FIDEL CASTRO: DECANO DEL BIOTERRORISMO


Entrevista (resumida) con Eduardo Prida, ex oficial del Buró de Investigaciones Científicas de la DAAFAR.

Eduardo Prida (E.P.) ¿Podría usted explicarnos cuál es su preparación profesional y científica? ¿Dónde Estudió?

Carlos Wotzkow (C.W.) Mi preparación, como la de cualquier cubano, es una formación a medias. No se puede ser una persona formada íntegramente en un país donde la formación de sus ciudadanos está en función de las necesidades específicas del estado, pero además, donde se dedica un 30 % del tiempo académico a estudiar el marxismo-leninismo. Partiendo de ahí, puedo entonces decirle que soy un técnico veterinario graduado y un biólogo sin diploma (dejé la carrera en 4to año cuando salí de mi patria hacia Alemania), pero al que muchos colegas ayudaron a formarse fuera de un aula en Cuba. La Universidad de La Habana por ejemplo, permitía mi ingreso a cursos de Postgrado (sistemática y ecología) sin ser yo un biólogo egresado de la universidad. En ese sentido, creo que influyeron mis resultados en el campo, mis publicaciones en varias revistas de prestigio y claro está, el aval de muchos colegas y amigos que deseaban mi desarrollo y adecuada formación.

E.P. ¿Ha tenido profesores extranjeros en Cuba, o recibió alguna preparación especial en el exterior?

C.W. No tuve profesores extranjeros, pero si muchísimos colegas cubanos y norteamericanos que me enseñaron a lo largo de 12 años cómo se debía investigar. No menciono nombres por razones obvias y entre ellas, el hecho de que muchos piensan igual que yo y aún tratan de ayudar a la naturaleza de Cuba. En el exterior sólo he estudiado después que salí de Cuba, pero mi interés en Suiza ha seguido estudios sobre comportamiento humano y con fines netamente vinculados a la ayuda social. Entre ellos, atestaciones sobre Alcohol y Droga, Comportamiento Disfuncional, Ética y Deodontología, Ecología y Agresividad Humana. Todos avalados por un programa de formación profesional de Swiss Hospitality Engineering Consultants S. A.

E.P. ¿Dónde y cuándo comenzaron las investigaciones biológicas con fines militares?

C.W. Cuándo un proyecto comienza en Cuba es algo verdaderamente difícil de saber. Por ejemplo, la Central Nuclear de Juraguá ya estaba planificada desde 1974 y los cubanos se enteraron de ella cuando comenzaron sus obras y sin que mediara ningún tipo de consulta popular previa antes de decidir sobre su ubicación. En el caso de las investigaciones biológicas con fines militares ha sido igual, aunque claro, con la particularidad de que estas comenzaron en distintas fechas y en diferentes frentes. No fue el Instituto de Zoología el único centro que acogió este tipo de proyecto, sino muchos más. Partiendo de esa aclaración, puede decirse que en Zoología comenzaron a finales de 1980 y acabaron a principios de 1985.

E.P. ¿Conoce usted algún tipo de escape o contaminación biológica ocurrida en Cuba?

C.W. Decenas, pero... ¿cómo diferenciar cuáles fueron intencionales y cuáles con objetivos puramente militares? ¿Cómo evaluar, por ejemplo, la ola de Aedes aegypti que se escapó del laboratorio del Dr. Fresneda detrás de la escuela de medicina? ¿Cuál sería el proyecto del Instituto Pedro Kourí (IPK) que necesitaba tales cantidades de dípteros transmisores de enfermedades (hematófagos y no hematófagos)? ¿Cómo catalogar el escape de drosophilas (las harto conocidas guasasas, o moscas de las frutas) de ese mismo centro y la aparición casi inmediata de un brote de conjuntivitis hemorrágica en los alrededores del Reparto Atabey? Si yo le digo a usted que en los años en que esa pandemia se desarrolló en Cuba (1980-1987) existía en el IPK un grupo comandado por la Dra Alina Llops que estudiaba los microorganismos causantes de esa enfermedad, y que además allí trabajaba un entomólogo llamado Carlos Bisset especializándose en drosophilas, usted llegará a la misma conclusión que he llegado yo, pero entonces, ambos seremos acusados de trabajar para la CIA, y no solo desde Cuba, sino también por algunos crédulos de la actual administración norteamericana. Para todos es sabido que las drosophilas son insectos que por el gran tamaño de sus genes son muy usados en investigaciones genéticas (esa será sin lugar a dudas la explicación del gobierno castrista), pero también es digno de anotar que son los mejores transmisores mecánicos de cualquier enfermedad vírica a los que el aire (y las corrientes térmicas) pudiera poner en Washington en apenas unas horas.

