PRIMERA PARTE: EL PADRE VARELA PASTOR DE ALMAS Y DEFENSOR DE LA VERDAD

Por: Alberto Luzárraga


Introducción.

Saludos, queridos lectores de Guaracabuya. Hoy vamos a comenzar una serie dividida en tres partes sobre la vida del sacerdote Félix Varela. El padre Varela, es uno de los pocos hispanoamericanos honrados con un sello de correos por el servicio postal de los Estados Unidos, estampilla que fué emitida el año pasado.

¿Quién fué Varela? Demos una respuesta preliminar: sacerdote, filósofo, científico, orador, diputado a las Cortes Españolas (representando a Cuba) profesor, inventor, párroco, fundador de nuevas iglesias, fundador de escuelas, Vicario General de una gran diócesis (NewYork) y sobre todo cura de almas dotado de una inextinguible caridad y entrañable afecto por sus semejantes, sobre todo los más desamparados. Una vida tan variada no podía pasar desapercibida para el poder secular y mucho menos para la Iglesia. La causa de beatificación del Padre Varela adelanta en Roma y según comentó el Santo Padre recientemente, a él le complacería un resultado favorable.

Ponderemos las recientes palabras del Santo Padre sobre nuestro biografiado, durante una alocución en el Aula Magna de la Universidad de La Habana con motivo de su reciente viaje a Cuba.

Es para mí un gozo encontrarme con ustedes en este venerable recinto de la Universidad de La Habana. En ella se conservan los restos del gran sacerdote y patriota, el Siervo de Dios Padre Félix Varela, ante los cuales he rezado.

En esta Universidad se conservan los restos del Padre Varela como uno de sus tesoros más preciosos. Por doquier, en Cuba, se ven también los monumentos que la veneración de los cubanos ha levantado a José Martí. Y estoy convencido de que este pueblo ha heredado las virtudes humanas, de matriz cristiana, de ambos hombres, pues todos los cubanos participan solidariamente de su impronta cultural.

Durante el transcurso de esta serie iremos desenvolviendo la vida del Padre Varela que constituye no sólo un ejemplo de virtud heroica si no además una vida llena de enseñanzas prácticas para el mundo en que hoy vivimos. Varela en el más amplio sentido vivió en el mundo y fuera de él. Entendió a los hombres, sus aspiraciones, los problemas de la política, las ansias de libertad de su pueblo las angustias de los marginados. y conjugó todo esto con una fidelidad absoluta a la doctrina de la Iglesia acompañada de estricta obediencia a sus superiores. Probó que se puede entender al mundo y preocuparse de él y de la patria sin dejarse seducir por las corrientes y los errores que arrastran a los más.

Su labor la resumió el Santo Padre con estas palabras:

Hijo preclaro de esta tierra es el Padre Félix Varela y Morales, considerado por muchos como piedra fundacional de la nacionalidad cubana. El mismo es, en su persona, la mejor síntesis que podemos encontrar entre fe cristiana y cultura cubana. Sacerdote habanero ejemplar y patriota indiscutible, fue un pensador insigne que renovó en la Cuba del siglo XIX los métodos pedagógicos y los contenidos de la enseñanza filosófica, jurídica, científica y teológica. Maestro de generaciones de cubanos, enseñó que para asumir responsablemente la existencia lo primero que se debe aprender es el difícil arte de pensar correctamente y con cabeza propia.

Por ello es que su vida constituye una enseñanza tan práctica como vigente.

Comencemos nuestro relato con los datos biográficos más simples, es decir su familia y origen.


Datos Personales. Infancia

Su padre fué Don Francisco Varela soldado español destinado a servir en la Isla de Cuba. Allí casó con María Josefa Morales, en 1783 fecha en la que ostentaba el grado de teniente. Doña María Josefa era hija del teniente coronel del regimiento de la Habana don Bartolomé Morales. De modo que a nuestro héroe le vienen los antecedentes militares por ambos progenitores. Y esto va a marcar su vida en cierta forma.

