El 27 de Noviembre de 1871


Pocos hechos han repugnado tanto a la conciencia humana en todas las épocas como el inicuo crimen cometido por las autoridades coloniales de Cuba al fusilar despiadadamente a ocho estudiantes de la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana el 27 de noviembre de 1871.

Como no existe efecto sin causa, el clímax que trajo por consecuencia tan innoble acción fue el resultado de una serie de sucesos ambientales y la situación creada desde algunos años atrás debido a la efervescencia política vivida en aquellos aciagos días.

La crisis política de la Península, y el levantamiento en armas contra España al grito de Viva Cuba Libre! el 10 de octubre de 1868, trajo como consecuencia actos de violencia en la noche del 22 del mismo mes por parte de las fuerzas de voluntarios que se encontraban en la Isla, y cuyo estado fue agravándose mas y mas *hasta culminar en uno de los mas horrendos crímenes cometidos por dichos voluntarios durante los diez años de duración de la guerra que se inició con la proclamación de la Independencia, en La Demajagua.

Expulsado el General Dulce del cargo de Gobernador de la Isla por una Conjura militar, después de una campaña de difamación contra el mismo en la que se le tituló traidor a la causa de España, fue designado Gobernador de la Isla el teniente general Don Antonio Cabellero de Rodas, siendo recibido por el elemento extremista español con muestras de regocijo por esperar del mismo una acción drástica, contra los que abrigaban ideas de libertad en Cuba.

Todos estos sucesos informados Al Gobierno de Washington por el cónsul de dicho país en Cuba, Mr. Edward Lee Plumb. indujeron a dicho gobierno a iniciar gestiones con el general Prim, Jefe del Gobierno Español con el fin de lograr entablar negociaciones para lograr la autonomía y aún la Independencia de la Isla, siendo las mismas acogidas de manera propicia, llegando Prim hasta emitir una nota Oficial en la que se enumeraban las condiciones para la total emancipación de la Isla.

Aunque dichas negociaciones eran de carácter secreto, la noticia hubo de figrarse al público, y fue ardiente tema de los periódicos patrioteros de Cuba y España. los cuales censuraron con repetida violencia esta pretendida enajenación de Cuba, trayendo esto como consecuencia que se rompieran las negociaciones entre los dos Gobiernos a dicho fin.

Hay que situarse en aquella época para que conociendo la política, de España se comprenda la preponderancia que disfrutaban los Cuerpos de Voluntarios como factor de fuerza en la Isla. Reclutados de entre la clase trabajadora, elementos del comercio, dependientes, etc., por regla general formaban una fuerza dentro de otra fuerza, y sólo pretendían obedecer a sus jefes salidos de la misma fuente que ellos, y carentes de los más rudimentarios conocimientos de táctica militar, lo que trajo consigo numerosas complicaciones, amén de la indisciplina y turbulencia en casi todos sus actos.

Estos perpetuos revoltosos, reanudaron su costumbre de amotinarse e indisciplinarse contra las autoridades. Envalentonados con su poder y con la inmunidad que disfrutaban, se propasaron al extremo de apresar a pacíficos ciudadanos por el sólo hecho de no haberles saludado o haber alzado la voz a su paso, encontrándose impotentes los militares ante esa anárquica fuerza que constituían los únicos defensores y guardadores de la capital de la Isla.

Existía por aquellos días en La Habana un periódico de polémica patriotera a favor de España titulado "La Voz de Cuba" y dirigido por Gonzalo Castañón, periodista y exaltado defensor de los intereses del Gobierno colonial, en el que aparecían a diario artículos contra los titulados laborantes, es decir contra los cubanos con ansias de libertad, el cual aprovechando la oportunidad de un escrito aparecido el 21 de enero de 1870 en el periódico "El Republicano", el cual se publicaba en Cayo Hueso por elementos revolucionarios, lanzó su cartel de desafío al Director de dicho periódico José María Reyes, habiendo sido el mismo aceptado por éste. Desembarcó Castañon en Cayo Hueso el 29 de enero, con el referido fin, pero a pesar de haber sido zanjado el incidente dicese que honrosamente para los dos, intervino en el problema otro patriota cubano llamado Mateo Orozco quien reclamó el derecho de batirse él en sustitución del director de "El Republicano", y conociendo que la tarde del 31 del mismo mes se embarcaría Castañon de nuevo para Cuba se presentó en el alojamiento del mismo tratando de forzarlo a un duelo, y habiéndose negado Castañón a hacerlo, bien Orozco o algunos de los padrinos que para actuar en el duelo lo acompañaban, hizo varios disparos los que alcanzaron a Castañon en el abdomen y el pulmón, a consecuencia de los cuales falleció antes de la media hora.

