ESPAÑA Y CUBAEl Miami Herald de Febrero 9 contiene la siguiente noticia de la Agencia EFE que reproducimos en las partes pertinentes: "El jefe del Ejecutivo español, José María Aznar, y el vicepresidente cubano, Carlos Lage, coincidieron en la necesidad de impulsar las relaciones de España con América Latina y abordaron el viaje de los Reyes de España a Cuba, sobre cuya fecha concreta continúan las consultas entre ambos Gobiernos. El vicepresidente cubano se felicitó de la `"evolución espectacular'" del comercio español con Cuba, donde España se consolidó en 1998 como primer inversor extranjero. Aznar y Lage también coincidieron en resaltar la importancia de las Cumbres Iberoamericanas y, al respecto, el vicepresidente cubano reiteró al jefe del Gobierno el pleno respaldo de su país a la creación de secretaría permanente de cooperación iberoamericana, cuyo funcionamiento y estructura será aprobado en la próxima reunión, convocada en La Habana. En los últimos cuatro años, el comercio entre ambas naciones se ha triplicado y, en 1998, España se ha alzado como el país extranjero que ha abierto en el mercado cubano un mayor número de sucursales de empresas, unas 150. Asimismo, el Gobierno español ha ofrecido a Cuba abrir nuevas líneas de crédito si La Habana garantiza el cumplimiento de la renegociación de su deuda con España, que asciende a unos 1,000 millones de dólares." Hay varias cosas importantes a resaltar. Cuba naturalmente respalda la cumbre (para mí el sótano iberoamericano) invento español que pretende imitar las reuniones del "commomwealth" inglés pero que nació tarado de tiranía al incluir a Castro. Se regodea también Lage sobre el crecimiento "espectacular" de la inversión española en Cuba. Y se habla en fin de la renegociación de la deuda, tema sobre el que he escrito antes. Está claro que se continúa intentando un arreglo potencialmente sucio pues como he explicado en otras ocasiones, técnicamente esto se presta a todo. Lo he visto de sobra en mi experiencia en Sur América. El esquema probable sería la venta por el gobierno de España de papeles de deuda cubana a los inversionistas a precios descontados y rescate de esos papeles con el gobierno cubano por propiedades. Si se hiciera con transparencia podría ser una forma de arreglar algunas cosas pero con un régimen dictatorial esto no funciona. Sólo es fuente de peculado. En Sur América se hizo algo similar bajo el esquema de conversión de deuda en capital pero antes se negoció un descuento sustancial de la deuda y se emitieron nuevos documentos de deuda que reflejaban el valor descontado pues existía un mercado de compra y venta internacional para esos papeles. Aún así, hubo abusos en los valores fijados a las propiedades canjeadas y eso que estaban involucrados el Fondo Monetario, la Tesorería de Estados Unidos y un comité de bancos extranjeros que fiscalizaba el proceso. Imaginen lo que se hará en Cuba a puertas cerradas y entre "socios." Una de las razones de que en tiempos coloniales España se negaba a todo arreglo aún con los que pretendían cambios pacíficos eran las vastas inversiones de la corona española en la Isla, que controlaba entre otras cosas la compañía de gas de la Habana. Era pues muy caro el aflojar la tiranía. Ahora va a pasar igual. Resultará caro favorecer la libertad. Los inversionistas españoles hace rato que entraron en el "sociolismo." Muchos cubanos que somos descendientes de españoles vemos con ira este asunto. Además de los del parentesco sigo manteniendo vínculos de amistad con muchas personas en España. La visito a menudo, pero debo decir algo: Una cosa es los vínculos personales culturales e históricos y otra los de estado. Dijo Churchill que los estados no tienen amigos sino intereses. Los políticos españoles actúan presuntamente en interés de España. Y digo presuntamente, porque muchos en españoles no concuerdan con esa actuación que reputan miope y contraproducente. Lo cierto es que hoy como estado, España actúa contra nuestros intereses y no se debe olvidar esto el día de mañana. Los argumentos aducidos para los contactos y visitas es que así se va modulando la transición. Francamente