De este matrimonio nacen dos hijas María de Jesús y Cristina que anteceden a Félix. Félix pierde su madre a temprana edad y su padre contrae segundas nupcias incorporándose un nuevo hermano, Manuel a la familia. Su madre doña María Josefa Morales tenía a su vez dos hermanas, Rita y María Morales. La última fué monja carmelita y su tía Rita fué madrina de bautizo. Fueron para él madres sustitutas en particular la tía Rita.

Acaeció que el abuelo Bartolomé fué ascendido a Coronel y asignado a la Florida Oriental. La Florida española recién recuperada de Inglaterra comprendía entonces parte de lo que hoy es el estado de Alabama que era la Florida Occidental. Don Bartolomé fué destinado a San Agustín, cabecera del viejo asentamiento español tanto así que su fuerte constituye la construcción militar más vieja de Norteamérica.

Era un destino importante. La Habana había sido tomada por los Ingleses en 1762 después de un asedio de casi dos meses por una expedición militar muy notable para aquéllos tiempos (más de 30 mil hombres entre marinos y tropas de tierra) y fué cambiada a los ingleses por la Florida una vez que se firmaron las paces.

Sin embargo el desquite vino pronto. La guerra de Independencia Norteamericana que estalló en 1776 dió oportunidad a España de participar apoyando a los rebeldes contras su enemigo secular y las milicias y tropa de La Habana atacaron por el Sur tomando Pensacola y complicándole la vida al General en Jefe de las tropas inglesas en esa región. Resultado: Al fin de la guerra norteamericana se recuperó la Florida que pasó a depender como siempre de la Capitanía General de la Habana. De modo que Don Bartolomé estaba encargado de conservar lo que una vez se perdió.

Era el año de 1791. Don Bartolomé se hace acompañar del huérfano de unos cuatro años de edad y de su hija Rita. Allí a la sombra del vetusto fuerte de San Marcos crece Félix y aprende latín y música de labios de don Michel O'Reilly sacerdote español de ascendencia irlandesa. Dada la obra posterior de Varela con los inmigrantes irlandeses en Estados Unidos tal parecería que la Providencia le tenía destinado aprender de un preceptor irlandés para después pagar con creces lo aprendido pues el Padre Varela fué el protector y campeón de esta nacionalidad durante su vicaría en New York.

Félix siente desde niño atracción por la vida religiosa. Pero Don Bartolomé piensa diferente. ----Militares somos los de la familia Varela dice para sí el abuelo--- Félix Pudiera aspirar a hacer carrera en la milicia si ingresase como cadete.---- Pero Félix quiere ir al seminario de San Carlos en La Habana.

A los catorce años dice: " Yo, quiero ser soldado de Jesucristo, porque mi designio no es matar hombres sino salvar almas."

Obtenido el consentimiento de Don Bartolomé Félix parte para la Habana y deja en San Agustín los restos de Doña Rita su segunda madre. No presentía Félix que los azares de la vida lo llevarían a morir y reposar en la misma ciudad.


Juventud.

Es interesante y necesario repasar el momento histórico en que Varela llegó a Cuba. En 1801 reinaba en España el malhadado Carlos IV que al tolerar la incursión Napoleónica en España, habría de comenzar el proceso que condujo a la pérdida del imperio español en América. Sucedía Carlos a su padre Carlos III figura clásica del despotismo ilustrado que había liberalizado un tanto las condiciones de las colonias.

En el caso de Cuba todo ello coincidió con un período de extraordinario desarrollo de la economía cubana. Era la época del auge de las economías de plantaciones cuando el azúcar era un producto
de lujo que alcanzaba precios extraordinarios, tales como 25 centavos de dólar por libra; de aquéllos dólares; más del doble que hoy en día en números absolutos, y tal vez 10 veces más en números relativos ajustados por inflación.

