Admiradores de escrotos

Por Carlos Wotzkow

“Yo sólo conozco a este Sr. Wotzkow, que reside en Suiza, y tengo muchas versiones diferentes de él, pero por qué no le pregunta que hacía en Cuba, cuando Menoyo estaba preso... ¿sabes dónde estaba este Sr.? Trabajando en un instituto de investigaciones de enfermedades contagiosas en donde se producían virus contaminantes que se utilizaron posteriormente en varios países.”

Anónimo*

Cuando uno se atreve a afirmar conocer a alguien solamente por leer algunas de las cosas que escribe, muchas veces comete el error más grave en el que se pueda incurrir a la hora de juzgar a nadie. Las erróneas lecturas y la dislexia congénita son otros de los problemas de aquellos que gustan de llegar a conclusiones previamente planificadas. Por regla general, se trata de un mal muy común entre aquellos a los que la vida impuso un límite intelectual y que sólo el transcurso de los años les ha obligado a aceptar a regañadientes.

Mucho antes que el autor de este texto naciera, Menoyo, según sus propias palabras, ya había cambiado de parecer en diferentes oportunidades. Cuando el Sr. Wotzkow gateaba, Menoyo ya era “comandante” y un miembro fundador de Alfa 66. Sin embargo, en este tiempo (y al parecer en una acción emprendida bajo dicha organización en 1964), este feroz guerrillero expresa su oposición al terrorismo y se proclama, en un ejemplo sin antecedentes de valentía retroactiva, como “símbolo mundial en la lucha por la libertad dentro de las cárceles cubanas”(1).

Las versiones sobre la coherencia de Menoyo durante su largo presidio son contradictorias y confusas. Sin embargo, su página web (Cambio Cubano) las describe de una manera tan heroica como inexactas. Es decir, Menoyo es el único preso que en Cuba se las ha arreglado para que los carceleros de Castro siempre le partieran una costilla diferente. ¿Se ponían de acuerdo sobre dónde dirigir la patadita? Cambio Cubano también habla de 30 años cumplidos en prisión, mientras que él mismo ha reducido su pena después en 8 años. O sea, todo un émulo de Mandela. Por cierto, con el que se siente hoy día muy identificado.

Una de las páginas más humanas y bellas en la vida de Menoyo no han sido escritas por él. La historia y los esfuerzos de su hija Patricia y de Felipe González tiran por tierra una heroicidad humana que él mismo ha intentado edificar. En 1986, cuando Eloy sale de la prisión, Carlos Wotzkow ya había sido expulsado y sancionado varias veces en Cuba por los consejos de dirección de esos “institutos virulentos” y por los órganos de la seguridad del estado. Nada anormal en un país como Cuba, para cualquier ciudadano simple y ordinario que no hubiera aceptado pertenecer a ninguna organización castrista.

Durante los años que van entre 1987 y 1992, el autor de este texto confronta situaciones en Cuba mucho más insignificantes que las narradas por Menoyo. Pero es de notar que desde entonces, la concepción política del catalán (Eloy, claro está) sobre el problema de nuestra patria sigue cambiando de colores como si se tratara de la piel de un camaleón. De ser un mayor al servicio de Fidel Castro, Gutiérrez pasa a ser comandante alzado. De portar armas diariamente por las calles de Miami como miembro de uno de los grupos más radicales del exilio(2), Menoyo pasa a convertirse en un líder “pacifista” más tolerado que José Bové.**

En enero de 1992, Eloy Gutiérrez Menoyo da a luz a Cambio Cubano (primer movimiento pacifista del exilio cubano dirigido desde la Moncloa), y en mayo de ese mismo año, el insignificante cubanito de nacimiento que les escribe ahora, pone un pie en polvorosa y se radica en Suiza. Como ven, nada meritorio para los machangos y cuasi-herniados prisioneros del castrismo. En cambio, un poquito más coherente que psiquiátrico. Mi abuela decía: “sea cobarde Carlitos, pero no sea idiota”. Si no la hubiera escuchado, mi admirado detractor no me leería hoy.

Cuando se le preguntó a Menoyo cómo había sobrevivido a tantos años de prisión en semejantes condiciones infrahumanas, este contestó que “gracias a no sentirse sólo y a que existía una conciencia internacional que luchaba por la dignidad del hombre”. Ese es el punto de inflexión a partir el cual el héroe Menoyo se distancia del exilio y deja de reconocerle sus múltiples demostraciones de solidaridad (3). Psicológicamente hablando, podemos decir que vuelve a aflorar en Menoyo su irreverente egoísmo y su incontrolable apetito de poder.

Estoy convencido que muchos de sus antiguos “brothers in arms” también lo han notado, pero es indudable que siempre habrá admiradores de escrotos.

Menoyo exhibe en su largo y heroico Curriculum muchas cualidades y hazañas que el autor de este trabajo jamás podrá lograr. Por ejemplo, Menoyo es el único exiliado “opositor” recibido con todos los honores por Fidel Castro y el único capaz de creer en su antiguo verdugo. Si por un instante fuéramos capaces de desligarnos de las pasiones y los ataques personales que generalmente llevamos a cabo contra los demás, la mayoría notaría que la política de Cambio Cubano no es otra que implorar (rodilla en tierra) a Fidel Castro su guía en la democratización de Cuba (4). Ni más ni menos.

