Cuba, Rusia y la Deuda Externa: Una Historia Surrealista

Por: Alberto Luzárraga


El tema que vamos a tocar debiera ser asunto para banqueros o economistas. Pero entonces no sería surrealista sino sólo aburrido. Y lo digo con la experiencia de muchos años como banquero internacional que ha visto de todo.

El gobierno de Cuba, precisamente ése que cacarea a toda voz los "logros de la revolución", debe nada menos que la friolera de 31 billones de dólares. Sí, dije billones y no millones. Se trata de 31,000 millones de "los verdes", de los cuales debe 11 mil al mundo occidental y capitalista y 20 mil a la antigua Unión Soviética.

Esto convierte a Cuba en el país con la mayor deuda per cápita del mundo. Casi dos veces su producto bruto y aproximadamente 2800 dólares por persona. Dado que el salario promedio en Cuba es 200 pesos o aproximadamente $10.00 dólares por mes, cada uno de los once millones de cubanos debe 23.33 años de sueldo ¿Qué les parece? Los "defensores del pueblo" lo cargan con una deuda monstruosa de pago imposible. Si los cubanos de a pie y no de la clase gubernamental y privilegiada fueran a pagar sería necesario que aprendiesen a vivir del aire.

¿Y adónde fue el dinero? Porque infraestructura que resuelva problemas al pueblo no la hay. Los acueductos en ruinas, las calles llenas de baches (sólo reparan las que frecuentan los turistas), un transporte público tan infame que casi es instrumento de tortura, la electricidad racionada, una vivienda popular digna, inexistente o en ruinas.

¿Bueno, preguntarán algunos pero no es cierto que la educación y la salud andan muy bien. ? Si usted es extranjero y tiene dólares la salud anda muy bien. Lo van a atender en hospitales especiales. Pero si es cubano ahí no puede usted acceder ni aunque tenga un pariente en el extranjero que le mande con que pagar porque no se pueden ocupar camas que son necesarias para los clientes fijos. Y la educación por el estilo. Aulas decrépitas y adoctrinamiento como asignatura esencial y primaria.

La respuesta a la pregunta del uso del dinero es obvia. Se gastó en aventuras militares y en subsidios a todo bicho viviente que quiere visitar a Cuba. Porque en eso de organizar conferencias e invitar gente con gastos pagos, en eso si son campeones los castristas. Todavía recuerdo una comparecencia en una universidad muy conocida donde me explicaban los estudiantes como fueron invitados y agasajados en Cuba. Y se trató de sólo un incidente entre miles.

Y ni hablar del turismo barato que promueve el gobierno. Si amigo, ese viajecito a precios de ganga a un paraíso tropical lo paga el pueblo de Cuba con sueldos de miseria y más deuda porque el "negocio" después de ser promovido a precios ridículos no le deja mucho al país. Y como va a dejarle nada, después de pasar por las uñas de los socios extranjeros tan rapaces como el gobierno cubano su "socio" en la explotación. Sume usted a esto lo que se queda fuera por concepto de importaciones de insumos de calidad internacional que no se consiguen en Cuba, (suministrados claro está por los "socios" extranjeros) y ya tiene usted la receta para un negocio en que ganan sólo el gobierno y los explotadores. Y el pueblo cubano mientras tanto sufre, paga y se endeuda, con el agravante de no poder ni siquiera asomarse a los hoteles pues existe un apartheid turístico.

Y luego, hay otros usos naturalmente.

Subsidiar al aparato represivo que no produce nada, y premiar a los mandones del régimen que son otro género de sabandijas que chupan la sangre del pueblo.

Hay que tener cara dura para deber y malgastar esta cantidad de dinero y hablar de "bloqueo imperialista". Y hay que ser tonto para creérselo, porque además de lo prestado han malgastado una suma igual o mayor que le han donado los ingenuos y compañeros de viaje.

Dentro de todo este lienzo surrealista existe una especie de justicia poética en el caso de Rusia y Cuba. Rusia debe 48 billones de dólares al mundo occidental y anunció recientemente que no va a hacer frente a algunos vencimientos, al mismo tiempo que exige una rebaja de su deuda a pesar de su riqueza petrolífera y pretensiones de gran potencia.