Había un gran fermento educativo en Cuba. Bajo la dirección del padre José Agustín Caballero el seminario pretendía apartarse del viejo método escolástico de educación. Se reprochaba a la Universidad de la Habana, creada hacía 50 años, que continuase aferrada a los cánones aristotélicos.

En el medio de este fermento hace su aparición en la Habana en 1802 un nuevo Obispo, Don Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa, más conocido como el Obispo Espada. Espada fué tal vez el hombre que más influyó en la vida de Varela pues lo impulsó a tomar decisiones que fueron cruciales y marcaron el sesgo de muchos acontecimientos que llevaron a Varela por derroteros insospechados para el entonces seminarista.

El Obispo Espada era un clérigo muy especial. Dotado de una preclara inteligencia unida a una energía poco común emprendió una vasta labor de reforma de la Iglesia y de las instituciones sociales prestando su apoyo a los hombres más honrados y brillantes que se preocupaban por el bien común. No es el momento de reseñar su obra, baste decir que abarcó mucho desde el campo de la cultura, la educación y el saneamiento y moralización de la diócesis, hasta el de las obras públicas incluyendo la construcción del primer cementerio de alto rango unida a la prohibición de enterrar en las Iglesias, piadosa costumbre mal avenida con un clima tropical.

Espada era un hombre inquieto y preocupado de formar hombres. Con frecuencia irrumpía en el seminario para constatar personalmente como iban los alumnos y quienes eran los más aprovechados. Entre éstos descollaba sin duda el joven Félix.

Félix se gradúa de Bachiller en Artes en 1806 y enseguida escribe al Obispo Espada solicitándole la tonsura, el poder vestir hábitos y su adscripción al servicio de una Iglesia. Repite de nuevo en otra forma lo dicho hace años "desde mis primeros años he tenido los deseos más ardientes de ser útil a la Iglesia." Varela sintió su vocación desde niño y ardía en deseos de consumarla. El "soldado de Cristo" quería ingresar a filas con la mayor premura.

Sus conocimientos de Latín le valen ejercer como preceptor de latinidad en el seminario, mientras estudia teología en la Universidad y el Colegio. Se gradúa de bachiller en teología en 1808 y apuntando de inmediato a sus aspiraciones en el profesorado solicita al Obispo le permita acceder a las oposiciones para una cátedra vacante en el seminario; petición que hacía según él no porque aspirase a ganar la oposición sino sólo con el objeto de obtener méritos para sus aspiraciones docentes.

Con energía y perseverancia típicas, se comunica seguidamente con el Obispo diciéndole que se estima listo para recibir las cuatro órdenes menores y el subdiaconado. Espada impresionado con el celo de Varela le complace una vez más. Várela se dedica entonces en las palabras de uno de sus contemporáneos a "estar sobre los libros" El 22 de Diciembre de 1810 recibe el diaconado y ya sólo le queda un paso para ser ordenado presbítero, es decir sacerdote.

Pero su precocidad y talento le han creado un obstáculo. No contaba con la edad legal (24 años) para ser ordenado. Esto le inquieta. Quería ser sacerdote en vida de Don Bartolomé el bueno y recto abuelo que lo había criado. Escribe al Obispo Espada: "dígnese admitirme al sacerdocio en consideración a mi abuelo que próximo al sepulcro por su avanzada edad, graves y notorios males, espera de Vuestra Señoría Ilustrísima ver conseguido el fruto de sus desvelos en la educación y carrera del que expone."

Realmente es emocionante el cariño de Varela por su abuelo y su deseo de que viera la obra que él había--- seguramente con una pesada carga emotiva---propiciado al darle su licencia y apoyo para ser sacerdote. El viejo Don Bartolomé sin duda lo veía como un hijo-nieto y esos se incrustan muy de lleno en el corazón de los abuelos.