Eloy Gutierrez Menoyo ha sido el primer opositor entrevistado y alabado por un conocido espía castrista (5). En esta entrevista, ocurrida durante uno de sus frecuentes viajes a la Cuba oprimida, este delator de los opositores pacíficos al régimen decía: “Cambio Cubano tiene también su utopía. Aspira a abrir oficinas dentro de Cuba... Menoyo estima que el 80 % del exilio de Miami desea distensión... Menoyo menciona la sospechosa aparición de su nombre en el diario oficioso Granma, que le llamó traidor y contrarrevolucionario.”

¿Cómo debían llamarle?

“Por supuesto - continua Manuel David Orrio - un observador avisado deduce que el permiso de Menoyo lo concede Fidel Castro en persona, y lo demás se infiere...” “Todo parecía arreglado para la visita. Pero al dejar Robaina de ser Ministro de Relaciones Exteriores (léase sobre la conexión Matutes-Robaina antes de su destitución y algo que hace sospechar aún más que las órdenes le llegan a Menoyo directamente desde Madrid), y tomar el cargo Felipe Pérez Roque, nadie sabe nada.” ¡Oiga,- digo entonces a este astuto que dice conocerme - usted puede odiarme por los motivos que más guste, pero no sea comemierda hombre!

Una cosa es cierta, este permiso de entrada y residencia para Menoyo, otorgado por Fidel Castro como es de imaginar, le dará la oportunidad a sus defensores en el lobby europeo para suavizar posturas. Para nadie es un secreto que la cartera de exteriores del gobierno de José María Aznar llora desconsolada por mejorar las relaciones con el machango dictador. Al fin y al cabo, ya no pueden caer más bajo de donde han caído. Si el Rey de Marruecos insulta a Aznar es posible que esto provoque un conflicto armado por el honor a la hidalguía española, pero si es Castro el querido sodomizador, todo queda en casa.

Para terminar, y si es que los defensores de Menoyo quieren cortar camino y llegar a otras conclusiones más juiciosas sin perder el tiempo, vean las declaraciones de Menoyo a Manuel Vázquez Montalbán y noten cómo este “pacifista guerrillero” intenta criticar y quitar de su camino a cualquier opositor que pueda hacerle sombra. “En mi criterio muy personal,- opina Eloy, cual filósofo improvisado - denunciar la violación de los derechos humanos es reconocer la existencia de los derechos humanos”. Esto quiere decir, según Menoyo, que para que los universales derechos humanos existan, deben existir primeramente en Cuba.

Bueno, si en mí artículo anterior no me tragaba a Eloy Gutiérrez Menoyo por mentiroso, por politiquero y parlanchín, en este es evidente que no lo paso por imbécil. ¿Cómo se puede decir semejante idiotez? Para él, “los defensores de los Derechos Humanos en Cuba lo único que hacen es reconocer que allí los hay” (6). Bueeeeno. Si después de leer el inmenso libro del compatriota Montalbán (saturado también de errores de toda índole) usted todavía cree que Menoyo es un héroe y yo un infame, su tontera es crónica y una enfermedad, amigo mío, incurable.


Carlos Wotzkow
Bienne, Agosto 10, 2003

*Anónimo, pues la persona que circuló este e-mail (amigo y disidente sabio de su contenido), prefirió no revelar a su autor y así salvarle del bochorno en la confidencialidad. Sin embargo, ese texto ha sido corregido para hacerlo comprensible, pues las múltiples faltas de ortografía y los errores de puntuación no permitían una lectura clara.

** José Bové es el líder antiglobalización francés que más destrucción a ocasionado a los negocios privados de los norteamericanos en ese estado islámico de Europa. Destruye sembrados y se proclama campesino, o se burla del ejército francés ocasionando costos incalculables y se proclama pacifista. Sea cual sea la sentencia en los tribunales de Francia, como se trata de un “Robin Hood anti-norteamericano,” siempre sale de prisión unos días más tarde sin que esto le impida moverse, conseguir un nuevo pasaporte y seguir jodiendo.


Notas

1.- Who is Eloy Gutierrez Menoyo? es una bella y autobiográfica descripción de la epopeya vivida por su protagonista. Accesible a todos en www.cambiocubano.org.

2.- Dade County Police File. Eloy Gutierrez Menoyo (1961) Asociates CI-300-D. To Mr. Tomas Kelly, Metropolitan Sheriff.

3.- Nestor Almendros y Jorge Ulla. Nobody listened. Documentary 1986.

4.- Federico Jiménez Losantos. Menoyo ayuda a Castro y viceversa. Libertad Digital, Diario en la red. Agosto 8, 2003.

5.- Manuel David Orrio. Conversando con Gutiérrez Menoyo. Cubanet. Prensa Independiente Agosto 1999.

6.- Manuel Vázquez Montalbán. Y Dios entró en La Habana. 1998. El País / Aguilar. 713 pp.


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