como cortina de humo para disimular las apetencias comerciales no es de las mejores. Pensar que somos tan simples que con un preso que de vez en cuando les suelte Castro (de su inventario renovable) nos van a contentar es tenernos por idiotas terminales y no lo somos. Con o sin sentimentalismos deberemos imitar a Martí en sus palabras del Manifiesto de Montecristi porque los cubanos castristas de hoy hacen lo que denunció Martí en el 95. "¡Apenas podría creerse que con semejantes mártires, y de tal porvenir, hubiera cubanos que atasen a Cuba a la monarquía podrida y aldeana de España. y a su miseria inerte y viciosa! " Bolívar por razones que no es del caso examinar ahora decretó una guerra sin cuartel a los españoles. Martí por el contrario predicó una guerra noble y sus palabras lo reflejan. "La guerra no es contra el español, que, en el seguro de sus hijos y en el acatamiento de la patria que se ganen podrá gozar respetado, y aun amado, de la libertad, que sólo arrollará a los que le salgan, imprevisores, al camino ...... y su terminante voluntad de respetar, y hacer que se respete al español neutral y honrado, en la guerra, después de ella, y de ser piadosa en el arrepentimiento e inflexible sólo con el vicio, el crimen y la inhumanidad. En los habitantes españoles de Cuba, en vez de la deshonrosa ira de la primera guerra, espera hallar la revolución, que ni lisonjea ni teme, tan afectuosa neutralidad o tan veraz ayuda, que por ellas vendrá a ser la guerra más breve, sus desastres menores, y más fácil y amiga la paz en que han de vivir juntos padres e hijos. Los cubanos empezamos la guerra, y los cubanos y los españoles la terminaremos. No nos maltraten, y no se les maltratará. Respeten, y se les respetará. Al acero responda el acero, y la amistad a la amistad. En el pecho antillano no hay odio; y el cubano saluda en la muerte al español a quien la crueldad del ejercicio forzoso arrancó de su casa y su terruño para venir a asesinar en pechos de hombres la libertad que él mismo ansía. Más que saludarlo en la muerte, quisiera la revolución acogerlo en vida; y la república será tranquilo hogar para cuantos españoles de trabajo y honor gocen en ella de la libertad y bienes que han de hallar aún por largo tiempo en la lentitud, desidia y vicios políticos de la tierra propia. Este es el corazón de Cuba, y así será la guerra. ¿Ni con que derecho nos odiarán los españoles, si los cubanos no los odiamos? " La doctrina de Martí no fue una simple cita para la historia. Fue mucho más. Los cubanos imitando la generosidad del Maestro acogieron a sus antiguos enemigos no por miles sino por cientos de miles en los años primeros de la república que vio una inmigración masiva de españoles a Cuba. Casi un millón en 30 años. Duele que tanta nobleza sea tan mal correspondida. Martí hijo de españoles nos decía con sentimiento que aspiraba a que "el hijo no vea entre el beso de sus labios y la mano de sus padres la sombra aborrecida del opresor." Pues bien, sepan los señores políticos españoles que con su contubernio castrista esto precisamente es lo que ven los cubanos de hoy y más los de allá que los de aquí, que al fin y al cabo estamos a cubierta de la explotación. La generosidad y la amistad en lo personal no va a obviar la justicia con los que abusaron y abusan. Siempre serán bien acogidos en Cuba los españoles honrados que vengan a trabajar o invertir respetando la justicia y la ley internacional que hoy se vulnera escandalosamente mediante esquemas de remuneración que son patentemente abusivos. No así los aprovechados de ahora. Los tiempos son diferentes. Hay demasiado talento en la Cuba esclava y en el exilio para pensar que la rapiña va a ser condonada por un pueblo digno. Armen todos los esquemas de protección que deseen. Nos sobra talento para desarmarlos y no va a ser difícil hacerlo con todas las de la ley, sin confiscar ni abusar. Pero sí que va a ser difícil que esta vez nos duerman con historias sobre la Madre Patria que en su actuación como estado, más bien parece madrastra codiciosa y cruel. FIN Alberto Luzárraga
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