Accede el Obispo y el 21 de Diciembre de 1811, celebra su primera misa en la Iglesia anexa al convento donde profesó su tía monja. Espada que sólo esperaba que Varela fuese sacerdote para nombrarlo profesor y aprovechar así su preclaro talento, no se hizo esperar y lo designó maestro de filosofía dándole la cátedra más importante del seminario al flamante presbítero. Así debutó Varela "oficialmente" en el magisterio. Varela Profesor del Seminario de San Carlos.
Debuta nuestro biografiado como profesor en un período en que existía una rivalidad notable entre el seminario y la Universidad. La Universidad contaba con un cuerpo docente de calidad mixta. Algunos profesores eran frailes dominicos que enseñaban latín filosofía y teología y otros eran seglares con títulos académicos de procedencia y solidez diversa. En todo caso el método escolástico imperaba y las clases se daban en latín. Una buena parte del programa de estudio se detenía en considerar proposiciones escolásticas cuya utilidad práctica era casi nula.

Paradójicamente el Seminario de San Carlos era el centro de estudios progresista mientras que la Universidad jugaba el papel contrario. El Obispo Espada era el primer propulsor de un enfoque amplio.

Aquí es bueno referirnos a las palabras del Santo Padre que tocó el punto durante su alocución en la Universidad de La Habana

Es de justicia recordar la influencia que el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, de La Habana, ha tenido en el desarrollo de la cultura nacional bajo el influjo de figuras como José Agustín Caballero, llamado por Martí "padre de los pobres y de nuestra filosofía", y el sacerdote Félix Varela, verdadero padre de la cultura cubana.
La superficialidad o el anticlericalismo de algunos sectores en aquella época no son genuinamente representativos de lo que ha sido la verdadera idiosincrasia de este pueblo, que en su historia ha visto la fe católica como fuente de los ricos valores de la cubanía que, junto a las expresiones típicas, canciones populares, controversias campesinas y refranero popular, tiene una honda matriz cristiana, lo cual es hoy una riqueza y una realidad constitutiva de la Nación.


Varela preparó su programa de estudio pero se sintió obligado a respetar el pasado e incluyó algunos temas de bizantinismo escolástico. Nos cuenta uno de sus biógrafos (Hernández Travieso)que respondió con llaneza a la pregunta de uno de sus alumnos. ¿Padre y para que sirve esto? A lo cual respondió Varela: eso no sirve para nada. Parecida observación hizo el Obispo, intimando que el nuevo profesor tenía aún "mucho que barrer."

Fué suficiente. El "elenco", como se llamaba entonces al programa de estudios lo encabezó con una máxima latina. "Feliz el que por las cosas puede conocer las causas." El título dió clara indicación de como pensaba el nuevo profesor y su aprecio por el método científico. desde ese momento comenzó a dar sus clases en español, abandonando el latín que era usual en la Universidad y el Seminario. Tal vez sólo él, que era el mejor latinista de La Habana podía darse el lujo de hacerlo sin ser destruido por las críticas.

Pero no se piense que Varela el latinista descuidó el latín. Frente a las críticas de que rebajaba el nivel del discurso, Varela daba las clases en latín un día a la semana. ¡ Pero, en que latín! Utilizaba el clásico de Virgilio y no el farragoso latín escolástico frecuentemente plagado de barbarismos. Cupo así al mejor de los latinistas de su entorno cambiar su uso, lo cual no deja de ser en cierta forma apropiado y respetuoso de la pureza de un idioma muerto que ciertamente no mejoraba con el uso docente al estilo escolástico.

Varela hablaba en sus clases y no leía. Esto que nos parece una simpleza hoy en día, no lo era tal en su época. La palabra lección viene de leer y es que lo usual era que los maestros leyesen y los alumnos se aburriesen. Varela comienza por explicar sus materias en pocas palabras y entonces vuelca los papeles. Aplicando el método Socrático, se torna alumno y pide que le enseñen lo que el explicó. Formula entonces, preguntas al "maestro" y se da por "enseñado" cuando la explicación resulta clara.


No vamos a entrar de lleno en una descripción de tipo filosófico del contenido de su enseñanza pues es un tema que no cabe en el objeto de estos programas. Baste decir que Varela siempre se dejó llevar por su buen sentido común.

