow Bienne, Mayo 20, 2004
|