Dañar al tirano donde le duele
Por Carlos Bringuier
En el momento que escribo la presente ignoro el desenlace del
incidente ocasionado por el rescate del niño Elián González, pero lo que
parece increíble es que después de 41 años de tiranía fidelista todavía
el exilio se deje maniobrar por el capitán general que hoy avasalla a
Cuba como en el siglo XIX lo hiciera el tristemente recordado Valeriano
Weyler.
La batalla que tiene que dar el exilio es la de lograr dañar al
Tirano en lo que le duele. Ya sea su flota mercante, ya sean sus
hoteles de lujo, la zafra azucarera, los viajecitos s Cuba de supuestos
"exiliados" o el envío de dinero que sirve para angrosar los fondos del
nuevo Weyler.
Si los castrados de Cuba que marchan por las calles. como los
"voluntarios" del siglo XIX, injuriando a todos los que no aceptan ser
lacayos, quieren ser cómplices en el genocidio que se ha cometido con el
pueblo cubano, pues que lo sean hasta que la antorcha encendida de un
nuevo Máximo Gómez les aplique el castigo por traición a la Patria.
Si los castrados del exilio, que muchas veces fueron traidores
también allá, ahora quiere viajar todos los años a Cuba para llevarle sus
diezmos al Tirano, que lo hagan sabiendo los riesgos que pueden correr.
Las guerras no se pelean en el terreno escogido por el enemigo,
estamos en el año 2000 y es hora ya que se implementen en este país
leyes que exijan que cualquier persona nacida en Cuba y que hubiera
llegado a los Estados Unidos como "exiliado político" (para ellos se
supone que es la Ley de Ajuste Cubano) y regrese a Cuba mientras la
Tiranía se mantenga en el poder, que entonces ese cubano tenga que
gestionar desde Cuba su aplicación a la Lotería de Visas.
No hacer esto es una burla a las leyes de este país, una traición a
Cuba y al millón de cubanos que han muerto fuera de Cuba en estos 41
años.
FIN
Terrytown, Louisiana
Carta al Director del Diario Las Américas
26 de enero del año 2000
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