Algunas citas bastan para calibrar su pensamiento:

Sólo se demuestra filósofo quien persigue única exclusivamente la verdad y la estrecha en sus brazos dondequiera que la encuentra sin preocuparse de los autores ni la doctrina y se inclina más a la razón que a la autoridad"

Creemos muchas cosas porque así se creen y se han creído por todos; y otras muchas las rechazamos porque tradicionalmente se vienen rechazando por la generalidad"

La credulidad es el patrimonio de los ignorantes.…..la experiencia y la razón son las únicas fuentes o reglas de los conocimientos"


Hemos sido en fin educados de tal modo que tenemos a gala impugnar y eliminar
fulminantemente todo lo que contradice nuestras opiniones. ! Cuántos males tienen aquí
su origen!"

Nos despojamos muy difícilmente de las ideas que nos infiltraron desde la infancia y en virtud de ellas llegamos a obrar por una especie de hábito.

Esta última convicción le conduce a dos preocupaciones que marcan su obra futura:

Una de ellas es la preparación de los alumnos. Se opone al uso de enseñar a los niños como si fueran irracionales incapaces de coordinar ideas. " el hombre usa de su razón desde que tiene facultades y necesidades.....hablemos el lenguaje de los niños y ellos entenderán"

No menos le preocupa la educación femenina descuidada entonces al extremo de limitarse con demasiada frecuencia a los rudimentos primarios. Con su habitual lucidez Varela nos dice: "el primer maestro del hombre es su madre y esto influye considerablemente en el resto de la educación"

Maestro en fin del sentido común resume su método de estudio así:

"Quien quiera aprovechar en el estudio, practique estas dos normas,

Despójese de toda clase de prejuicios y hágase la idea de que nada sabe;

No lea muchas cosas de una vez sino mucho de cada cosa"


No gustaba nuestro héroe de racionamientos rebuscados. Considera a Kant, Hegel y Espinoza como el triunvirato de la heterodoxia racional y a la filosofía alemana la reputa como torturadora de mentes y viciada de heterodoxo racionalismo. Varela era sobre todo un empirista. La filosofía de Newton le parece transida de excelencia " por ser toda ella simple, experimental y uniforme....las hipótesis asentadas en cálculos evidentísimos y en experimentos bien probados." Ni tardo ni perezoso, Varela muestra con hechos sus opiniones y organiza el primer laboratorio científico de calidad con que contó la Isla dentro del Seminario.

Siempre atento a dar todo de sí, Varela aprovechó su afición por la música y su capacidad como violinista para crear la primera Sociedad Filarmónica con que contó la isla y comenzó a dar clases de violín.

Siempre es interesante recurrir a testimonios de terceros desvinculados de la obra o la nacionalidad del biografiado. Una buena semblanza de Varela en su aspecto humano la proporciona un viajero inglés, Sir Henry Wilson. Era el año de 1822 y ya el Padre Varela constituía toda una escuela en Cuba.

Nos dice Wilson: "Por lo mucho que elogió mi joven amigo al catedrático, había picado de tal modo mi curiosidad que deseaba oírle y verle. Su aspecto me agradó infinito en su rostro estaban pintadas la virtud y la sabiduría. Logré oírle explicar el sistema de atracción según la doctrina del célebre Newton; de su boca salían la verdad y la experiencia.
Este hombre admirable recoge la amabilidad más dulce; si hubieras visto con que cariño fuí recibido cuando mi conductor me presentó a él, con que amabilidad respondió a las preguntas que le hice y después de haber conversado conmigo amigablemente concluyó regalándome un ejemplar de las Lecciones de Filosofía que ha escrito para sus discípulos, obra que aprecio y conservaré siempre tanto por tener una memoria apreciable de este hombre como porque en ella se hallan las verdades puras explicadas con concisión."