Trasladado su cadáver a La Habana en el vapor "Lavaca" fue recibido con homenajes póstumos, y se le rindieron espléndidas exequias, habiéndose efectuado una colecta a sus dos hijos huérfanos, que ascendió a un millón de reales, y el Banco Español de La Habana, consignó a favor de los mismos una renta vitalicia de 25 pesos mensuales.

Las represalias no se hicieron esperar. En La Habana y otras poblaciones se cometieron asesinatos y tropelías por el elemento intransigente y los voluntarios al extremo de haberse asesinado en plena calle al ciudadano norteamericano Isaac Greenwald, por un voluntario de la sexta compañía del quinto batallón de La Habana, nombrado Eugenio Zamora Barrera. Comprendiendo el Gobierno de la Isla, las complicaciones internacionales que este hecho podría traerle, procedió a la detención del mismo y con el pretexto de que era un simpatizador de la causa revolucionaria, y que por este motivo había cometido tal acto, fue fusilado el 5 de marzo, habiendo aceptado los voluntarios tales explicaciones, que salvaban su conducta indigna. Otras víctimas más conocidas de tal estado de cosas fueron Domingo Golcuria. que fue ejecutado el 7 de mayo de 1870 y Juan Clemente Zenea el 25 de agosto de 1871.

En el ínterin fue sustituido Caballero de Rodas por Blas de Villate. Conde de Valmaseda, quien más militar que político demostró hasta la saciedad su ineptitud administrativa y su crueldad militar.

Pero los sucesos más importantes y que han motivado el presente trabajo se originaron unos meses después. El 20 de agosto de 1871 tomó posesión del cargo de general segundo cabo el mariscal Romualdo Crespo. máximo responsable de los sucesos del 27 de noviembre.

El anfiteatro donde se daban las clases de Medicina de la Universidad se encontraba próximo al cementerio general, y una tarde se encontraron en dicho cementerio varios estudiantes de esa carrera los cuales estuvieron algún rato en ese lugar, entretenidos en inocentes actividades, como cortar flores, y comentar jocosamente las inscripciones de algunas tumbas, hasta la hora de las clases. Este hecho, sin significación alguna, se le revistió del grave calificativo de profanador de sepulcros, y de alarde de antiespañolismo cometido en forma de profanación sobre la tumba de Gonzalo Castafián, a quien hubimos de referirnos, hicieron que el Gobernador Político, Dionisio López Roberts, en un acto verdaderamente infortunado, penetrase a los tres días de la acusación en el aula de los alumnos de primer año de Medicina comenzando a instruir inmediatamente sumaria de lo sucedido. Los estudiantes, no quisieron ó no supieron decir quiénes eran los que se encontraban en el cementerio el expresado día, y que según los cargos habían cortado con el diamante de una sortija el cristal que cubría la lápida de la tumba del referido Castañón, y en vista de tal actitud el Gobernador, ignorando la santidad del lugar. mandó a detener y conducir a todos los alumnos del aula por una sección de voluntarios de artillería enviándolos a prisión ante la mirada atónita del público al ver desfilar aquella caravana de delincuentes cuya edad oscilaba entre los 14 y 18 años.

Volvieron a la carga los voluntarios con este suceso, en su actitud levantisca y arrogante provocando disturbios y haciendo exigencias sangrientas en las personas de los detenidos, al extremo que el 26 de noviembre, pasando el general Crespo revista a 10,000 de ellos. Se destacó un grupo de 500, pidiendo a toda voz que se hiciera justicia con los "traidores". Justicia para aquellos energúmenos era sinónimo de matanza, y pidiendo justicia se pedía sin ambages su muerte inmediata. Crespo, sin control sobre los revoltosos voluntarios y de una ineptitud extrema, o quizás tan sanguinario como ellos, no hizo resistencia a tan barbara petición, y ofreció allí mismo que aquellos muchachos serian juzgados por un Consejo de Guerra. Constituido el Tribunal, formó parte del mismo seis capitanes del Ejercito regular, pero conociendo los voluntarios la imparcialidad y nobleza de los mismos, exigieron y obtuvieron que se añadieran nueve capitanes de su propio Cuerpo. Presidido este Consejo de Guerra por el Coronel Yaque, estuvo reunido desde la media noche del 26 hasta la na de la tarde del 27. Escuchándose en ese periodo de tiempo de deliberación los rugidos de la masa de voluntarios alrededor del edificio, que como fieras sangrientas exigen la inmediata ejecución de los detenidos, amenazando lanzarse sobre el Tribunal en el caso de que su conciencia lo llevara a una sentencia absolutoria.

