ESTAMPAS HISTORICAS CUBANAS / EL "AFFAIR" MUJAL por Carlos Bringuier Estos casi 40 añZos de "ASNOCRACIA" han conllevado una serie de incidentes que deben ser conocidos para que la historia y los historiadores de generaciones futuras los recojan y les sirvan de cimiento para conocer lo que ha sucedido con el arribo al poder de Fidel Castro Ruz y sus castrados migajeros. En Enero de 1959 me encontraba en Buenos Aires cuando la "ASNOCRACIA" tomó el poder. A los pocos días tuve conocimiento que los primeros exiliados arribarían a la ciudad porteña. Los primeros en arribar fueron el Dr. Gustavo Gutiérrez, el Dr. Herrera Arango y Eusebio Mujal Barniol. A ninguno los había conocido personalmente en Cuba pero tenía interés en hacerlo ahora ya que quería indagar sobre la situación de mi padre, el Dr. Julio Bringuier Laredo que había logrado, con la ayuda de mi amigo y funcionario de la Embajada Argentina Angel Belvedere, obtener asilo político en dicha sede diplomática. Llegué por la mañana al Hotel Crillón, donde estaban hospedados y los encontré desayunando en el comedor. Tan pronto me presenté me invitaron a que los acompañara en el desayuno y comenzaron a contarme de mi padre y distintas anécdotas del asilo. Con el que más compenetración tuve fue con Eusebio Mujal. Por coincidencia, una de tantas en mi vida, un año después desayunaría en ese mismo Hotel Crillón con el Dr. José Miró Cardona, quien en aquellos momentos (1959) era Primer Ministro del Gobierno de la Revolución y quien en 1960, con su hijo Pepe se asiló en la Argentina. Día a día, cuando salía de mi trabajo, iba a visitarlos y para hablar con Mujal tenía que tocar en su puerta con una contraseña dada por él. Mujal había sido el líder de la CTC (Confederación de Trabajadores de Cuba) y era sumamente interesante escuchar sus narraciones sabiendo que provenían de un líder obrero que se había forjado como líder comunista. Con Mujal aprendí sobre el comunismo lo que debía haber aprendido antes en Cuba. Mujal me explicaba que los comunistas tenían mucha ventaja sobre los demócratas ya que los demócratas dedicamos gran parte de nuestro tiempo a nuestra familia, a ir al cine o al teatro, a divertirnos o en fin a tratar de disfrutar de la vida mientras que según él los comunistas trabajan las 24 horas del día para ver cómo nos destruyen. A los pocos días Mujal me pidió que le consiguiera, con la Policía Federal Argentina, el permiso de salida del país (la Doctrina Urrutia había sido puesta en vigor por el gobierno de la "ASNOCRACIA") y que le comprara un pasaje para volar de Buenos Aires a Miami. Me dió su pasaporte, donde vi estampada la visa para entrada en los EEUU, y el dinero para el pasaje. Mis esfuerzos fueron fructíferos y le conseguí a Mujal lo que me había pedido. Varias veces al visitarlo me cruzé con el Cónsul Cubano en Buenos Aires, de apellido Lara al que yo conocía y quien todavía ocupaba ese cargo a pesar del cambio de gobierno. El Cónsul Lara había estado presente cuando mi boda en Buenos Aires el 14 de Abril de 1956. Lara, al igual que yo, usaba la contraseña fijada por Mujal para que él abriera la puerta. Mujal me explicó que tomaba todas esas precauciones porque a él lo iban a querer matar en Buenos Aires. Me dijo que con su experiencia en el comunismo, sabiendo que el nuevo gobierno estaba dirigido por comunistas a los que él conocía, Castro lo mandaría a matar para que no llegara a los Estados Unidos. Por mi analfabetismo político creí que Mujal sufría de psicosis. Cuando se acercó el día de su partida me pidió que yo lo llevara al aeropuerto porque sino en el taxi lo iban a matar. Me dió pena Mujal ya que pensé que su psicosis se agravaba y solicité la ayuda de mi suegro Héctor Pearce Balochi. Un domingo por la mañana fuimos mi suegro y yo en su auto hasta el Hotel Crillón donde difrazamos a Mujal, entre otras cosas con un sombrero y espejuelos obscuros, y lo llevamos desde el Hotel hasta el barrio de Liniers donde residíamos con mis suegros. Al mediodía fuimos hasta el aeropuerto de Ezeiza y embarcamos a Mujal hacia Miami. Por concidencia en su vuelo viajaba un luchador muy conocido en aquellos años, Antonino Roca. A los dos días recibí una llamada telefónica del Cónsul Lara quien se encontraba preocupado porque estaba tratando de localizar a Mujal y no podía encontrarlo por ningún lado. Utilizando restricción mental le dije a Lara que hacía dos días que no veía a Mujal. Lara me pidió que si lograba localizarlo le pidiera que se cuidara porque en el Consulado había escuchado una conversación entre 2 individuos que habían arribado del Uruguay con instrucciones de asesinar a Mujal. Para mí fue como un electroshock. Mujal no era psicótico, sino que como se había iniciado como comunista sabía que ellos no perdonan y que intentarían asesinarlo en Buenos Aires. Por suerte para él ya había abandonado territorio argentino y yo creía que había arribado felizmente a Miami. Siempre he considerado el caso Mujal como mi primera victoria contra el comunismo internacional en general y contra Fidel Castro en particular. A finales de Enero de 1959, regresé a Cuba con mi esposa y dos hijos. Ocupé nuevamente mi cargo como Oficial del Juzgado de Instrucción de la Sección Quinta de La Habana hasta que salí de Cuba el 4 de Mayo de 1960. Durante ese tiempo no le dije a NADIE lo que había sucedido en Buenos Aires con Mujal. Sabía, por mi suegro, que Mujal al llegar a Miami vio con desconcierto como aquella Visa que tenía estampada en su pasaporte le era rescindida y tuvo que dirigirse a Europa ya que en ese tiempo la Administración del Presidente Eisenhower, con un Departamento de Estado controlado por los comunistas, quería mantener su luna de miel con el Robin Hood caribeño. Esto se lo había comunicado a mi suegro el propio Mujal en una tarjeta que le envió desde Europa dándonos las gracias por nuestra ayuda. Una cosa que había quedado clara para mí era que el brazo criminal de Fidel Castro era bien largo cosa que posteriormente demostró cometiendo asesinatos en Miami, Dallas y otras ciudades de este hemisferio. Creo que es conveniente que en el futuro, generaciones por venir vean como operaban las garras sangrientas del nuevo Dictador de nuestra sufrida Patria.
Carlos J. Bringuier
Nota del Autor: Un día como hoy , en 1961, se llevó a cabo una ejecución masiva en La Cabaña. Los ejecutados fueron: Comandante del Ejército Rebelde Humberto Sorí Marín, "ñongo" Puig Miyar, "Mingo" Trueba, Rogelio González Corzo, R. Díaz Gascón, E. Fernández Ortega y N. Rodríguez Navarrete.
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