Sir Henry Wilson, aristócrata británico es sin duda un hombre culto. Por eso es pertinente su testimonio que revela al hombre privado y al profesor. Nos dice el viajero que el libro de Varela explica las verdades puras con concisión. Sir Henry captó admirablemente al hombre y al método y hubiera apreciado también la modestia de Varela que solía decir "un libro, es la obra de un hombre y ningún hombre dijo todo lo cierto ni es cierto todo lo que dijo"

No en balde uno de sus más destacados alumnos, José de la Luz y Caballero resumió su labor así: "mientras se piense en la Isla de Cuba, se pensará en quien nos enseñó, el primero, a pensar". Y no sólo a pensar por pensar sino que----- como nos recordó el Santo Padre Juan Pablo II durante su discurso en el Aula Magna de la Universidad de La Habana el 23 de Enero del año en curso-----a pensar correctamente y con cabeza propia.-----

Veamos las palabras del Santo Padre sobre la obra educativa de Varela, y como resalta el Santo Padre algunos de los puntos a los que Varela daba suma importancia


El fue el primero que habló de independencia en estas tierras. Habló también de democracia, considerándola como el proyecto político más armónico con la naturaleza humana, resaltando a la vez las exigencias que de ella se derivan.

Entre estas exigencias destacaba dos: que haya personas educadas para la libertad y la responsabilidad, con un proyecto ético forjado en su interior, que asuman lo mejor de la herencia de la civilización y los perennes valores trascendentes, para ser así capaces de emprender tareas decisivas al servicio de la comunidad.
y, en segundo lugar, que las relaciones humanas, así como el estilo de convivencia social, favorezcan los debidos espacios donde cada persona pueda, con el necesario respeto y solidaridad, desempeñar el papel histórico que le corresponde para dinamizar el Estado de Derecho, garantía esencial de toda convivencia humana que quiera considerarse democrática.

Pudiéramos preguntarnos si su afición a las doctrinas científicas afectó en algo su ortodoxia, pues las actitudes de descreimiento científico empezaron a ponerse muy de moda por aquélla época. La respuesta es: Absolutamente no Dentro de su empirismo, Varela continúa aferrado al sentido común y a la ortodoxia católica. " La razón humana está por debajo de la divina y angélica y sufre graves obcecaciones, a las que como creyentes hemos de buscar su explicación legítima en el pecado original, cuyos efectos nadie en absoluto podrá negar con argumentos eficaces..."

"La propia razón nos aconseja que obedezcamos a la autoridad divina en lo referente a la fe y costumbres
."

Sus comentarios sobre Sagrada Escritura son muy adelantados para la época:

"La Sagrada Escritura no fué dispuesta para los doctos en ciencias físicas sino para la información de los hombres piadosos....no hay un sólo argumento de ella derivada --con excepción de la verdad histórica --que pueda ser incompatible con los sistemas filosóficos.

"La verdad histórica choca con ciertas interpretaciones sobre el origen del mundo, el diluvio etc., porque los autores sagrados se acomodaron al lenguaje rudo del pueblo.
Nos explica el Padre Varela que apartarse de esa modalidad de estilo no constituye merma de fe sino "un empleo discreto de la razón pues reconocemos en dichos autores la prudencia y no la ignorancia como norma de sus escritos.

Situémonos ahora en el momento histórico en que Varela imparte sus clases. En 1812, las Cortes de Cádiz en representación de Fernando VII promulgan la constitución española. Se forman las Juntas en Sudamérica que originalmente gobernarían en representación del Rey contra la usurpación Napoleónica y acabarían constituyendo la base del movimiento independentista.

Estalla también la guerra de 1812 entre Inglaterra y los Estados Unidos. Cuba y La Habana en particular están en el centro de toda la vorágine. España utiliza la Isla como centro de concentración de tropas, contra los insurgentes Suramericanos. Inglaterra ahora aliada de España también utiliza sus colonias como bases para atacar a Estados Unidos. Los Estados Unidos repostan con ataques corsarios a la navegación Inglesa. Como todo país situado en una encrucijada estratégica Cuba intenta no dejarse arrastrar por los intereses particulares de los contendientes y por el contrario procura obtener ventajas de la situación, que en el caso cubano estarían representadas por mayores libertades comerciales y políticas.
.
Por ello, los criollos acogen con agrado la promulgación de la constitución española de 1812 que permite la organización de diputaciones provinciales y nuevos municipios con sus respectivos ayuntamientos. Rápidamente, se organizan 34.