E.P. ¿Ha muerto algún científico o técnico por las deficientes medidas de seguridad e higiene en el trabajo?

C.W. Usted como yo, sabe que esas cosas en Cuba son secretas. Ya sabrá usted que en la aviación, por ejemplo, se le daba de baja a un piloto por descubrirse que tenía el pie plano después de 10 años de vuelo. Sin embargo, la realidad era otra y muchas veces estaba relacionada con la toxicidad que le producían las sustancias que él debía transportar y/o descargar en pleno vuelo y de las cuales él no tenía ningún conocimiento. En los laboratorios cubanos la cosa es entonces parecida. Muchos científicos cubanos están obligados a trabajar con peligrosos patógenos en vivo (en otros países estos se manipulan muy atenuados) con el único objetivo de obtener resultados de una forma rápida y confiable. En realidad no conozco ningún científico que haya muerto por deficiencias técnicas, pero como ya le expliqué, si esto ocurre jamás sería publicado, jamás se explicaría mencionando el diagnóstico correcto, y jamás se produciría por "accidente", sino por negligencia y presión institucional. En este caso estaba el Team que en Cuba se dedicaba a investigar la Hepatitis (dentro de la Escuela de Medicina Girón) y que eran médicos y biólogos a los cuales el estrés (vaya usted a saber por qué) mantenía en un eterno martirio.

E.P. ¿Leyó usted algún documento oficial con órdenes específicas para llevara cabo estas tareas científicas?

C.W. No, pero interpreté (y creo que correctamente), que el desvío de todos los recursos económicos de un instituto antiguamente dedicado a estudiar la fauna, a temas relacionados con la investigación y transmisión de patógenos no era un cambio de política fortuito ni bienintencionado. Ya he explicado en mi libro Natumaleza Cubana y en otros textos cómo ocurrió todo en aquellos años en los que se gestaba el Frente Biológico del Instituto. Ya he explicado como puse a disposición de los Estados Unidos lo que hasta entonces sabía y el poco caso que esa información recibió. Igual han hecho otras personas, pero igual de alarmistas han sido consideradas esas informaciones.

E.P. ¿El Instituto de Zoología de la Academia de Ciencias tenía vínculos de trabajo con algunos de los institutos de biotecnología para esta tarea? ¿Podría usted explicarme que función cumple en Cuba el Centro para la Producción de Animales de Laboratorio (CEMPALAB) ubicado en el Cacahual?

C.W. Como usted seguramente sabrá, el Dr. Fernando González, director del Instituto de Zoología a principios de los 80 intentó desarrollar un Frente Biológico que no prosperó gracias a la ética y protesta de muchos científicos. En aquellos años, los institutos de biotecnología (propiamente dicho) estaban en su fase embrionaria y solo el CENIC, el IPK, y ciertas instalaciones (laboratorios) detrás de la escuela de medicina, podrían haber estado vinculadas entre sí. Natumaleza Cubana habla de algunos de estos vínculos, pero yo creo que de forma un tanto ingenua. Como sabes, uno empieza a obtener información real cuando sale de Cuba y es libre de leer lo que existe publicado. Por eso, todo lo que yo creía saber sirve apenas para atar algunos cabos. Se trata de planes secretos de los cuales apenas obtienes un mosaico y no siempre el color y forma de los que lo rodean. No obstante, creo firmemente que el antiguo Instituto de Zoología, al igual que el CEMPALAB, estuvieron vínculados al bioterrorismo de Fidel Castro desde que Fernando González los dirigió. Recuérdese que Zoología ya no existe y que después de su desintegración el Dr. González se llevó el Frente Biológico al Cacahual para camuflarlo en el CEMPALAB.

E.P. ¿Conoce usted algún vínculo entre Cuba y los llamados países de la línea del frente antimperialista, tales como Libia, Irak, Siria, Iran, China, Korea del Norte y Rusia que guarde relación con la actividad y producción de armas biológicas?