Y el horrendo crimen quedó perpetrado. No valió que el mismo Gobernador político, el mencionado López Roberts, atemorizado del cariz que tomaba el asunto les rogara que se retiraran para no coartar las deliberaciones, ni que los generales Venenc y Clavijo (que depusieron violentamente a Dulce) intervinieran para abogar en favor de su retirada y esperar tranquilos la decisión de los Jueces, ni que el valiente y nobilísimo militar Don Federico Capdevila increpase duramente a sus compañeros por el horrible crimen que se iba a cometer. al extremo de abofetear a uno de los capitanes de Voluntarios que lo tildó de simpatizador de la causa de Cuba, ni que el Catedrático de Anatomía de la Universidad Don Manuel Sánchez de Bustamante, profesor de los acusados afirmara reiterada y valientemente lo falso de las imputaciones hechas, ni el hecho de que algunos de los acusados se encontraran ausentes de la ciudad el día de los hechos; nada valió, lo que querían era sangre y sangre obtuvieron, al condenar el Tribunal a ser fusilados a ocho, a seis años de presidio a once, a cuatro años a diez y nueve, a seis meses de reclusión a cuatro, absolviendo a dos.

Elevada la causa a la Superioridad, el auditor de guerra informó de acuerdo con lo sentenciado y el capitán general dio su aprobación al fallo.

El segundo cabo, Crespo, no fue tardo en ordenar la ejecución y dispuso la misma para esa misma tarde a las cinco, habiéndose brindado para mandar el piquete encargado del fusilamiento Ramón López de Ayala, capitán de voluntarios y comandante de la guardia de la cárcel, el cual poco tiempo después murió loco en un manicomio. Y a esa misma hora y aquella misma tarde la inocente sangre joven fue derramada por aquellos bárbaros que con tanta saña pedía horas antes sus vidas generosas.

La República de Cuba, en 1952, es decir, 81 años después, ya logradas sus ansias de independencia, emitió una serie conmemorativa en honor de sus héroes, apareciendo en la misma los retratos de los ocho estudiantes fusilados, y un tríptico compuesto por Nicolás Estévanez, Fermín Valdés Domínguez y Federico Capdevila, y el símbolo universitario del "Alma Mater".

Antes de terminar, queremos hacer mención a un párrafo de Nicolás Estévanez, que en su maravilloso libro "Fragmentos de mis memorias", dice:

"Pasaran los años y los siglos, y cuando nadie se acuerde, ni aún la Historia, de la existencia de los voluntarios, subsistirá el borrón, la mancha indeleble que echaron torpemente sobre España los cobardes asesinos. Y caerá también sobre el honrado ejercito español, por no haber querido o no haber podido refrenar los desmanes de las fieras".

Al cumplirse en este mes de noviembre un aniversario más de tan horrendo crimen, hubiéramos querido ofrecer en homenaje a sus víctimas este modesto trabajo, como una ofrenda a todos los hombres del mundo que luchan por el don más preciado de la especie humana: LA LIBERTAD.

Como detalle histórico interesante la emisión de los sellos conmemorativos del fusilamiento de los Estudiantes coincidió con la interrupción del proceso democrático, en el cincuentenario de la República con el golpe militar y la dictadura de Batista. Se creo así el clima propicio para el colapso de La República en 1959.

El sueño de libertad se convierte en una pesadilla larga y terrible en que el pueblo cubano pierde los logros económicos, todo vestigio de libertad y de derechos humanos, representados con un crimen mucho más terrible que el de 1871 con el hundimiento del remolcador "13 de Marzo" en el verano de 1996. Sigue el pueblo cubano luchando como el siglo pasado por su "Libertad".


FIN


Alberto Sánchez de Bustamante, M.D.


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