Al tiempo que todo esto ocurre, Napoleón apremiado por demasiados enemigos decide liberar a Fernando VII, llamado "El Deseado" por el pueblo español. Tan pronto es restaurado en el trono "El Deseado" declara nula la Constitución y el principio de la soberanía popular como fuente del poder. Cuba en buena parte logra escaparse de la vuelta al absolutismo. Siguiendo la política de obtener concesiones, la colonia logra que el Rey apremiado por sus necesidades financieras acceda a declarar la libertad de comercio, la supresión del monopolio estatal del tabaco así como un programa de colonización blanca que respondía a los anhelos anti-esclavistas.

Pero el absolutismo es vulnerable. En 1820 Fernando no puede contener más la presión Constitucionalista y accede a la restauración de la Constitución de Cádiz. La Habana la acoge con gran júbilo popular. Se autoriza la divulgación de la Constitución y la creación de cátedras para explicar el Derecho Constitucional. Varela es el profesor pedido por todos. Se cumple sin embargo con la ley y se convoca a oposiciones que son un mero trámite. Varela es el ganador y en su curso inaugural figuran 193 matriculados.

Aquí la vida de Varela toma un nuevo giro. En forma insospechada para él su cargo acabará por conducirlo a las Cortes españolas como diputado por Cuba.

¿Pero, vale la pena inquirir, qué pensaba Varela de su flamante cátedra?

" Yo llamaría a esta cátedra, la cátedra de la libertad, de los derechos del hombre, de las garantías nacionales, de la regeneración..........la fuente de las virtudes cívicas" palabras que hoy en día 175 años después tienen plena actualidad.

El programa de estudios no dejaba nada que desear. Varela cubre un temario vasto que va desde la teoría del Estado hasta temas verdaderamente filosóficos como la naturaleza de la libertad individual y nacional, la distinción entre derechos, deberes y garantías constitucionales. Explica también la armonía que debe existir entre la fuerza o "imperium" que protege la ley y la aplica, y la fuerza moral que debe acompañarla, sin la cual la aplicación de la ley no está justificada.

De nuevo, citemos al profesor:

"Por la naturaleza todos los hombres tienen iguales derechos y libertad." Varela como filósofo católico basado en la ley natural puesta por Dios en el corazón del hombre deja bien claro que la libertad no se otorga por el gobernante como una concesión. Pertenece a la condición de ser persona.


¿Qué pensaba Varela el profesor de la forma de organizar el gobierno en la sociedad?

Nos explica que un gobierno que dirija a la sociedad es necesario, pero insiste en que el poder está limitado por naturaleza. Nos explica que la sociedad "jamás pretendió ser esclava de su gobierno,
ni renunciar a sus derechos de adelantamiento y perfección
".

El concepto es conciso y profundo. La sociedad para Varela es un cuerpo en desarrollo que crece y progresa. Por ello el gobierno jamás está facultado para impedir este desarrollo. Es más para Varela sin libertad no hay nación. De nuevo citémoslo:

" ¿Qué nación podrá merecer este nombre si no es libre? Cuando todas las cosas se hayan trastornado y los hombres por un cúmulo de relaciones el más embarazoso y inevitable hayan llegado a perder sus derechos imprescriptibles, sin poder reclamarlos sino a costa de su propia existencia; cuando un corto número, olvidando el origen de su poder, se haya hecho árbitro de la suerte de los demás, diremos que éste es un pueblo feliz o un conjunto de esclavos en que la desgracia ha fijado su mansión? "

Varela conoce la historia y sentencia: "los pueblos pierden su libertad o por la opresión de un tirano o por la malicia y ambición de algunos individuos que se valen del mismo pueblo para esclavizarlo, al paso que le proclaman su soberanía."