C.W. No más de lo hasta la fecha publicado y que creo muy veraz. Las intenciones de Castro contra los Estados Unidos han estado siempre relacionadas con su exterminio y con alguna vía que le permita hacerle daño. Por otra parte, el cinismo de Castro es harto conocido y ya vemos como criticaba a los pilotos norteamericanos en Viet Nam, mientras que tomaba nota y aplicaba sus mismas técnicas, pero con productos de destrucción masiva en Angola. Castro es un asesino conocido y lo único que hoy desconocemos de él es hasta cuándo y hasta dónde llevará sus asesinatos en masa. Entonces, si a él se alínean los países que usted menciona, es obvio que las armas biológicas estén entre su más desarrollada prioridad. No olvidemos que a Cuba, como trampolín de ataque, le ha llegado ahora su turno. Fidel Castro, con quien único ellos pudieran contar para semejante guerra, ya está muy viejo y enfermo y al no contar con un buen relevo ya va siendo hora - dirá Bagdad - de que cumpla con su compromiso.

E.P. ¿Recuerda usted, cuando la gran efervescencia de la nueva filosofía militar de Castro, "La guerra de todo el pueblo", cuáles trabajos científicos solicitó el Ministerio de las Fuerzas Armadas a través del Frente Biológico? ¿Podría explicarnos que objetivos se perseguían? ¿Llegaron a terminarse algunos de estos proyectos? ¿Había tiempo para cumplir con los planes de trabajo? ¿Notó usted que hubiese premura para obtener resultados?

C.W. No, ni siquiera puedo vincular una cosa con la otra. En cambio, si puedo decirle que después de los problemas en Zoología, y después de verse obligados a trasladar el Frente Biológico fuera del alcance y conocimiento de los "investigadores pacifistas" (como nos llegaron a llamar de forma doblemente sospechosa), hubo científicos como Alejandro Silva Rodríguez* que pasaron, de ser un simple investigador del CENIC (Centro Nacional de Investigaciones Científicas) dedicado a la herpetología, a dirigir programas al más alto nivel dentro del programa NACSEX (North American / Cubans Scientific Exchange). Como él, muchos otros científicos cubanos formados con el apoyo de los Estados Unidos desaparecieron del mundo científico de la zoología para emerger arrogantes como funcionarios encumbrados por la biotecnología y la ingeniería genética. Este hecho, que pudiera parecer superfluo para algunos, sitúa a 1985 como el año en que Fidel Castro cambió el rumbo de las ciencias en Cuba. A partir de entonces, y como ya lo he dicho en varias partes de Natumaleza Cubana, las "tareas priorizadas del régimen" ejecutadas con presupuesto norteamericano desde 1989, acabaron con todos los planes temáticos de las ciencias zoológicas de Cuba. Entre esas prioridades se encontraba en la rama de la medicina el SIDA, y en la zoología, el programa de las migraciones de aves vinculado a estudios de ácaros como hospederos potenciales de dos enfermedades contagiosas: la leptospirosis y la riquettsia.

E.P. ¿Conoce usted si algunos de estos trabajos se validaron con seres humanos? ¿Se comentó, aunque sea vagamente en algún momento como se iba a comprobar su efectividad? Además de utilizarlo con portadores biológicos, ¿se pensó en utilizarlo dentro del armamento, tales como misiles, bombas de aviación, minas, etc.? ¿Estuvieron científicos cubanos en Africa buscando virus en el río Congo?

C.W. Eso no tengo que decirlo yo. El propio Fidel Castro ha aceptado y elogiado públicamente la autoinfestación por el virus del HIV de sus propios investigadores. Veintisiete, si mal no recuerdo, fue el número de seres humanos considerados héroes por él al contaminarse de esa forma. Además, una investigadora del CEMPALAB (a la que no voy a mencionar por vivir todavía en Cuba) me aseguró que el dengue hemorrágico que se detectó en Santiago de las Vegas durante 1994, se debió a un accidente ocurrido en uno de los planes temáticos de BIOCEN, o lo que es lo mismo, durante el proceso de experimentación con esa enfermedad en el Centro de Biopreparados de Bejucal. Este centro vino a ser, a partir de 1993, un gemelo del Frente Biológico reiniciado en el CEMPALAB.

