KATRINA, RITA Y EL COMANDANTE LETRINA

por Carlos J. Bringuier

Por muchos años será recordado el mes de Septiembre del 2005 por lo devastador que resultó con relación a los golpes de la naturaleza.

Lo de Katrina fue algo que, aunque esperado, nos horripiló con su despiadado ataque a la bella ciudad de Nueva Orleans. Para mí fue doblemente doloroso ya que una de mis abuelas era nativa de esa Ciudad y además en la misma residí por más de 35 años.

Se sabía que la catástrofe podía ocurrir, lo que no se sabía era cuando. Por eso, mientras vivimos en Nueva Orleans, año tras año, al llegar la época de los ciclones y ante la inminente llegada de uno de ellos nos trasladabamos con hijos y perros hacia el este o el oeste de acuerdo con la situación.

Este año, estando de vacaciones en el viejo continente, pudimos observar por televisión los estragos de Katrina. Lo que más nos sorprendió fue el ver a la prensa liberal (Televisión EspaZola, y CNN Internacional entre otras) desenfundar sus armas destructivas y dirigirlas contra el Presidente George W. Bush. Se llegó a tratar de presentar a Bush como a Batista. Se le acusó de genocidio contra los pobres y los negros llegando a calcularse una cantidad de posibles muertos que ascenderían a los 25,000 (5,000 más de los que le adjudicaron a Batista el Comandante Letrina y sus castrados seguidores).

Vimos por televisión escenas que parecía suceder en un país del 4to. Mundo. Delincuentes que en un momento de crisis se aprovechaban para saquear comercios con total impunidad y en algunas ocasiones pudimos obersevar a mujeres policías que participaban de los saqueos. La prensa los captaba en sus cámaras pero la policía no los detenía. Posteriormente nos enteramos de que unos 250 policías de la ciudad de Nueva Orleans, en esos momentos de crisis, abandonaron sus puestos. El caos era total. Pero ahí estaban, el Alcalde y la Gobernadora verdaderos responsables de la desaparición de la infraestructura de la ciudad manteniéndose en sus puestos atacando al gobierno Federal.

Mientras tanto, el Comandante Letrina, en una actitud felina y maquiavélica ofrecía enviar 1500 médicos para ayudar a la población de Louisiana. El mismo Comandante Letrina que no le facilita esos médicos a los cubanos sino que los tiene para los crédulos turistas de la medicina; el mismo Comandante Letrina, que ha asesinado a miles de ciudadanos americanos en todo el orbe; el mismo Comandante Letrina que les ha robado billones de dólares a este país. El mismo Comandante Letrina que ordenó los asesinatos del Presidente Kennedy y de su hermano Bobby Kennedy. Gracias a Dios no estaban en el poder ni Jimmy Carter ni Bill (Lewinski) Clinton, sino un George W. Bush que supo poner a salvo la honra de su pueblo rechazando la envenenada oferta del Tirano de Cuba.

Después, ya de regreso en Texas, pudimos ser testigos de la mayor evacuación de la historia de los Estados Unidos cuando el huracán Rita amenazó a Galveston y a Houston. Vimos a unos alcaldes y a un gobernador que nos enseZaron como se desempeZan esos puestos en ciudades y estados del Pimer Mundo. Cuando se produjeron casos aislados de intentos de saqueo estos fueron frenados de inmediato y los responsables fueron a parar a la cárcel. Pudimos comparar la reacción de dos grupos completamente distintos. En Nueva Orleans, un grupo convertido en sub-humanos gracias a la droga del welfare suministrada por los estúpidos liberales; en Texas, otro grupo compuesto por un verdadero arcoiris étnico (blancos, hispanos, negros y vietnamitas) educados en la idea del trabajo y no del welfare, que supieron responder a la amenaza de Rita.

No quisiera que esos estúpidos liberales se sientan ofendidos por haber bautizado al Tirano Castro Ruz como Comandante Letrina por lo que les pido que vean que es lo que rodea al Comandante: De la letrina han salido ejemplares como el chimpanzé Chávez, el Ricardo Alarcón (quien huele a lo que es), Jesse Jackson, Oliver Stone y el grupito de generales (recuerdan ¿Armas para qué) que mantienen en el poder al Tirano más duradero en la historia de nuestro continente.

Y al Comandante Letrina sólo le pido que se mire en un espejo para que pueda ver la cara de un anciano cagalistroso en la que se refleja el miedo de ver a un pueblo recobrar su dignidad y colgarlo del árbol más cercano.

28 de Septiembre del año 2005
Carlos J. Bringuier


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