Recordemos nuevamente las palabras del Santo Padre


El fué el primero que habló de independencia en estas tierras. Habló también de democracia, considerándola como el proyecto político más armónico con la naturaleza humana, resaltando a la vez las exigencias que de ella se derivan.

Varela sobre el patriotismo

El Padre tenía un alto concepto de la nación y del patriotismo, que bien vale la pena recalcar en estos tiempos en que la mucha información no suple la falta de conceptos y definiciones sensatas.

¿ Qué es la patria para Varela?

"Llamamos Patria al lugar en que por primera vez aparecimos en el gran cuadro de los seres, donde recibimos las más gratas impresiones, que son las de la infancia por la novedad que tienen para nosotros todos los objetos y la serenidad con que los contemplamos cuando ningún pesar funesto agita nuestro espíritu."

Con su fino espíritu de observador Varela nos explica el por qué de las impresiones gratas de la infancia. Se deben a la novedad y la serenidad de la percepción que nunca vuelven a presentarse con la misma intensidad.

Estas circunstancias son las que nos crean "impresiones cuya memoria nos recrea, la multitud de objetos a que estamos unidos por vínculos sagrados de naturaleza, de gratitud y de amistad...."

Naturalmente al existir a Patria, existe también el patriotismo, que nuestro filósofo define como "el amor que tiene todo hombre al país en que ha nacido y el interés que toma por su prosperidad"

Un filósofo como Varela definió también las conductas que no son patrióticas. Conciso como siempre nos da el contrapunto de lo que no es un interés patriótico pues quienes lo fingen:

"hacen del patriotismo un instrumento aparente para obtener empleos y otras ventajas de la sociedad. Patriotas hay de nombre que no cesan de pedir la paga de su patriotismo, que le vociferan por todas partes y dejan de ser patriotas cuando dejan de ser pagados. Nadie opera sin interés, todo patriota quiere merecer de su patria, pero cuando el interés no se aviene al bien de la patria se convierte en depravación e infamia."

"El patriotismo es una virtud cívica, que a semejanza de las morales no suele tenerla el que dice que la tiene, y hay una hipocresía política mucho más baja que la religiosa. La juventud es muy fácil de alucinarse con estos cambia colores y de ser conducida a muchos desaciertos."

"Otro de los obstáculos que presenta al bien público el falso patriotismo consiste, en que muchas personas, las más ineptas y a veces las más inmorales se escudan en él disimulando el espíritu de especulación y el vano deseo de figurar. No puede haber un mal más grave en el cuerpo político y en nada debe ponerse mayor empeño que en conocer y despreciar estos especuladores
."

Es de notar que el habitualmente bondadoso y plácido Padre Varela emplea un lenguaje duro y se expresa sin rodeos cuando le toca desenmascarar a los que considera malefactores peligrosos. No otra cosa puede esperarse de un hombre tan recto. La hipocresía y la mentira lo acaloran.

En fin, nos previene contra el fanatismo. La persona ligada a un pueblo por sincero patriotismo, ama a los que aman a su pueblo y viceversa. Sin embargo, un desarreglo de este amor puede tener gravísimas consecuencias. "Hay un fanatismo político --nos dice-- que no es menos funesto que el religioso, y los hombres muchas veces con miras al parecer las más patrióticas, destruyen su Patria encendiendo en ella la discordia civil por aspirar a injustas prerrogativas."

Varela reflejaba los problemas de sus tiempos. Todos los tipos humanos que describía existían en aquélla época y puede decirse que en cualquiera pues el carácter humano no cambia.

No en balde sus alumnos comenzaron a llamarle Padre..... de la Patria. Varela era un cristiano comprometido con su Dios y lo servía creando buenos cristianos, plenos de sentimientos nobles y leales.


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