Con relación a la utilización en armamento me declaro incapaz del más ingenuo de los comentarios. Como usted sabe, yo formé durante 5 años parte del equipo que se encargaba de la seguridad aeronáutica en el Instituto de Aviación Civil de Cuba. En mi tarea de especialista de aves peligrosas a la navegación aérea, el principal obstáculo era la redacción de informes oficiales y por tanto, no creo que haya nada de eso plasmado en blanco y negro. Si hasta para dar los resultados de un accidente había que mentir, cómo habrá sido el parte militar relacionado con armamentos prohibidos. ¿No recuerda usted el accidente de Cubana en el que un avión IL-18 cargado de explosivos con destino a Nicaragua declaraba en su bitácora transportar compotas para niños? ¿Podría un avión cargado de confituras explotar de tal forma que sus pedazos más grandes apenas superaban el metro cuadrado? ¿Cómo entonces no encontrar cristales en los dos kilómetros por los que se diseminó aquel fuselaje?

E.P. Con relación al SIDA, el Antrax, el Clostridium Tetánico Gram Positivo, la E. Coli, y otras enfermedades epidémicas que atacan al SNC (Sistema Nervioso Central) como las polineuropatias, la neuritis óptica, enfermedades desmielinizantes y otras, ¿podría usted hacernos algún comentario al respecto?

C.W. Mire usted Sr. Prida, vamos a dejar a un lado los nombres de esos microorganismos y enfermedades potencialmente peligrosas y utilizables y vayamos a los hechos. Cuba es un país que a los efectos de dispersión biológica resulta inmejorable. Cuba cuenta además con una entomofauna y un clima óptimo para la efectuar la guerra biológica sin gastar mucho dinero. En nuestra patria hay científicos dispuestos a todo hasta por ganarse un viaje al exterior y por añadidura tiene como destinatario de esa guerra a un vecino que se lo facilita todo con muchísimo placer. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que Fidel Castro no tiene ni puede sentir ningún obstáculo cuando sabe que compra dignidades de forma muy barata y menos, cuando es consciente que su enemigo es el que pagará la soga con la que él lo quiere ahorcar. Agregue usted entonces a ese sin sentido, el papel que puede jugar en esto la Fuerza Aérea. Usted voló y compartió conmigo una cabina de pilotaje en Cuba, usted sabe lo fácil que puede resultar elevar en un planeador a 3000 metros de altitud un millón de guasasas contaminadas para que los vientos de cuaresma las hagan llegar a Miami en sólo unos minutos. Usted sabe incluso mejor que yo cómo preparar a un piloto psicológicamente para que lleve a cabo esa misión rebosando placer.

E. P. ¿Tiene usted algún mensaje para sus antiguos colegas que aún siguen en esta diabólica tarea en Cuba y otros lugares del mundo?

C.W. No, porque aquellos investigadores que en Cuba yo pudiera llamar colegas nunca se prestarían a trabajar en algo similar. Como ya lo he dicho, fuimos 25 los que preferimos el desempleo y un expediente de la seguridad del estado que nos vetaba de por vida al no ser políticamente confiables, antes que participar en aquel proyecto. Por otra parte, no creo que haya un mensaje al que presten atención aquellos que ya han decidido trabajar en temas e investigaciones que deriven al asesinato masivo. Sus mentes están tan programadas que por el momento serían imposibles de sensibilizar.

E. P. ¿Tiene usted alguna idea si Castro está o no dispuesto a hacer uso de estas armas contra la población de cualquier parte del mundo y en específico contra los Estados Unidos?

C.W. Más que "alguna idea" lo que tengo es certeza. Desde 1992 lo vengo repitiendo como un disco rayado. Fidel Castro es un loco al que ninguna religión o gobierno puede poner límite. Además, su armamento no es tan anticuado como el de Sadam Hussein y el día que le dé por mandar sus SS 22 para el norte, bien revuelto y brutal se los va a dejar. Si en esos misiles van o no agentes biológicos y químicos, eso depende aun de los propios norteamericanos y del tiempo que ellos mismos le den para terminar de forma magistral esa advertida fechoría.

FIN


Carlos Wotzkow
Bienne, Noviembre 1999

NOTA:

*Según sus propios amigos en La Habana, Alejandro Silva Rodríguez ha sido recientemente destituido de su cargo en Biotecnología. Esta noticia, que salió de Cuba asociada a un problema de corrupción administrativa, ocurre tan sólo unos días después que el exilio acusara a Castro y a sus instituciones de guerra biológica contra el territorio de los Estados Unidos.



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