Lo cual no es óbice para que Putin se presente en Cuba y pretenda cobrar. Aparentemente consciente de que no hay forma de cobrar ofreció un "descuento" del 70%, a lo cual los castristas respondieron que prefieren les perdonen el 100% por concepto de ¡escuchen esto! indemnización. ¿Y por qué indemnizar? Hombre (esto es en serio, les dije que era surrealista), pues por haber liquidado a la Unión Soviética a destiempo y sin avisar. Eso nos ocasionó trastornos y hay que pagarlo. Imagínense lo que hubiéramos hecho con la energía si no hubiéramos encontrado a Chávez y su suministro de petróleo a pagar en 15 años al 2% de interés. Estaríamos de vuelta a las velas. ¿Qué, acaso se creen que encontrar a un "Paganini" es tan fácil?

En fin todo se arregló en familia. Putin visitó la base de escucha de Lourdes que le sirve para espiar las comunicaciones en Estados Unidos, (aunque le cuesta mas de 50 millones al año es buena inversión) y habló de invertir 300 millones en la minas de níquel de cubanas pues necesita mineral para sus refinerías. Al fin de cuentas, inventarán algo para lucrar a nivel de "responsables" mientras anuncian una "condonación solidaria" pues así se llama en lenguaje marxsistoide aquello de "apúntamelo en el hielo" y en Cuba no hay hielos permanentes.

¿Y qué pasa con el mundo occidental y su deuda? Pues no mucho. Cuba lleva casi dos décadas hablando con el Club de París (una organización que se ocupa de los gobiernos que no pagan) y ocasionalmente anuncia acuerdos que luego no cumple. Recientemente dejó de adherirse a la Convención de Cotonou (que es un proyecto Europeo para rebajar dos tercios de las deudas de sus ex-colonias) porque se exigían requisitos que eran "intervencionistas". Claro, se exigía mejoría en los derechos humanos y la única excusa era desenterrar otro lema polvoriento y gastado. Para el régimen, proteger a sus cancerberos es más importante que librar a Cuba de dos tercios de sus deuda.

En resumen la deuda de Cuba es impagable y monstruosa. Ningún gobierno futuro en Cuba libre va a poner a trabajar a los cubanos para solventar las estupideces de la Unión Soviética y de los países occidentales. Los soviéticos ya tuvieron pago en sangre cubana. Mucha se ha derramado en Angola y en otras aventuras militares. De modo, que olvídense, y no por solidaridad socialista, ni por condonación, ni ninguna de esas paparruchas. Simplemente porque la deuda es nula como contraída en fin, por un gobierno que no representa al pueblo sino sólo a una camarilla sin principios.

En cuanto a los países occidentales y capitalistas, bien de sobra saben que durante la guerra fría, financiaban a una avanzada enemiga del mundo occidental y a una dictadura no representativa, con los riesgos obvios que ello implica. Y saben también que lo hacían por debilidad ante sus izquierdas que exigían parte del presupuesto de financiación. Y además, por debilidad ante sus negociantes rapaces que en cínico contubernio con las izquierdas vendían y cobraban de sus respectivos gobiernos a través de una financiación pública.

Y esa debilidad no se la van a cobrar al pueblo de Cuba en el futuro aunque no dudamos que intenten hacerlo. Toda la timidez que desplegaron ante el marxismo se va a convertir en exigencias y admoniciones de que si Cuba no arregla se va a perjudicar el comercio y la inversión. Conocemos de sobra la letanía pero caerá en oídos sordos y conocedores de la realidad. No amigos, la Cuba futura va a tener que trabajar muy duro para remediar los desastres de cuarenta años de socialismo, y los cubanos del exilio van a tener que dedicar sus capitales y esfuerzo a ese empeño y los de Cuba su trabajo, que debe de ser remunerado justamente.

Sería absurdo rebajarle el sueldo futuro a los cubanos para pagar las deudas de Castro. Ya han sufrido bastante con el sistema de contratación impuesto por el gobierno, mediante el cual cobran salarios en dólares a los empleadores extranjeros, y pagan salarios miserables en pesos a los trabajadores cubanos que suministran como mano de obra barata. De este abuso son cómplices los gobiernos acreedores que también saben de sobra que se violan todas la convenciones internacionales del trabajo con ese inicuo sistema del cual disfrutan los inversionistas de sus países.

Por ello, pueden estar seguros, señores acreedores, que si Castro encontró a un Chávez que fungiese de "Paganini" (cubanismo que denota al que paga todas las cuentas) al exilio cubano no le funciona el oído para esa música y de que al sufrido y explotado pueblo cubano ni siquiera se le va poder hablar de "tocar" en esa orquesta.


FIN



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